MADRID, 23 Sep. (EUROPA PRESS) -
Los adultos con afecciones neurológicas son más propensos que la población general a haber tenido experiencias adversas en la infancia como el abuso, la negligencia o la disfunción doméstica, según un estudio publicado en la edición online de 'Neurology Clinical Practice', una revista oficial de la Academia Americana de Neurología.
Los autores precisan que el estudio no demuestra que las afecciones neurológicas estén causadas por dichas experiencias, sino que sólo muestra una asociación entre ambas.
"Los acontecimientos traumáticos en la infancia se han relacionado en estudios anteriores con un mayor riesgo de enfermedades cardíacas, diabetes, comportamientos de salud más arriesgados como el tabaquismo y el consumo de drogas, y una menor esperanza de vida", añade el autor del estudio, Adys Mendizabal de la Universidad de California en Los Ángeles y miembro de la Academia Americana de Neurología.
"También se han relacionado con un mayor riesgo de dolores de cabeza, pero para muchas otras condiciones neurológicas, se sabe poco --añade--. Nuestro estudio descubrió que las personas con afecciones neurológicas como el ictus, la cefalea y la epilepsia tenían más probabilidades de haber sufrido abusos, negligencia o disfunciones en el hogar cuando eran niños, en comparación con la población estadounidense".
En el estudio participaron 198 personas que eran pacientes de una clínica de neurología. Cada persona rellenó un cuestionario sobre experiencias adversas en la infancia y se le hicieron pruebas de ansiedad y depresión.
Los investigadores también examinaron los registros médicos para determinar la frecuencia con la que los participantes en el estudio visitaban un servicio de urgencias, eran hospitalizados o llamaban a su clínica.
Las puntuaciones del cuestionario iban de cero a diez. Las puntuaciones de cuatro o más se consideraban altas. Los investigadores compararon la prevalencia de las puntuaciones altas en el grupo de estudio de personas con afecciones neurológicas con la prevalencia estimada en la población estadounidense. Descubrieron que dentro del grupo de estudio, el 24% tenía puntuaciones elevadas, en comparación con el 13% de la población general.
Tras ajustar por edad, sexo y raza/etnia, los investigadores descubrieron que los participantes en el estudio con puntuaciones elevadas en el cuestionario hacían un uso elevado de los servicios sanitarios.
Eran 21 veces más propensos que los participantes con puntuaciones bajas a utilizar mucho los servicios de urgencias, con cuatro o más visitas en el último año. Eran cinco veces más propensos a ser hospitalizados al menos tres veces o más en el último año. Y eran tres veces más propensos a llamar a su clínica 15 veces o más en el último año.
Mendizabal señala que estos resultados sugieren que las personas con un alto número de experiencias adversas en la infancia pueden tener más síntomas neurológicos, discapacidad o mayores necesidades médicas.
Además de su condición neurológica, los participantes con altas puntuaciones tenían seis veces más probabilidades de tener una condición médica adicional y cinco veces más probabilidades de tener también una condición psiquiátrica. También eran siete veces más propensos a tener altas puntuaciones de depresión y cuatro veces más a tener altas puntuaciones de ansiedad.
"El reconocimiento temprano de estas altas experiencias adversas en la infancia en personas con condiciones neurológicas puede ser una forma de mejorar su salud --apunta Mendizabal--. La derivación adecuada a los recursos de trabajo social y de salud conductual puede proporcionar a las personas un apoyo que puede reducir su necesidad de atención médica y mejorar su salud neurológica".