Asocian la incapacidad del cerebro de "depurarse" con trastornos mentales

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Publicado: jueves, 4 mayo 2023 7:30

MADRID, 4 May. (EUROPA PRESS) -

Los problemas con la capacidad del cerebro para "depurarse" de conexiones innecesarias pueden estar en el origen de una amplia gama de trastornos mentales que comienzan durante la adolescencia, según una investigación publicada en la revista 'Nature Medicine'.

Los resultados, fruto de una colaboración internacional dirigida por investigadores del Reino Unido, China y Alemania, pueden ayudar a explicar por qué las personas suelen padecer más de un trastorno de salud mental y, en el futuro, podrían ayudar a identificar a las personas con mayor riesgo.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), uno de cada siete adolescentes (de 10 a 19 años) sufre trastornos mentales en todo el mundo. La depresión, la ansiedad y los trastornos del comportamiento, como el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), figuran entre las principales causas de enfermedad y discapacidad entre los jóvenes, y es frecuente que los adolescentes padezcan más de un trastorno de salud mental.

Muchos problemas de salud mental surgen durante la adolescencia. Entre ellos se encuentran trastornos como la depresión y la ansiedad, que se manifiestan como síntomas de "interiorización", como el bajo estado de ánimo y la preocupación. Otros trastornos, como el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), se manifiestan como síntomas "externalizantes", como el comportamiento impulsivo.

Según la profesora Barbara Sahakian, del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), "los jóvenes suelen padecer múltiples trastornos mentales, que comienzan en la adolescencia y continúan -y a menudo se transforman- en la vida adulta. Esto sugiere que existe un mecanismo cerebral común que podría explicar la aparición de estos trastornos mentales durante esta época crítica del desarrollo cerebral".

En un estudio, los investigadores afirman haber identificado un patrón característico de actividad cerebral entre estos adolescentes, que han denominado "factor neuropsicopatológico", o factor NP para abreviar.

El equipo examinó los datos de 1.750 adolescentes de 14 años de la cohorte IMAGEN, un proyecto europeo de investigación que estudia cómo los factores biológicos, psicológicos y ambientales de la adolescencia pueden influir en el desarrollo del cerebro y la salud mental.

En concreto, examinaron datos de imágenes de escáneres cerebrales tomados mientras los participantes realizaban tareas cognitivas, buscando patrones de conectividad cerebral, es decir, cómo se comunican entre sí las distintas regiones del cerebro.

Los adolescentes con problemas de salud mental -independientemente de si presentaban síntomas internalizantes o externalizantes, o de si padecían múltiples trastornos- mostraban patrones similares de actividad cerebral. Estos patrones -el factor NP- se manifestaban sobre todo en los lóbulos frontales, la zona de la parte delantera del cerebro responsable de la función ejecutiva que, entre otras funciones, controla el pensamiento flexible, el autocontrol y el comportamiento emocional.

Los investigadores confirmaron sus hallazgos reproduciéndolos en 1.799 participantes del Estudio ABCD de Estados Unidos, un estudio a largo plazo sobre el desarrollo cerebral y la salud infantil, y estudiando a pacientes que habían recibido diagnósticos psiquiátricos.

Cuando el equipo analizó los datos genéticos de la cohorte IMAGEN, descubrió que el factor NP era más fuerte en los individuos portadores de una variante concreta del gen IGSF11 que se ha asociado previamente con múltiples trastornos mentales.

Se sabe que este gen desempeña un papel importante en la poda sináptica, un proceso por el que se descartan las conexiones cerebrales innecesarias (sinapsis). Los problemas de poda pueden afectar sobre todo a los lóbulos frontales, ya que estas regiones son las últimas áreas cerebrales en completar su desarrollo en adolescentes y adultos jóvenes.

El doctor Tianye Jia, del Instituto de Ciencia y Tecnología para la Inteligencia Inspirada en el Cerebro de la Universidad de Fudan, en Shanghai (China), y del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia del King's College de Londres (Reino Unido), afirma que, a medida que crecemos, nuestros cerebros se vuelven más sensibles a los cambios cerebrales.

"A medida que crecemos, nuestro cerebro establece cada vez más conexiones --señala--. Es algo normal en nuestro desarrollo. Pero demasiadas conexiones pueden hacer que el cerebro sea ineficiente. La poda sináptica ayuda a que la actividad cerebral no quede ahogada por el 'ruido blanco'".

"Nuestra investigación sugiere que cuando este importante proceso de poda se interrumpe, afecta a la forma en que las regiones cerebrales se comunican entre sí --prosigue--. Como este impacto se observa sobre todo en los lóbulos frontales, tiene implicaciones para la salud mental".

Los investigadores afirman que el descubrimiento del factor NP podría ayudar a identificar a los jóvenes con mayor riesgo de agravar los problemas de salud mental.

El profesor Jianfeng Feng, de la Universidad Fudan de Shanghai (China) y la Universidad de Warwick (Reino Unido), señala que se sabe "que muchos trastornos mentales comienzan en la adolescencia y que los individuos que desarrollan un trastorno tienen un mayor riesgo de desarrollar también otros trastornos. Examinando la actividad cerebral y buscando este factor NP, podríamos detectar antes a quienes corren mayor riesgo, lo que nos ofrecería más oportunidades de intervenir y reducir este riesgo", concluye.