Cómo afrontar las recaídas en el cáncer

Archivo - Apoyo, familia, enfermedad.
Archivo - Apoyo, familia, enfermedad. - PEOPLEIMAGES/ ISTOCK - Archivo
Publicado: domingo, 28 mayo 2023 9:02

   MADRID, 28 May. (EDIZIONES) -

   Un primer diagnóstico de cáncer supone un mazazo no solo para el paciente sino también para sus seres más queridos. Pero es que una recidiva o recaída en el cáncer representa "un impacto más negativo que el diagnóstico".

   Charlamos sobre ello con la especialista en Psicología clínica y profesora titular de la Universidad de Sevilla, Charo Antequera Jurado, un asunto que precisamente trata en su nuevo libro 'El desafío del cáncer' (Shackleton Books) y en el que revela que esto es así porque la recaída "supone el fracaso del tratamiento anterior".

   La también miembro de la Sociedad Oncológica 'Oncoavanze', donde presta asesoramiento a pacientes y a familiares, reconoce que ante el primer diagnóstico cuentas con todas las armas y recursos médicos y personales para vencer la enfermedad, pero ante este segundo diagnóstico todo decae y se desmorona: "Cuando todo esto lo has hecho, y hasta has pasado por todos los tratamientos, y vuelves a estar otra vez enfermo de cáncer, la sensación de que todo lo hecho no era todo lo eficaz que tu habías pensado se implanta".

UNA RECIDIVA NO SIGNIFICA SIEMPRE PEOR PRONÓSTICO

   Por eso, según prosigue, a veces ese primer impacto es interpretado por el sistema de alerta de la mente como que 'este peligro puede ser mayor que el anterior', cuando en realidad no tiene por qué ser así, ni relacionarse con un peor pronóstico.

   "Este es uno de los mitos y una de las actitudes a modificar porque no se ajusta a la realidad. En el tema del cáncer hay que navegar siempre entre estas dos realidades. El 50% o un poco más de los pacientes sobreviven y el otro porcentaje muere. Una recaída supone que hay que volver a comenzar con los tratamientos, pero no supone necesariamente o es igual a un pronóstico negativo o a un peor pronóstico", añade.

   Así, señala que la actitud hacia los tratamientos y la toma de decisiones consecuente son dos de los aspectos más controvertidos en esta etapa de la enfermedad: "A veces es complicado para los pacientes. Hay que tener en cuenta que cuando el cáncer aparece por primera vez casi ni lo piensas y te decantas por empezar los tratamientos. Salvo circunstancias específicas, ni se piensa, es una carrera donde una parte más son los tratamientos".

LA MAYOR PARTE DE PACIENTES OPTA POR VOLVER A TRATARSE

   Ahora bien, Charo Antequera mantiene que cuando ya se ha pasado por los tratamientos, estos se conocen y algunos ya dejaron en el paciente unos efectos secundarios, y te tienes que enfrentar otra vez por lo mismo, si se van a incrementar esos efectos secundarios o limitaciones el paciente se lo piensa.

   Además, resalta que ante las recidivas en el cáncer los pacientes suelen ser más proactivos en la puesta en marcha de los tratamientos y en las decisiones médicas, y optan generalmente por volver a tratarse pese a la recidiva.

   "Generalmente, muchos pacientes se ponen de nuevo en tratamiento, pero quizá, la mayor diferencia es que por primera vez se cuestionan si someterse al tratamiento o no. Existe una deliberación previa, cuando por ejemplo te lo diagnostican por primera vez ni te lo piensas", apunta esta psicóloga clínica.

   Sostiene igualmente que, a veces, también estos pacientes plantean una negociación con el personal médico, en el sentido de que me pongo el mejor tratamiento pero con dosis más pequeñas o más pausado, y es que ya se conocen sus efectos secundarios. "Hay una mayor conciencia en todo el proceso, una mayor valoración de esos impactos en la calidad de vida, y en función de esto se deciden los pacientes, aunque la mayor parte opta de nuevo por el tratamiento", remarca.

   La profesora titular del departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la Universidad de Sevilla, señala a su vez que en las recidivas también es más frecuente que los pacientes, como ya conocen el proceso, pacten con el médico llegar hasta una determinada situación en el tratamiento y, por ejemplo, cuando los síntomas sean unos determinados.

CONSEJOS PARA QUIENES ACOMPAÑAN

   Pero como hemos comentado, el cáncer no solo lo viven los propios enfermos, sino también los familiares y allegados más cercanos, los seres queridos que también sufren por esta situación.

   Preguntada Charo Antequera Jurado por qué consejos aportar a estas personas, a los acompañantes, lo zanja con una sola frase: "Acompañar pero sin empujar". Explica que esto a veces es "difícil", ir al lado de la otra persona e ir conviviendo con ella todo lo que pueden ser sus dudas, tristezas y alegrías, pero sin empujar.

   "A veces es complicado porque tienes claro qué quieres para tu familiar, pero a veces no es la decisión de este. Acompañar sin empujar es la mejor y más difícil de las tareas porque ves a la otra persona sufrir, por tanto, tú también sufres. Los familiares son quienes mejor conocen al paciente, cuál es su sistema de valores y el momento en el que se encuentra. Es la situación ideal para unir esas dos cosas y no te dejes llevar por cómo estás ahora, sino por toda tu trayectoria de vida o planes del futuro", agrega.

   En este sentido, dice que los acompañantes pueden ayudar a los pacientes a tomar decisiones, mientras que el resto del tiempo deben acompañar, que sepan que estás ahí, que tienes ganas de llorar, o que también tienen miedo. "Al acompañar no hace falta decirle al enfermo que no llore o que no tenga miedo, porque no lo sabes, sino decir 'yo también lo tengo pero confío en que esto va a ir bien'", subraya.

   En el caso de los pacientes, la miembro de Oncoavanze mantiene que dar consejos a las personas que vuelven a recaer en el cáncer es "complicado" porque el cáncer no es solo una enfermedad, sino muchas patologías, al mismo tiempo que no todas las recidivas se plantean en la misma situación, ni tienen las mismas posibilidades de tratamiento y de recuperación.

   "Sí que es cierto que casi igual al principio el mazazo o primer impacto se produce siempre y uno tiene que tomar siempre decisiones no pensando en el miedo. Siempre aconsejo que este no es buen compañero de viaje y las decisiones deben estar basadas en tu propio sistema de valores, creencias, calidad de vida; más que en el miedo. Es una de las tareas más complicadas. No hay que escucharlo sino ver tu realidad y decidir seguir para adelante", concluye esta experta.

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