MADRID 8 Abr. (EUROPA PRESS) -
Los adolescentes con un alto afecto positivo pueden mejorar su salud física y mental cuando sean adultos, según un estudio publicado un 'PLOS Medicine' por el equipo de los investigadores de Eric Kim y Renae Wilkinson de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos.
El afecto positivo es la experiencia de emociones placenteras, como felicidad, alegría, excitación y calma. La investigación en adultos ha demostrado que el afecto positivo se asocia con comportamientos más saludables y un menor riesgo de enfermedades crónicas, pero los datos son limitados en adolescentes. Dado que la adolescencia es un momento crítico para establecer mentalidades y comportamientos saludables, representa un período clave para las intervenciones destinadas a encaminar a las personas hacia un rumbo de vida más saludable.
En este estudio, los investigadores utilizaron datos de una muestra prospectiva y representativa de aproximadamente 10.000 adolescentes estadounidenses en los grados 7 a 12 (entre 15 y 18 años) a mediados de la década de 1990 a quienes se les dio seguimiento hasta la edad adulta. Los participantes informaron sobre aspectos de sus antecedentes, salud y bienestar en varios momentos del estudio.
Los investigadores agruparon a los participantes según cuánto aumentó su afecto positivo durante un año durante la adolescencia. Luego evaluaron si los adolescentes con un mayor aumento en el afecto positivo tenían resultados más saludables como adultos basándose en 41 resultados relacionados con la salud física, el comportamiento saludable, el bienestar mental y psicológico y el comportamiento prosocial.
Los resultados muestran que los adolescentes con mayores aumentos en el afecto positivo obtuvieron puntuaciones más altas en varios resultados dentro de cada una de estas categorías, incluso después de controlar las variables demográficas y de otro tipo que pueden sesgar los resultados. Uno de los mayores efectos se observó en la salud mental, donde el afecto positivo se asoció con una menor probabilidad de TDA/TDAH, ansiedad, depresión y estrés.
El estudio sugiere que las intervenciones diseñadas para mejorar el afecto positivo pueden tener impactos duraderos en la edad adulta, aunque los investigadores señalan las limitaciones en el uso de datos autoinformados y la posibilidad de factores de confusión adicionales que no consideraron.
Los autores añaden: "Varias organizaciones destacadas como la OCDE, la OMS y las Naciones Unidas están abogando por que las naciones integren indicadores de bienestar junto con indicadores económicos al diseñar políticas. La evidencia emergente de ensayos controlados aleatorios dirigidos a individuos y estudios de casos de políticas exitosas dirigidas a poblaciones enteras sugiere que se puede mejorar el afecto positivo. Nuestros hallazgos sugieren que centrarse en el afecto positivo durante la adolescencia, una fase de desarrollo crítica para adquirir activos de salud y establecer mentalidades saludables, es un punto de intervención prometedor que podría mejorar la trayectoria de salud y bienestar en la edad adulta".