MADRID, 21 Nov. (EUROPA PRESS) -
La adicción al juego puede aumentar el riesgo de baja laboral de larga duración durante varios años, según un nuevo estudio publicado en la revista 'Psychological Medicine' por investigadores del Instituto Karolinska (Suecia), que señalan la necesidad de detectar a tiempo a las personas con adicción al juego para evitar problemas económicos y de salud.
La adicción al juego es una afección psiquiátrica caracterizada por un juego prolongado y problemático que acarrea consecuencias financieras, sanitarias y sociales negativas. El 1,3% de la población sueca (105.000 suecos personas) tiene problemas de juego o un riesgo elevado de padecerlos, pero se cree que el número de casos no declarados es mucho mayor. La afección se ha descrito como una "adicción oculta" que puede desarrollarse sin el conocimiento del entorno.
El equipo de investigadores, expertos en adicciones, ludopatía, epidemiología y bajas por enfermedad, utilizó varios registros nacionales vinculados para estudiar a 2.830 personas en edad laboral de entre 19 y 62 años a las que se había diagnosticado adicción al juego y examinó sus bajas por enfermedad a lo largo de seis años.
A continuación, compararon estos datos con los de un grupo equivalente de 28.300 personas sin diagnóstico de adicción al juego.
"Gracias a la gran cantidad de datos de los distintos registros, también pudimos controlar una serie de factores relacionados tanto con la adicción al juego como con las bajas por enfermedad, como la salud física y mental, el sexo, la edad, la duración de los estudios y la densidad de población de la zona en la que vive el individuo", afirma la última autora del estudio, Yasmina Molero, investigadora del Departamento de Neurociencia Clínica del Instituto Karolinska.
Los investigadores descubrieron que las personas con adicción al juego tenían un 89% más de riesgo de estar de baja por enfermedad de larga duración, es decir, más de 90 días al año durante el año en que se les diagnosticó.
"Esto es especialmente preocupante, ya que este grupo suele tener antecedentes de problemas de salud mental y la capacidad de trabajar es importante para la recuperación mental y económica", afirma el primer autor del estudio, Viktor Mansson, investigador del mismo departamento.
El estudio muestra también que el riesgo está desigualmente distribuido. Ser mujer, tener menos estudios y vivir en zonas menos densamente pobladas estaban relacionados con un mayor riesgo de baja laboral de larga duración.
Según los investigadores, los resultados son importantes porque se desconocen las consecuencias de la adicción al juego a lo largo del tiempo y cómo pueden afectar al individuo en términos de salud y capacidad laboral y, en última instancia, de estabilidad financiera y participación en la sociedad a través del trabajo.
"El estudio muestra que necesitamos detectar los problemas de juego en una fase más temprana en la asistencia sanitaria y en los lugares de trabajo y aumentar el acceso a la ayuda para las personas afectadas, de modo que puedan romper antes las trayectorias negativas --afirma Manssson--. La adicción al juego corre el riesgo de pasar desapercibida, y los problemas pueden extenderse antes de que se adviertan y diagnostiquen en la atención sanitaria, algo que demuestra este estudio".
El siguiente paso de la investigación es seguir desarrollando métodos para detectar antes la adicción al juego y educar a los profesionales sanitarios sobre el problema, anuncia Yasmina Molero.
"Como la adicción al juego suele ser un problema a largo plazo, también será importante seguir a las personas durante un periodo aún más largo, por ejemplo hasta diez años, para averiguar más sobre las consecuencias a largo plazo para los afectados y su entorno", añade.