MADRID, 19 Nov. (EUROPA PRESS) -
Un análisis genético de la Clínica Cleveland, en Estados Unidos, ha encontrado que la obesidad en sí misma, no solo los efectos adversos para la salud asociados con ella, aumenta significativamente el riesgo de diabetes tipo 2 y enfermedad coronaria. El artículo se publica este viernes en 'Journal of the American Medical Association Network Open'.
La enfermedad de las arterias coronarias y las complicaciones que surgen a causa de ella, como los ataques cardiacos y la insuficiencia cardiaca, es la principal causa de muerte en Estados Unidos y en todo el mundo. Aunque se han relacionado otros factores, como el colesterol alto, con la enfermedad de las arterias coronarias, no se ha establecido claramente la asociación entre la obesidad y la enfermedad cardiovascular.
Para este estudio, los científicos realizaron un metanálisis de cinco estudios con más de 880.000 participantes y examinaron las variaciones genéticas de los participantes utilizando un método llamado aleatorización mendeliana, que ofrece información sobre las relaciones entre los riesgos para la salud y los resultados para la salud.
Al depender de los datos genéticos, este método elimina las variables de confusión, o externas, que pueden influir de manera extraña en los resultados, como el tabaquismo, la presión arterial alta o el colesterol elevado. La aleatorización mendeliana no puede probar la causalidad, pero permite sugerir una asociación causal, como fue el caso en este estudio.
"Este estudio es importante porque podemos concluir que no solo los factores como la presión arterial alta, el colesterol elevado o la falta de ejercicio que acompañan a la obesidad son dañinos; el exceso de grasa en sí es perjudicial", dice el autor principal del estudio, Haitham Ahmed, cardiólogo preventivo en la Clínica Cleveland.
"Los pacientes pueden pensar que su riesgo cardiovascular se mitiga si sus otros factores de riesgo son normales o están siendo tratados, pero este trabajo sugiere que no se puede ignorar el peso adicional. Los médicos deben prestar atención y asegurarse de que están aconsejando a sus pacientes sobre la pérdida de peso de una manera integral y más colaborativa".
INCREMENTOS INDEPENDIENTES DE FACTORES DE RIESGO TRADICIONALES
El estudio mostró que cada aumento de cinco puntos en el índice de masa corporal (IMC), por ejemplo, de un IMC de 25 a un IMC de 30, incrementaba las probabilidades de diabetes tipo 2 en un 67 por ciento y la enfermedad de la arteria coronaria en un 20 por ciento. A la luz de la aleatorización mendeliana, se cree que estos incrementos son independientes de los factores de riesgo tradicionales.
Esto significa que los riesgos son verdaderos incluso si el paciente tiene, por ejemplo, colesterol normal, presión arterial y azúcar en la sangre. Tres de los estudios analizados también incluyeron el accidente cerebrovascular como resultado clínico, pero los autores no hallaron una relación significativa entre la obesidad y el accidente cerebrovascular por todas las causas.
"Es muy importante reconocer que, aunque los factores del estilo de vida sin duda contribuyen a la obesidad, la obesidad no es simplemente una opción de estilo de vida. Es una enfermedad y existe una gran influencia genética en su peso --apunta el doctor Ahmed--. Nuestros datos muestran que cerca de cien variaciones genéticas influyen en el desarrollo de la obesidad y, posteriormente, elevan el riesgo de enfermedad cardiaca".
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, en Estados Unidos, el 39,8 por ciento de los adultos estadounidenses son obesos. Mientras tanto, la Organización Mundial de la Salud informa que el 13 por ciento de la población adulta del mundo es obesa y que la prevalencia de la obesidad se ha triplicado entre 1975 y 2016. Se espera que las tasas de obesidad, junto con las tasas de enfermedad cardiovascular y diabetes, sigan aumentando, si las tendencias actuales continúan.