MADRID, 28 Sep. (EUROPA PRESS) -
Las personas que utilizan principalmente su instinto para determinar lo que es verdadero y falso son más propensas a creer en teorías conspirativas. Esa es la conclusión principal de un estudio publicado en la revista 'Journal of Research in Personality' en el que se ha investigado la relación entre la susceptibilidad a la información engañosa y la convicción de que la verdad es relativa.
"Creo que muchas personas que insisten en una visión más relativista de lo que es la verdad tienen buenas intenciones. Creen que es importante que todo el mundo pueda hacer oír su voz. Pero estos resultados demuestran que ese punto de vista puede ser bastante peligroso", ha afirmado la estudiante de doctorado Julia Asperns, del Departamento de Ciencias del Comportamiento y el Aprendizaje de Linkping.
En dos estudios de la Universidad de Linkping (Suecia), recogidos en un artículo de la revista 'Journal of Research in Personality', Asperns y dos colegas han investigado la relación entre el llamado relativismo de la verdad y el riesgo de ser víctima de información incorrecta o fraudulenta.
En el primer estudio participaron aproximadamente mil suecos. En una encuesta en línea, se pidió a los participantes que respondieran a preguntas sobre su opinión acerca de lo que es la verdad. A continuación, tuvieron que posicionarse sobre diversas teorías conspirativas y también evaluar el contenido de una serie de frases sin sentido.
Los investigadores también recopilaron información sobre factores que anteriormente se había comprobado que estaban relacionados con la creencia en información engañosa, como la capacidad de razonamiento analítico, la orientación política, la edad, el sexo y el nivel educativo.
En el segundo estudio participaron más de 400 personas del Reino Unido. Aquí se amplió el número de preguntas y también se midió el grado de dogmatismo de los participantes y su disposición a adaptar sus percepciones ante nuevos hechos.
A partir del material, los investigadores descubrieron dos tipos de relativismo de la verdad. Uno que comprende a quienes están convencidos de que es verdad lo que uno siente personalmente, es decir, que la verdad es subjetiva. Y otro que incluye a quienes creen que la verdad depende de la cultura o grupo al que se pertenezca, el llamado relativismo cultural.
Los resultados muestran que quienes creen que la verdad es subjetiva son más propensos a creer en teorías conspirativas y a aferrarse a sus creencias incluso cuando se enfrentan a hechos que las contradicen. También tienen una mayor tendencia a encontrar mensajes profundos en frases sin sentido.
Incluso cuando los investigadores indagaron otras posibles explicaciones, como la capacidad de pensamiento analítico o la orientación política, el subjetivismo siguió siendo un factor explicativo independiente.
Las conexiones no fueron tan claras para quienes creen que la verdad está ligada a la cultura y los resultados apuntan en parte en direcciones diferentes.
Asimismo, para sorpresa de los investigadores, la recopilación de datos del Reino Unido también mostró una relación entre subjetivismo y dogmatismo. Así, alguien que afirma que la verdad es personal puede, paradójicamente, rechazar a menudo al mismo tiempo el derecho de otras personas a su propia verdad.
Julia Asperns cree que los resultados son útiles cuando se escuchan debates políticos, como los relativos a la escolarización. La gente puede tener opiniones diferentes sobre cuestiones de hecho, pero detrás puede haber un desacuerdo fundamental sobre cómo funciona el mundo y qué es lo que existe.
"Se me ocurrió escuchando debates sobre si los alumnos deben aprender conocimientos objetivos o se les debe animar a que busquen por sí mismos lo que creen que es cierto. Parecía que las personas que debatían tenían ideas totalmente opuestas sobre lo que es la verdad y argumentaban que su propio enfoque era la mejor manera de ayudar a los alumnos a convertirse en pensadores críticos. Aunque nuestro estudio no investigó la causalidad, vemos que el relativismo de la verdad parece estar vinculado a una mayor creencia en la información engañosa. Puede ser importante tenerlo en cuenta", ha finalizado la investigadora.