MADRID 21 Mar. (EUROPA PRESS) -
Los investigadores han descubierto nueva información sobre cómo se activa el área del cerebro responsable de la memoria cuando los ojos se posan en una cara frente a otro objeto o imagen. Sus hallazgos, publicados en la revista 'Science Advances', se suman a los conocimientos científicos sobre el funcionamiento de la memoria y a las pruebas que respaldan un futuro objetivo de tratamiento para los trastornos de la memoria.
Aunque la visión parece continua, las personas mueven los ojos de un punto distinto a otro entre tres y cuatro veces por segundo. En este estudio, los investigadores del Cedars-Sinai de Nueva York, descubrieron que cuando los ojos se posan en un rostro, ciertas células de la amígdala, una parte del cerebro que procesa la información social, reaccionan y desencadenan la actividad de creación de memoria.
"Se podría argumentar fácilmente que las caras son uno de los objetos más importantes que miramos --señala el doctor Ueli Rutishauser, director del Centro de Ciencia y Medicina Neural del Cedars-Sinai y autor principal del estudio--. Tomamos un montón de decisiones muy significativas basándonos en la mirada de las caras, incluyendo si confiamos en alguien, si la otra persona está contenta o enfadada, o si hemos visto a esta persona antes".
Para llevar a cabo sus experimentos, los investigadores trabajaron con 13 pacientes con epilepsia a los que se les implantaron electrodos en el cerebro para ayudar a determinar el foco de sus ataques. Los electrodos también permitieron a los investigadores registrar la actividad de las neuronas individuales dentro del cerebro de los pacientes. Al mismo tiempo, los investigadores siguieron la posición de los ojos de los sujetos mediante una cámara para determinar en qué parte de la pantalla miraban.
Los investigadores también registraron la actividad de las ondas theta de los participantes en el estudio. Las ondas theta, un tipo distinto de onda eléctrica del cerebro, se crean en el hipocampo y son clave en el procesamiento de la información y la formación de recuerdos.
Los investigadores mostraron primero a los participantes del estudio grupos de imágenes que incluían rostros humanos y de primates y otros objetos, como flores, coches y formas geométricas. A continuación, mostraron a los participantes una serie de imágenes de caras humanas, algunas de las cuales habían visto durante la primera actividad, y les preguntaron si las recordaban o no.
Los investigadores descubrieron que cada vez que los ojos de los participantes estaban a punto de posarse en un rostro humano -pero no en ningún otro tipo de imagen- se disparaban ciertas células de la amígdala. Y cada vez que estas "células de la cara" se disparaban, el patrón de ondas theta en el hipocampo se reiniciaba.
"Creemos que esto es un reflejo de que la amígdala prepara al hipocampo para recibir nueva información socialmente relevante que será importante recordar", afirma Rutishauser, titular de la Cátedra de Neurociencias del Consejo de Gobernadores y profesor de Neurocirugía y Ciencias Biomédicas.
"Los estudios realizados en primates han demostrado que las ondas theta se reinician o resetean cada vez que realizan un movimiento ocular --explica Juri Minxha, becario postdoctoral en neurocirugía en el Cedars-Sinai y co-primer autor del estudio--. En este estudio, demostramos que esto también ocurre en los humanos, y que es particularmente fuerte cuando miramos las caras de otros humanos".
Los investigadores demostraron que cuanto más rápido se disparaban las células faciales de un sujeto cuando sus ojos se fijaban en una cara, más probable era que el sujeto recordara esa cara. Cuando las células faciales de un sujeto se disparaban más lentamente, era más probable que olvidara la cara en la que se había fijado.
Las células faciales de los sujetos también se disparaban más despacio cuando se les mostraban caras que habían visto antes, lo que sugiere que esas caras ya estaban almacenadas en la memoria y que el hipocampo no necesitaba que se le indicara.
Rutishauser destaca que estos resultados sugieren que las personas que tienen dificultades para recordar las caras podrían tener una disfunción en su amígdala, señalando que este tipo de disfunción se ha implicado en trastornos relacionados con la cognición social, como el autismo.
Los resultados también indican la importancia tanto de los movimientos oculares como de las ondas theta en el proceso de la memoria, resalta Rutishauser.
"Si las ondas theta en el cerebro son deficientes, este proceso desencadenado por la amígdala en respuesta a las caras podría no tener lugar --añade--. Así que restaurar las ondas theta podría resultar un objetivo de tratamiento eficaz".