MADRID, 20 Dic. (EUROPA PRESS) -
Perder la visión inmediatamente después de nacer debido a un defecto genético impacta "de forma considerable" en la organización del córtex cerebral y la capacidad de la memoria en ratones, según un estudio de la Ruhr-Universität Bochum (Alemania), publicado en 'Cerebral Cortex'.
En concreto, los investigadores han demostrado que, en los meses posteriores a la aparición de la ceguera, la densidad de los receptores de neurotransmisores que regulan el equilibrio de la excitación, necesario para la codificación de la memoria, se modificó en todas las áreas de la corteza que procesan la información sensorial.
Además, la investigación, en la que se compararon los cerebros de los ratones ciegos con los de ratones sanos, ha mostrado alteraciones de la plasticidad sináptica en el hipocampo, una región que juega un rol crucial en el proceso de memoria. Para probarlo utilizaron pruebas de reconocimiento espacial. En los meses siguientes a la pérdida de visión, la plasticidad del hipocampo se deterioraba más y la memoria espacial, en consecuencia, se vio afectada.
Cuando se pierde la visión otros sentidos se convierten en más sensibles de forma gradual y mejoran, como el tacto, la capacidad auditiva y la olfativa, lo que consigue que la persona pueda utilizarlos para moverse por el ambiente de forma correcta.
Pero este proceso lleva tiempo y práctica. Los cambios descritos asociados en el cerebro se ven facilitados precisamente por la plasticidad sináptica, un proceso que permite la adaptación, el aprendizaje y la memoria dependientes de la experiencia.
"Después de la ceguera, el cerebro intenta compensar esta pérdida aumentando su sensibilidad a las señales visuales que faltan", ha explicado la investigadora líder del estudio, Denise Manahan-Vaughan.
Una pista sobre si la adaptación a la reorganización tiene lugar en el cerebro se obtiene si se analiza la densidad y la distribución de los neurotransmisores, que son fundamentales para la plasticidad sináptica.
"Nuestro estudio muestra que este proceso de reorganización se apoya en cambios extensos en la expresión y función de los receptores neurotransmisores clave en el cerebro. Esta es una tarea importante, durante la cual la capacidad del hipocampo para almacenar experiencias espaciales se ve obstaculizada", ha agregado Manahan-Vaughan.