Alimentación complementaria en el bebé: ¿cuál es la diferencia entre BLW o Bliss?

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Archivo - BLW. Alimentación bebé, comer, niño, trona. Bliss - DTURPHOTO/ ISTOCK - Archivo
Publicado: jueves, 1 febrero 2024 8:31

   MADRID, 1 Feb. (EDIZIONES) -

   La alimentación complementaria es sumamente importante para el desarrollo de los niños. Se compone de todos aquellos alimentos que se introducen aproximadamente tras los 6 meses de edad del bebé y que son distintos a la leche, que debe ser hasta el año su alimento principal.

   Según defiende la pediatra Nerea Sarrión en una entrevista con Infosalus, la alimentación complementaria forma parte de los mil primeros días del bebé y también es importante por su notable impacto en la salud futura del bebé, dado que no sólo cumple una función nutricional, sino también de aprendizaje, donde el bebé descubre qué alimentos forman parte de su alimentación, establece una relación positiva con la comida, al tiempo que aprende hábitos saludables que perduran con el tiempo.

   "Con la alimentación complementaria se introducen alimentos a partir de los 6 meses para suplir la carencia de ciertos nutrientes que con la lactancia materna exclusiva no son suficientes como el hierro, un mineral súper importante en esta etapa", aclara la también máster en Urgencias Pediátricas, que acaba de publicar 'Cuidar lo que más importa' (Lunwerg).

POR QUÉ EMPEZAR A LOS 6 MESES

   Preguntada sobre por qué se debe empezar a los seis meses de edad, esta experta recuerda que las recomendaciones hoy en día es que se espere a su introducción hasta los 6 meses porque el alimento que más energía, más nutrientes y más beneficios aporta en estas edades es la leche, fundamentalmente materna, y luego a partir de entonces estas necesidades van teniéndose que completar con alimentos complementarios.

   Dice la doctora Sarrión que también los seis meses es la etapa ideal porque tanto a nivel digestivo, como neurológico o inmunológico es cuando el bebé está más preparado para tolerar los alimentos.

   Y se recomienda a partir de los 6, según prosigue, cuando se han cumplido ciertos hitos del desarrollo psicomotor, como que el bebé se mantenga erguido de manera estable, que no se vaya hacia los lados o hacia atrás cuando se siente sobre la trona o sobre el regazo; que no tenga el reflejo de extrusión, con el que nacen los bebés y por el que expulsan todo lo que entra en la boca con la lengua, que precisamente desparece en torno a los 6 meses.

   También es importante, según añade la pediatra, el que el menor tenga interés por la comida; y luego también goce de una adecuada coordinación ojo-mano-boca, para que el peque vea el alimento y sepa llevarse alimento a la boca.

   "Sí que es cierto que entre los 4-6 meses se podrían introducir alimentos de manera segura a nivel nutricional, pero lo ideal es esperar a esos 6 meses a que cumplan estos requisitos y teniendo en cuenta que la leche es idónea hasta entonces. Las sociedades científicas dicen que lo ideal es esperar a los seis meses porque si metes alimentos retiras la leche y con la lactancia materna exclusiva los beneficios son mayores que la introducción de alimentos", agrega.

CÓMO EMPEZAR A COMER

   Así, y sobre qué alimentos decantarse a la hora de ir introduciéndolos en la alimentación del bebé, Sarrión sostiene que, aunque no haya un orden establecido, sí recomienda rotar los grupos de alimentos para evitar déficits, al mismo tiempo que priorizar los ricos en hierro y zinc, así como los que favorecen su absorción.

   Recuerda aquí que incluso algunos estudios sostienen que la introducción precoz de alimentos alergénicos a los 6 meses (huevo, gluten, mariscos, frutos secos, soja, y pescados) podría prevenir su aparición; y salvo la leche de vaca que no debe introducirse hasta el año.

    Aconseja, igualmente, empezar con pequeñas cantidades y aumentar progresivamente, así como hacerlo durante la primera mitad del día, y no cuando el bebé vaya a dormir inmediatamente después de comer.

DIFERENCIAS ENTRE EL BLW Y EL MÉTODO BLISS

   Con todo ello, recuerda esta doctora también que la alimentación complementaria se puede iniciar con trocitos, triturado, con purés, o de forma combinada. El Baby-Led weaning o BLW es la alimentación autorregulada o autodirigida por el bebé, donde éste se lleva los alimentos a la boca, con una textura y formas adecuadas a su boca, tal y como afirma: "Él come sólo los alimentos. Estos, habitualmente, son alimentos sólidos, sobre todo grandes al principio para que puedan cogerlos y llevárselos a la boca".

   En cada comida principal ha de haber alimentos ricos en hierro, y que además sean energéticos, de ahí que este BLW se modificara en un nuevo método mejorado llamado 'BLISS'; que sí tiene en cuenta estas principales preocupaciones del BLW, sobre todo en cuanto al hierro, pero también frente al riesgo de atragantamiento; y también en cuanto al crecimiento escaso que puedan tener algunos peques.

   "Por este motivo, con el método BLISS, el déficit de hierro se puede evitar aportando hierro desde el principio, con alimentos ricos en hierro y vitamina C para favorecer su absorción, y al menos dos veces al día; así como un alimento energético para evitar el crecimiento escaso; además de una fruta o verdura como hemos dicho que favorezca la absorción de ese hierro", relata Sarrión.

    En cuanto al crecimiento insuficiente y escaso, aconseja concretamente aportar alimentos ricos en energía como los cereales, los frutos secos (plátanos, aguacates, que son frutas más calóricas, por ejemplo).

ALIMENTOS RICOS EN HIERRO

   Con ello, esta pediatra de Atención Primaria en Valencia recuerda que entre los alimentos ricos en hierro hay que priorizar los de hierro hemo (mejor absorción), es decir, los de origen animal, tales como la carne, el pescado, los moluscos, o los mariscos; así como los de hierro no hemo (peor absorción), que son de origen vegetal, como las legumbres, los cereales integrales, los vegetales, las hortalizas, las frutas, los frutos secos, y la yema del huevo. "Estos se absorben en menor cantidad, si bien teniendo en cuenta otras pautas como el añadirles la vitamina C, que favorece la absorción del hierro", remarca.

   En última instancia, la doctora Sarrión hace hincapié en uno de los principales miedos de los padres sobre el BLW o el método BLISS, que es el riesgo de atragantamiento en el menor, para el que aporta una serie de pautas: "Mientras éste esté comiendo debe ser supervisado, al tiempo que debe comer erguido, no utilizar distracciones o alimentos con textura blanda, además de evitar formas o formatos de riesgo, no introducir comida en la boca del bebé; y siempre, independientemente del método utilizado, formarse en primeros auxilios".