MADRID 19 Abr. (EUROPA PRESS) -
Un estudio de la Universidad del País Vasco y Biobizkaia ha demostrado que un método utilizado habitualmente para realizar pruebas oftalmológicas puede servir también para monitorizar la neurodegeneración que se produce en los pacientes de Parkinson. En el rumbo de la investigación se descubrió que la neurodegeneración de la retina probablemente precede al deterioro cognitivo.
Cuando se diagnostica Parkinson u otra enfermedad neurodegenerativa, los pacientes se preguntan qué se puede esperar de la enfermedad. Para los neurólogos, sin embargo, no es posible responder con precisión a estas preguntas, ya que "la evolución de los pacientes suele ser muy variada: algunos no experimentan ningún cambio con el paso de los años, mientras que otros acaban con demencia o en silla de ruedas", explica Ane Murueta-Goyena, investigadora del departamento de Neurociencias de la UPV/EHU.
En la actualidad, identificar a los pacientes de Parkinson con riesgo de deterioro cognitivo supone un gran reto, sin embargo, es necesario a la hora de proporcionar tratamientos clínicos más eficaces e intensificar los ensayos clínicos.
De hecho, la doctora Ane Murueta-Goyena, en colaboración con el personal investigador de Biobizkaia, ha querido comprobar si el sistema visual permite predecir este deterioro, es decir, qué futuro puede esperar el paciente dentro de unos años. Para ello se utilizó el grosor de la retina.
La retina es una membrana situada en la parte posterior del globo ocular, está relacionada con el sistema nervioso y consta de varias capas. Durante el estudio, se midió el grosor de la capa más interna de la retina de una cohorte de pacientes de Parkinson mediante tomografía de coherencia óptica.
Este tipo de tomografía es un instrumento de uso rutinario en las pruebas oftalmológicas, ya que permite realizar mediciones de alta resolución, repetibles y precisas. Así, se analizó y comparó la evolución de esta capa retiniana en personas con y sin Parkinson durante el periodo 2015-2021. Los resultados del análisis de las imágenes de las capas retinianas de los pacientes de Parkinson también se confirmaron en un hospital del Reino Unido.
Los resultados mostraron que la capa retiniana es notablemente más fina en los pacientes de Parkinson. También se observó que, durante las fases iniciales de la enfermedad, es en la retina donde se detecta la mayor neurodegeneración y, a partir de un momento dado, cuando la capa ya es muy fina, se produce una especie de estabilización del proceso de neurodegeneración.
El adelgazamiento de la retina y el deterioro cognitivo no se producen simultáneamente. "Los cambios iniciales en la retina son más evidentes y luego, con el paso de los años, se observa un empeoramiento clínico de los pacientes, tanto en términos cognitivos como motores", explica Murueta-Goya. En otras palabras, la pérdida más lenta del grosor de la capa retiniana se asocia a un deterioro cognitivo más rápido. Esta lentitud está relacionada con una mayor gravedad de la enfermedad.
La doctora ha concedido gran importancia a los resultados. "Hemos obtenido información sobre la progresión de la enfermedad, y la herramienta que proponemos no es invasiva y está disponible en todos los hospitales", ha dicho, si bien ha aclarado que los resultados necesitan ser validados internacionalmente.
"Mejorando ligeramente la resolución de la tecnología, estaremos más cerca de validar el método para monitorizar la neurodegeneración que tiene lugar en la enfermedad de Parkinson", ha señalado, añadiendo que están continuando la investigación en otra cohorte de pacientes y que la financiación es "la clave".