MADRID, 27 Oct. (EUROPA PRESS) -
Los niños que son demasiado bajos para su edad pueden sufrir una reducción de la capacidad cognitiva derivada de diferencias en la función cerebral ya a los seis meses de edad, según una nueva investigación de la Universidad de East Anglia (Reino Unido), publicada en la revista 'Nature Human Behaviour'.
Los investigadores compararon la memoria de trabajo visual --la capacidad de memoria que retiene pistas visuales para su procesamiento-- en niños con retraso en el crecimiento con los que tenían un crecimiento típico.
El estudio revela que la memoria de trabajo visual de los niños con crecimiento físico deficiente estaba alterada, lo que les hacía distraerse con más facilidad y preparaba el terreno para una menor capacidad cognitiva un año después.
El retraso en el crecimiento ya se había relacionado anteriormente con malos resultados cognitivos en etapas posteriores de la vida, pero es la primera vez que se observa esta asociación en la infancia. También es la primera vez que el retraso en el crecimiento se relaciona con diferencias funcionales en el funcionamiento del cerebro en las primeras etapas del desarrollo.
Dirigido por el profesor John Spencer, de la Facultad de Psicología de la UEA, el equipo de investigadores estudió a más de 200 niños en el primer estudio de imágenes cerebrales de este tipo.
"Esperábamos que un crecimiento deficiente pudiera afectar a la cognición en las primeras etapas del desarrollo, pero fue sorprendente comprobarlo a nivel de la función cerebral", afirma el profesor Spencer.
En nuestro estudio, los lactantes con un desarrollo típico mostraron la participación de una red cerebral de memoria de trabajo, y esta actividad cerebral predijo los resultados cognitivos un año más tarde --prosigue--, p ero los bebés con retraso en el crecimiento mostraban un patrón muy diferente, lo que sugiere que eran bastante distraíbles".
"Esta capacidad de distracción se asoció a una red cerebral típicamente implicada en la asignación de la atención a objetos o tareas, la supresión de la distracción y el mantenimiento de elementos en la memoria de trabajo", afirma la doctora Sobana Wijeakumar, es profesora adjunta en la Facultad de Psicología de la Universidad de Nottingham y primera autora del estudio.
La actividad cerebral y las capacidades cognitivas de los bebés se evaluaron entre los seis y los nueve meses, y se realizó un seguimiento de la capacidad cognitiva un año después. Los resultados mostraron que los bebés con el llamado "retraso en el crecimiento", a menudo causado por una mala nutrición o mala salud, tenían unas capacidades cognitivas significativamente peores en ambas etapas que sus homólogos con un desarrollo típico.
Curiosamente, los niños que no siguieron la tendencia y obtuvieron buenos resultados en el segundo año de pruebas cognitivas a pesar de tener un crecimiento restringido fueron aquellos cuya memoria visual había sido inesperadamente buena entre los seis y los nueve meses.
El descubrimiento sugiere que los esfuerzos por mejorar la memoria de trabajo y abordar la distracción en los niños durante sus cruciales primeros meses pueden reducir o prevenir desventajas cognitivas más adelante en la vida. Esta investigación también pone de relieve la importancia de estudiar la función cerebral en el desarrollo temprano.
