MADRID 23 May. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Instituto Francis Crick y la University College de Londres, ambos en Reino Unido, han analizado ADN antiguo de 'Borrelia recurrentis', un tipo de bacteria que causa fiebre recurrente, averiguando cuándo evolucionó para propagarse a través de piojos en lugar de garrapatas, y cómo ganó y perdió genes en el proceso.
Según se publica en 'Science', esta transición puede haber coincidido con cambios en los estilos de vida humanos, como la convivencia más cercana y el comienzo del comercio de la lana.
La bacteria Borrelia recurrentis causa fiebre recurrente, una enfermedad con numerosos episodios recurrentes de fiebre, que se encuentra habitualmente hoy en día en zonas con saneamiento deficiente o hacinamiento, como los campos de refugiados. Es una prima lejana de la bacteria que hoy causa la enfermedad de Lyme. Los registros históricos en Gran Bretaña han hecho referencia a períodos de "enfermedad del sudor" o "fiebre epidémica" que pueden haber sido causadas por B. recurrentis, pero los datos limitados significan que la causa probable de estos brotes sigue siendo desconocida.
Solo tres especies conocidas de bacterias, incluida la B. recurrentis , han pasado de ser transmitidas principalmente por garrapatas a piojos, lo que modifica la posible gravedad de la enfermedad. Hasta ahora se desconocía cuándo la B. recurrentis pasó de las garrapatas a los piojos y qué impacto tuvo esto en la transmisión y la gravedad de la enfermedad en humanos.
En esta nueva investiación, los científicos secuenciaron el genoma completo de cuatro muestras de B. recurrentis. Con una antigüedad de entre 2300 y 600 años, sus muestras incluyen el genoma de B. recurrentis más antiguo hasta la fecha. Estas muestras antiguas se obtuvieron de los esqueletos de personas infectadas hace cientos de años. El ADN es una sombra de la bacteria que alguna vez circuló en su sangre y ha quedado plasmada en huesos y dientes.
Los dientes de los individuos contenían trazas de ADN de B. recurrentis . Dos muestras presentaron concentraciones relativamente altas del patógeno, lo que sugiere que estos individuos podrían haber fallecido a causa de una infección aguda grave, o que el ADN estaba particularmente bien conservado.
Los investigadores analizaron las diferencias entre los genomas antiguos y el de la B. recurrentis actual para trazar un mapa de cómo la bacteria ha cambiado con el tiempo, y descubrieron que la especie probablemente divergió de su primo más cercano transmitido por garrapatas, B. duttonii , hace unos 6.000 a 4.000 años.
Así, compararon los genomas de B. recurrentis con los de B. duttonii y descubrieron que gran parte del genoma se perdió durante la transición de garrapata a piojo, pero que también se adquirieron nuevos genes con el tiempo. Estos cambios genéticos afectaron la capacidad de la bacteria para ocultarse del sistema inmunitario y compartir ADN con bacterias vecinas, lo que sugiere que B. recurrentis se había especializado para sobrevivir dentro del piojo humano.
Según estos genomas antiguos y modernos, la divergencia del ancestro de la bacteria, transmitido por garrapatas, ocurrió durante la transición del Neolítico a la Edad del Bronce Temprano. Esta fue una época de cambio en el estilo de vida humano, ya que las personas comenzaron a domesticar animales y a vivir en asentamientos más densos. Esto pudo haber facilitado la propagación de B. recurrentis entre personas.
Los investigadores también plantean la posibilidad de que el desarrollo de la cría de ovejas para la producción de lana en esa época haya dado una ventaja a los patógenos transmitidos por piojos, ya que la lana ofrece mejores condiciones para que los piojos pongan huevos.
Concluyen que la evolución de B. recurrentis pone de relieve que una combinación de cambios genéticos y ambientales puede ayudar a que los patógenos se propaguen e infecten poblaciones con mayor facilidad.
Pooja Swali, investigadora del UCL, exestudiante de doctorado de Crick y primera autora, detalla: "La fiebre recurrente transmitida por piojos es una enfermedad desatendida con genomas modernos limitados, lo que dificulta el estudio de su diversidad. Añadir cuatro genomas antiguos de B. recurrentis nos ha permitido crear una serie temporal evolutiva y esclarecer cómo ha cambiado la genética de la bacteria con el tiempo. Si bien existe una tendencia al deterioro del genoma a medida que se adaptaba al piojo humano, vector de la enfermedad, hemos demostrado que la evolución de B. recurrentis fue dinámica hasta hace unos 1000 años, cuando se asemeja a los genomas actuales".