MADRID, 6 May. (EUROPA PRESS) -
Los vuelos espaciales de larga duración alteran los espacios llenos de líquido a lo largo de las venas y arterias del cerebro, según una nueva investigación de la Universidad de Ciencias y Salud de Oregón (Estados Unidos).
El estudio se ha publicado en la revista 'Scientific Reports' y ha involucrado imágenes de los cerebros de 15 astronautas antes y después de períodos prolongados de servicio en la Estación Espacial Internacional.
"Estos hallazgos tienen implicaciones importantes a medida que continuamos con la exploración espacial. También te obliga a pensar en algunas cuestiones básicas fundamentales de la ciencia y cómo evolucionó la vida aquí en la Tierra", ha asegurado el autor principal Juan Piantino.
Los investigadores han utilizado imágenes de resonancia magnética para medir el espacio perivascular, o el espacio alrededor de los vasos sanguíneos, en los cerebros de los astronautas antes de su lanzamiento y nuevamente inmediatamente después de su regreso. También han tomado mediciones de resonancia magnética al mes, tres y seis meses después de haber regresado. Las imágenes de los astronautas se compararon con las tomadas del mismo espacio perivascular en los cerebros de 16 sujetos de control en la Tierra.
De esta manera, han encontrado un aumento en los espacios perivasculares dentro de los cerebros de los astronautas primerizos, pero ninguna diferencia entre los astronautas que sirvieron previamente a bordo de la estación espacial que orbita la Tierra.
"Todos nos adaptamos para usar la gravedad a nuestro favor. La naturaleza no puso nuestros cerebros en nuestros pies, los puso en lo alto. Una vez que eliminas la gravedad de la ecuación, ¿qué le hace eso a la fisiología humana?", ha asegurado Piantino.
Los investigadores decidieron averiguarlo midiendo los espacios perivasculares, por donde fluye el líquido cefalorraquídeo en el cerebro. Estos espacios son parte integral de un sistema natural de limpieza cerebral que ocurre durante el sueño. Conocido como el sistema glinfático, esta red en todo el cerebro elimina las proteínas metabólicas que de otro modo se acumularían en el cerebro. Los científicos dicen que este sistema parece funcionar de manera óptima durante el sueño profundo.
"Estos hallazgos no solo ayudan a comprender los cambios fundamentales que ocurren durante los vuelos espaciales, sino también a las personas en la Tierra que padecen enfermedades que afectan la circulación del líquido cefalorraquídeo", ha asegurado Piantino.