Mi bebé tiene onfalitis, ¿debo asustarme?

Bebé, ombligo
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Actualizado: jueves, 6 abril 2017 8:05

   MADRID, 6 Abr. (EDIZIONES) -

   La onfalitis en el recién nacido es una infección del ombligo y de los tejidos que lo rodean, que generalmente afecta a niños recién nacidos y con el cordón aún fresco. Habitualmente aparece en los primeros días de vida del bebé (1-5 días). Se produce la infección al tratarse de una parte "muy sensible y delicada" del recién nacido, explica a Infosalus el secretario de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP), el doctor Cristónal Coronel.

   Así, al ombligo del recién nacido llegan microbios que hay en el canal del parto y en las manos de los cuidadores. A veces estos microorganismos pueden provocar una infección. Es más probable que ocurra cuando el parto ha tenido lugar en el domicilio. O si ha existido una corioamnionitis (infección del líquido amniótico), una rotura prematura de membranas, o si los cuidados del cordón no han sido adecuados.

   "El cordón aún está fresco y con acceso vascular importante. Es de las venas más grande del organismo, pues ha estado nutriendo al feto durante los nueve meses de gestación. En el cordón van dos arterias y una vena, y a través de ellas fácilmente se puede generar una sepsis o infección generalizada y grave en un niño con un sistema inmunitario aún muy precario", alerta el experto.

   Sobre los bebés que tienen mayor predisposición a tenerlo, el pediatra apunta también a los recién nacidos en general, especialmente los prematuros, los que han tenido un paro sin buenas condiciones de asepsia, o por ejemplo cuando han sufrido una bolsa rota prolongada. "Ya es raro en niños canalizados o con sueroterapia a través de las venas umbilicales pues se hace una profilaxis adecuada de la misma. La mayoría de las veces no sabemos por qué sucede", puntualiza.

   En cuanto a sus síntomas indica que, "lo más precoz" suele ser un olor pútrido, algo ácido, "como el olor a pescado podrido pero peor, un olor distinto al habitual que tienen los ombligos". Asimismo, precisa que se produce una secrección por el ombligo que puede ser "serosa o viscosa", o directamente que de la zona emane pus y sangre. También puede producirse un enrojecimiento de la piel periumbilical, con maceración del tejido de granulación del ombligo que no termina de estar seco.

   A veces es necesario tomar una muestra de la secreción del ombligo. Se hará un cultivo para saber qué germen está causando la infección. Si se sospecha una infección más grave o una complicación, se realizará además una analítica. En este sentido, el doctor Coronel remarca que habitualmente no es grave al ser diagnosticado clínicamente de forma precoz y cursa de forma leve, si bien llega a ser "potencialmente mortal" si no se trata y evoluciona mal.

Su curación, añade, depende de la gravedad y de cómo esté siendo la evolución. "Desde una cura local con antiséptico, a precisar ingreso hospitalario con tratamiento antibiótico intravenoso por ser el equivalente a una sepsis", apostilla.

CONSEJOS PARA UN BUEN CUIDADO Y LIMPIEZA DEL CORDÓN UMBILICAL

   "Mejor es saber lo que no hay que hacer. Hace siglos no se curaba, incluso se recurría al estiércol para que se pudrirera antes, pero las consecuencias eran unos tétanos neonatales fatales. Yo nos lo he vivido, ni conocido, pero si leído de otras culturas. En el siglo pasado recurríamos a la povidona iodada como antiséptico, pero se dejó de utilizar y ahora está contraindicado porque puede afectar al tiroides en formación por su contenido en iodo y alterar el escrutinio metabólico (las pruebas del talón)", relata el pediatra de la SEPEAP.

   Después, indica que se recurrió al alcohol de 70º y a la clorhexidina, que él aconseja cuando viene a la consulta con un cordón aún fresco, con olor algo fuerte o con ligero enrojecimiento cutáneo o mínima secreción. "Recientemente tenemos la moda higienista que promueve el que no se cure con nada y que se deje secar sólo. Eso si, manteniéndolo adecuadamente limpio y libre de heces y de orina", zanja Cristóbal Coronel.

   Según expertos del servicio de Pediatría del Hospital Infanta Leonor de Madrid, la incidencia de onfalitis en recién nacidos de países desarrollados está en torno al 0,7%, ascendiendo al 6% en países en vías de desarrollo. Afecta por igual a ambos sexos.