MADRID, 12 Abr. (EUROPA PRESS) -
Aunque la gran mayoría de las investigaciones sobre el microbioma intestinal se han centrado en las bacterias del intestino grueso, un nuevo estudio, uno de los pocos que se concentra en microbios en el tracto gastrointestinal superior, muestra cómo la típica dieta occidental densa en calorías puede inducir expansión de microbios que promueven la digestión y la absorción de alimentos altos en grasa.
Varios estudios han demostrado que estas bacterias se pueden multiplicar en 24 a 48 horas en el intestino delgado en respuesta al consumo de alimentos ricos en grasas. Los hallazgos de este trabajo, que se detallan en un artículo que se publica este miércoles en la revista 'Cell Host and Microbe', sugieren que estos microbios facilitan la producción y secreción de enzimas digestivas en el intestino delgado.
Esas enzimas digestivas descomponen la grasa de la dieta, lo que permite la rápida absorción de alimentos ricos en calorías. Al mismo tiempo, los microbios liberan compuestos bioactivos, los cuales estimulan las células de absorción en el intestino para empaquetar y transportar la grasa para su absorción. Con el tiempo, la presencia constante de estos microbios puede conducir a la sobrealimentación y la obesidad.
"Estas bacterias son parte de una serie orquestada de eventos que hacen que la absorción de lípidos sea más eficiente", apunta el autor principal del estudio, Eugene B. Chang, profesor de Medicina y director del Centro Básico de Investigación de Enfermedades Digestivas de los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) en la Universidad de Chicago, Estados Unidos. "Pocas personas se han centrado en el microbioma del intestino delgado, pero aquí es donde se digieren y absorben la mayoría de las vitaminas y otros micronutrientes", señala.
"Nuestro estudio es uno de los primeros en demostrar que los microbios específicos del intestino delgado regulan directamente tanto la digestión como la absorción de los lípidos", agrega. "Esto podría tener aplicaciones clínicas significativas, especialmente para la prevención y el tratamiento de la obesidad y las enfermedades cardiovasculares", dice.
Los objetivos del estudio fueron descubrir si se requerían microbios para la digestión y absorción de grasas, comenzar a conocer qué microbios estaban involucrados y evaluar el papel de los microbios inducidos por la dieta en la digestión y la absorción de grasas. El trabajo incluyó ratones que no tenían gérmenes, se criaron en cámaras aisladas y no albergaban bacterias intestinales, y roedores que estaban "libres de patógenos específicos (FPS, por sus siglas en inglés)", lo que significa que son saludables, pero albergan microbios comunes que no causan enfermedades.
AUMENTO DE LÍPIDOS EN RATONES LIBRES DE GÉRMENES
Los ratones libres de gérmenes, incluso cuando se les alimentó con una dieta alta en grasas, no pudieron digerir ni absorber los alimentos grasos. No ganaron peso, pero, en cambio, presentaban niveles elevados de lípidos en sus heces. Los ratones SPF que recibieron una dieta alta en grasas aumentaron de peso. Esta dieta incrementó rápidamente la abundancia de ciertos microbios en el intestino delgado, incluidos los microbios de las familias 'Clostridiaceae' y 'Peptostreptococcaceae'.
Los investigadores descubrieron que un miembro de 'Clostridiaceae' afecta específicamente a la absorción de grasa. La abundancia de otras familias bacterianas disminuyó con una dieta alta en grasas, incluidas 'Bifidobacteriacaea' y 'Bacteriodacaea', que comúnmente se asocian con la delgadez. Cuando se indujo a los ratones libres de gérmenes a los microbios que contribuyen a la digestión de las grasas, rápidamente adquirieron la capacidad de absorber los lípidos.
"Nuestro estudio encontró que, al menos en ratones, una dieta alta en grasas puede alterar profundamente la composición microbiana del intestino delgado", apunta Chang. "Ciertas presiones dietéticas, como los alimentos ricos en calorías, atraen cepas bacterianas específicas en el intestino delgado. Estos microbios pueden permitir al huésped digerir esta dieta alta en grasas y absorber las grasas. Eso puede incluso afectar a los órganos extraintestinales, como como el páncreas", explica.
"Este trabajo tiene implicaciones importantes en el desarrollo de enfoques para combatir la obesidad", concluyen los autores. Esto incluye disminuir la abundancia o la actividad de ciertos microbios que promueven la absorción de grasas o elevar la abundancia de microbios que pueden inhibir la absorción de grasas.
"Diría que la conclusión más importante en general es el concepto de que lo que comemos, nuestra dieta a diario, tiene un profundo impacto en la abundancia y el tipo de bacteria que albergamos en nuestro intestino", afirma la autora principal del estudio, Kristina Martínez-Guryn, profesora asistente en la Universidad de Midwestern, en Downers Grove, llinois, Estados Unidos. "Estos microbios influyen directamente en nuestro metabolismo y nuestra propensión a aumentar de peso en ciertas dietas", agrega.
Aunque este estudio fue muy preliminar, los resultados sugieren que tal vez se podría usar pre o probióticos o incluso desarrollar postbióticos (compuestos derivados de bacterias o metabolitos) para mejorar la absorción de nutrientes en personas con trastornos de malabsorción, como la enfermedad de Crohn. enfermedad, o probar nuevas formas de disminuir la obesidad, según esta experta.