MADRID, 14 Dic. (EUROPA PRESS) -
El número de pacientes con esclerosis múltiple ha aumentado un 20 por ciento en los últimos cinco años en todo el mundo, según indica la Sociedad Española de Neurología (SEN).
Con motivo el próximo lunes, 18 de diciembre, del Día Nacional de Esclerosis Múltiple, una enfermedad crónica, inflamatoria y desmielinizante del sistema nervioso central, la SEN recuerda que, en la actualidad, existen en España más de 55.000 personas afectadas de esta enfermedad y cada año se diagnostican más de 2.000 nuevos casos.
Asimismo, advierten de que no solo es el trastorno inflamatorio más común del sistema nervioso central, sino que, en todo el mundo, en los últimos cinco años, ha aumentado cerca de un 20 por ciento el número de pacientes.
La coordinadora del Grupo de Estudio de Esclerosis Múltiple y Enfermedades Neuroinmunológicas Relacionadas de la SEN, la doctora Ana Belén Caminero, explica que "al menos una parte del aumento en la incidencia se puede atribuir a un mayor conocimiento de esta enfermedad por parte de la sociedad, a una mejor atención médica, a la existencia de más especialistas en esta enfermedad y a un aumento de la capacidad diagnóstica".
No obstante, la experta también señala que el aumento de casos puede estar puntualizado por los "cambios en los estilos de vida", una "mayor exposición a los distintos factores de riesgo ambientales que contribuyen al desarrollo de esta enfermedad", o el "el aumento en la supervivencia de estos pacientes".
"Por esas razones, estimamos que las cifras de pacientes afectados por esta enfermedad seguirán aumentando de forma paulatina en los próximos años y, sobre todo a expensas de un mayor número de pacientes mujeres, que es donde más se ha experimentado este aumento de casos", añade.
MAYOR PREVALENCIA EN MUJERES
En esta línea, la SEN recuerda que se trata de la principal causa de discapacidad no traumática entre los adultos jóvenes del mundo occidental y la segunda enfermedad neurológica más frecuente entre adultos jóvenes. La edad de inicio de esta enfermedad se sitúa entre los 20 y los 40 años en la gran mayoría de los pacientes, siendo predominante en el sexo femenino.
La experta estima que "las cifras de pacientes afectados por esta enfermedad seguirán aumentando de forma paulatina en los próximos años y, sobre todo a expensas de un mayor número de pacientes mujeres, que es donde más se ha experimentado este aumento de casos. Dicho aumento en el sexo femenino también se relaciona con cambios en los estilos de vida de las mujeres, exposición a factores de riesgo y posiblemente también a factores hormonales y reproductivos".
Según los datos de la Sociedad Española de Neurología, la ratio por sexos es de dos mujeres por cada hombre y esta ratio se ha incrementado a lo largo de los años coincidiendo con el aumento ya mencionado en la incidencia.
Asimismo, la doctora Caminero señala dos tipos de esclerosis míltiple: la forma remitente-recurrente o en brotes (EMRR) y la forma progresiva primaria (EMPP). En cuanto a la forma remitente-recurrente o en brotes (EMRR), la experta explica que "afecta más a las mujeres en una proporción 3:1", pudiendo derivar en episodios de déficit neurológico a lo largo de días o semanas.
No obstante, en cuanto a la forma progresiva, la experta subraya que "los hombres tienen una ligera mayor predisposición que las mujeres a desarrollar la forma progresiva, aunque actualmente muestra una ratio de prevalencia de 1:1 entre hombres y mujeres. No ha habido un aumento en la incidencia de las formas progresivas, debido seguramente a la ausencia, hasta hace muy poco, de tratamientos que modificaran esta forma evolutiva".
La evolución de la enfermedad es variable, al igual que lo pueden ser los síntomas, siendo muy variados y múltiples. En todo caso, tanto desde el inicio de la enfermedad como a lo largo de la evolución.
La SEN advierte de que el 100 por ciento de los pacientes desarrollan síntomas visuales (sobre todo, disminución de visión); hasta el 95 por ciento, síntomas motores y/o sensitivos (alteraciones del equilibrio, pérdida de sensibilidad o fuerza en las extremidades), hasta el 85 por ciento experimentan síntomas cerebelosos (temblores, ataxia,) y hasta el 68 por ciento y el 45 por ciento desarrollan problemas esfinterianos y cognitivos, respectivamente.
Además de otros síntomas no relacionados específicamente con una lesión de la mielina, como la fatiga (que puede empeorar con el calor), la espasticidad (la sufre más del 80 por ciento de los pacientes en algún momento de la enfermedad), depresión o alteraciones del sueño. Por esa razón, el 75 por ciento de los pacientes con esclerosis múltiple tienen algún tipo de discapacidad reconocida.
De esta manera, la SEN relaciona su origen como resultado de la interacción entre distintos factores ambientales en personas genéticamente predispuestas. Entre estos factores ambientales destacan infecciones virales, sobre todo la infección por el virus de Epstein Barr, el déficit de vitamina D, la baja exposición al sol, el tabaquismo, la obesidad en la adolescencia, etc, junto con factores hormonales y reproductivos, que permiten explicar, al menos en parte, su predominio femenino.
LA IMPORTANCIA DE UN DIAGNÓSTICO PRECOZ
Aunque actualmente la enfermedad no tenga cura, la sociedad señala la importancia de una detección y diagnóstico precoces para modificar el curso a medio y largo plazo de la enfermedad en muchos de estos pacientes, al permitir instaurar los tratamientos disponibles de una forma muy temprana.
"Es importante resaltar la importancia de apoyar la investigación que nos permita disponer de nuevos fármacos con los que modificar el curso natural de la enfermedad. Ya disponemos de muchos fármacos que han cambiado radicalmente el pronóstico de los pacientes con esclerosis múltiple, pero es cierto que no todos los pacientes se han podido beneficiar en la misma medida", añade la experta.
Asimismo, la doctora recuerda la necesidad de actividad física, dietas saludables o un estricto control de factores de riesgo vascular, así como cualquier otra intervención destinada a mejorar la calidad de vida de los pacientes, como por ejemplo las terapias sintomáticas, "tan importantes o más que la eclosión farmacológica", concluye.