MADRID, 16 Feb. (EUROPA PRESS) -
Investigadores han descubierto un mecanismo molecular que podría explicar por qué las alergias son menos comunes en los países en desarrollo. En un artículo sobre su trabajo publicado en la revista 'Immunology', estos expertos informan de que este hallazgo podría ser el primer paso para desarrollar nuevas inmunoterapias para prevenir las alergias.
Durante mucho tiempo, hemos sido conscientes de que las alergias ocurren con mucha más frecuencia en los países occidentales, pero no sabemos cuál es el motivo. Una idea que ha ganado popularidad es la hipótesis de la higiene, que sugiere que nuestro sistema inmunológico necesita entrar en contacto con una serie de microorganismos cuando somos jóvenes para poder producir respuestas inmunes apropiadas más tarde en la vida.
"Las alergias son un tipo de respuesta inmune inapropiada, donde nuestros cuerpos identifican erróneamente una sustancia inofensiva como una amenaza", explica el autor principal, Joseph Igetei, titulado de la Universidad de Nottingham, Reino Unido, y ahora en la Universidad de Benin, Nigeria.
"Sabemos que las infecciones por gusanos ocurren con mayor frecuencia en los países menos desarrollados, es decir, en lugares donde las alergias son raras. Aunque se ha sugerido que las infecciones por gusanos podrían prevenir contra diferentes alergias, ha habido poca evidencia concreta de los potenciales mecanismos moleculares que pudieran mediar en cualquier relación de ese tipo", señala.
UN GUSANO PROVOCA LA MISMA RESPUESTA INMUNE QUE LOS CACAHUETES
En este estudio, el equipo de investigación dirigido por el profesor Mike Doenhoff, de la Universidad de Nottingham, y que incluye a Joseph Igetei, la doctora Marwa El-Faham, de la Universidad de Alejandría, Egipto, y la doctora Susan Liddell, de la Universidad de Notthingham, se propusieron descubrir si los antígenos producidos por una especie común de parásito que infecta a los seres humanos (llamado' Schistosoma mansoni') eran reactivos cruzados con los antígenos de los cacahuetes, es decir, si las proteínas del gusano y de los cacahuetes desencadenan la misma respuesta inmune.
Para investigarlo, usaron anticuerpos de conejos que habían estado expuestos a diversas etapas de la vida del gusano (los anticuerpos son un tipo de proteína inmunológica fabricada por el cuerpo para proporcionar una respuesta adaptada a cualquier sustancia considerada como una amenaza). Los autores probaron si estos anticuerpos (que se habían producido específicamente contra el gusano parásito) también reaccionaron a diversas proteínas encontradas en los cacahuetes.
De esta forma, los investigadores encontraron que los anticuerpos respondían a varias proteínas en el cacahuete, en particular a una llamado Ara h 1, que se sabe que es el principal actor a la hora de inducir la respuesta negativa en las personas que son alérgicas a los cacahuetes.
"Puede sonar extraño que los cacahuetes y los gusanos tengan algo en común que pueda hacer que el sistema inmunológico genere la misma respuesta --reconoce el profesor Doenhoff--. Sin embargo, nuestro trabajo indica que las proteínas de estos dos organismos aparentemente muy diferentes realmente tienen marcadores idénticos, lo que significa que el sistema inmunológico los ve de la misma manera y se dirige a ellos con anticuerpos similares".
Estos hallazgos son importantes porque, de algún modo, explican los mecanismos moleculares detrás de la observación de que los países con una alta incidencia de infecciones por gusanos tienen una baja incidencia de alergia. Aunque se necesita más trabajo para confirmar la relación exacta, el equipo cree que los anticuerpos producidos en respuesta a una infección por gusanos podrían impedir que el sistema inmunológico produzca una reacción alérgica cuando se enfrenta a una sustancia nueva como la proteína de cacahuete.
En segundo lugar, este trabajo puede conducir a nuevas ideas para tratar las alergias. Sin embargo, todavía hay que avanzar más en esta línea de investigación con el fin de comprobar si los anticuerpos producidos por los humanos en respuesta a una infección por gusanos también reaccionan de forma cruzada con las proteínas del cacahuete.