MADRID, 11 Abr. (EDIZIONES) -
No hay que olvidar que la felicidad depende de uno mismo. Lo que nos rodea nos influye, somos seres emocionales, pero no debemos dejarnos llevar por ello. Debemos nutrir nuestra mente para permanecer coherentes frente al día a día, y en última instancia, ser más felices.
"Es un ejercicio de cómo nosotros nos enfrentamos a las situaciones cotidianas y de cómo las resolvemos porque muchas veces no podemos solucionarlas pero sí el cómo aprendemos a verlas, lo que nos ayudará a ser más felices en nuestro día a día. Aparte, a todo esto, hay que sumarle que las personas más felices y optimistas son las que viven más años y están menos enfermas", afirma en una entrevista con Infosalus Alexia de la Morena, doctora en Neurociencias aplicadas y comportamiento humano por la Universidad Complutense de Madrid.
Así, pone de ejemplo toda la polémica y alarma que está suscitando el coronavirus. "Se trata de una epidemia sobre la que se está generando una alarma social. Ya sólo con ver a alguien con mascarilla o tocarle nos produce pánico, cuando no debería ser así. Entonces tener una mente equilibrada nos ayudará a ser más coherentes y a mantener la positividad necesaria para conseguir nuestros sueños y ser feliz en el día a día", mantiene la también neuropsicóloga y periodista.
Para ello, en Secretos de tu cerebro' (Kairós), plantea una metodología, basada en este 'brain balance' o 'equilibrio cerebral' donde trabajar 7 sencillos pasos para que en el día a día se recojan esos pensamientos positivos y se vean cuáles son los objetivos, pensamientos, y conductas que debemos mantener.
"Entonces poco a poco veremos que si trabajamos con un objetivo pequeño, trabajamos las pequeñas cosas del día a día, lograremos nuestros objetivos. Nos daremos cuenta de que la felicidad está en nuestra mente. Una mente equilibrada, además, hará que nuestras conductas y pensamientos sean coherentes, equilibrados. La felicidad es una actitud del día a día y hay que entender que la felicidad está dentro de nosotros y no nos podemos dejar llevar por lo que nos acontece alrededor, nos influirá porque somos seres emocionales, pero tenemos que vivir nuestra propia realidad", subraya la experta.
En primer lugar, cita en la necesidad de nutrir al cerebro durmiendo las horas básicas, mínimo de 6 a 7, lo ideal 7 y 8, pero un sueño de calidad, sin interrupciones ni somníferos de por medio. "Las personas que duermen menos de 4 o 5 son más propensas al deterioro cognitivo, al alzheimer, a engordar, a enfrentarse a los problemas de la vida de peor manera, y con un estado de ánimo más bajo, así como a ictus, entre otras patologías", alerta De la Morena.
Después, cita el 'tiempo para jugar' o 'play time', el 'joie de vivre' en definitiva que consiste en el relacionarnos con los demás, escuchar música, reírnos, jugar con nuestro entorno, hacer cosas que nos gustan, nos motivan, nos divierten, nos llena. "Relacionarse con los demás, escuchar música, vibrar. Hay pocas cosas que activen el cerebro de golpe, como la música, o hacer el amor, estar concentrado en algo que sea una gran pasión para nosotros. Todo esto nutre al cerebro", subraya la neuropsicóloga.
El tiempo de inactividad también lo ve necesario para nutrir la mente. El hecho de desconectar, "lo que nos permite encontrar esa idea nueva que estábamos buscando hace tiempo, o tener una nueva visión ante la situación en la que nos encontrábamos encallados", señala De la Morena. Aquí cita, por ejemplo, que la mente necesita desconectar del móvil y por ejemplo dejar de usarlo a las 10 de la noche hasta el día siguiente para que la mente desconecte de él.
En cuarto lugar, la doctora en Neurociencias aplicadas aplaude la necesidad de disponer un momento en el día para el mindfulness, un tiempo de reflexión, de sintonía, con el objetivo de aumentar el conocimiento y la gestión de uno mismo. "Nos ayuda a calmar la mente y a aumentar la concentración. La atención plena o 'mindfulness' se basa en prestar atención de manera particular con propósito, en el momento presente y sin juzgar", relata.
Seguidamente, menciona el tiempo de la conexión o el 'poder curativo de las relaciones' ya que, según destaca De la Morena, nuestro cerebro es social, estamos diseñados para conectar y relacionarnos desde nuestros primeros días de vida. "Resulta fascinante comprobar que los circuitos neuronales que se activan cuando sentimos dolor físico son los mismos que se activan cuando nos sentimos rechazados socialmente", subraya, al mismo tiempo que sostiene que sentir que se cuenta con apoyo social se relaciona con efectos beneficiosos sobre los sistemas cardiovasculares, endocrino, e inmunológico.
En sexto lugar señala al tiempo para hacer ejercicio físico ya que, según asegura, el ejercicio físico ayuda a lograr y a mantener la salud del cerebro y mejora la plasticidad del cerebro. "El ejercicio mejora las funciones ejecutivas que son un conjunto de habilidades, como la velocidad de respuesta y la memoria de trabajo, que nos permiten seleccionar el comportamiento apropiado, inhibir el comportamiento inapropiado y concentrarnos a pesar de las distracciones", agrega.
En último lugar, la neuropsicóloga apunta al tiempo de atención plena o 'focus time', basado en la gestión de la atención para el rendimiento, en el tiempo para concentrarse y en ejercer el autocontrol para bloquear las interferencias, frente a este mundo donde las cosas se esperan con una inmediatez que "a menudo nos abruma", y donde el tiempo también es un recurso escaso.
En este último punto resalta a su vez que tanto la sobreestimulación (estrés) como la falta de estimulación (aburrimiento) conducen a un deterioro de las funciones ejecutivas y afectan a la concentración. "En estas condiciones el cerebro puede estar alterado y entrar en un estado de hipervigilancia o hipovigilancia que puede perjudicar al rendimiento", agrega De la Morena.
"El 75% de nuestros pensamientos vienen de días anteriores. Muchas veces nos sentimos atrapados en nuestras preocupaciones, que en el fondo son tonterías, porque nuestra mente es nuestro mayor verdugo, aunque también es lo que más alto vuela. Si te preocupas de hacer cosas nuevas, por activar tu cerebro, hacer ejercicio y todas las cosas antes descritas, harás que tu mente esté más activada y sana. Muchas personas van al gimnasio, que está muy bien. Pero muchas otras también descuidan el ejercicio de la mente, que también es necesario", sentencia la doctora en Neurociencias aplicadas y comportamiento humano por la Universidad Complutense de Madrid.