MADRID 11 Sep. (EUROPA PRESS) -
Un equipo de investigadores ha descubierto los distintos cálculos que ocurren cuando cambiamos de un idioma a otro, un hallazgo que proporciona nuevos conocimientos sobre la naturaleza del bilingüismo. "Una característica notable de las personas multilingües es su capacidad de cambiar de forma rápida y precisa entre sus diferentes idiomas", explica la autora principal del estudio, Esti Blanco-Elorrieta, candidata a doctorado de la Universidad de Nueva York, Estados Unidos.
"Nuestros hallazgos ayudan a identificar lo que ocurre en el cerebro en este proceso, específicamente, qué actividad neuronal se asocia exclusivamente con desvincularse de un idioma y luego comprometerse con uno nuevo", afirma esta investigadora, cuyo trabajo se detalla en un artículo que se publica en 'Proceedings of the National Academy of Sciences'.
"Específicamente, esta investigación revela por primera vez que, aunque desconectarse de un idioma requiere un esfuerzo cognitivo, activar un nuevo lenguaje resulta relativamente económico desde un punto de vista neurobiológico", señala la autora principal Liina Pylkkanen, profesora del Departamento de Lingüística de NYU.
La investigación previa ha vinculado el cambio de lenguaje con una mayor actividad en áreas asociadas con el control cognitivo (es decir, las cortezas cingulada anterior y prefrontal). Sin embargo, no se sabe si se está desvinculando del idioma anterior o participando de un nuevo idioma que impulsa esta actividad.
Esto se debe principalmente a que estos dos procesos ocurren simultáneamente cuando los que hablan dos idiomas cambian de uno a otro (es decir, cuando los participantes cambian de hablar español a hablar inglés, "desactivan" el español y "activan" el inglés al mismo tiempo).
Para desentrañar esta dinámica, los investigadores del estudio, que también incluyeron a Karen Emmorey, de la Universidad Estatal de San Diego, Estados Unidos, estudiaron individuos bilingües con fluidez en inglés y lenguaje de señas americano (ASL), quienes a menudo producen ambos idiomas simultáneamente.
"El hecho de que puedan hacer ambas cosas al mismo tiempo ofrece una oportunidad única para desenmarañar los procesos de compromiso y desconexión, es decir, cómo activan y desactivan los idiomas", observa Blanco-Elorrieta. Específicamente, esto significaba que los investigadores podían pedir a los participantes que pasaran de producir ambos idiomas a producir solo uno (aislando así el proceso de desactivar un idioma) o cambiar de producir un solo idioma a producir ambos (aislando así el proceso de activar un idioma).
MAYOR ACTIVIDAD CEREBRAL AL DESACTIVAR UN IDIOMA
Para capturar este proceso, los científicos observaron a los firmantes/hablantes bilingües que vieron las mismas imágenes y las nombraron con expresiones semánticamente idénticas. Con el fin de medir la actividad cerebral de los sujetos del estudio durante este experimento, los investigadores implementaron magnetoencefalografía (MEG), una técnica que mapea la actividad neuronal al registrar los campos magnéticos generados por las corrientes eléctricas producidas por nuestro cerebro.
Los resultados mostraron que cuando los bilingües que hablaban con fluidez ASL e inglés cambiaban de idioma, "apagar" un idioma conducía a una mayor actividad en las áreas de control cognitivo mientras que activar un idioma no era diferente de no cambiar. En otras palabras, el trabajo del cerebro se dedicó a desactivar un idioma, con poco o ningún esfuerzo cognitivo requerido para activar un segundo idioma, independientemente de si se trataba de un lenguaje hablado o con señas.
De hecho, también encontraron que, para dichos hablantes, producir dos palabras simultáneamente (un signo y una palabra hablada) no era necesariamente más costoso desde el punto de vista cognitivo que generar solo uno. Más bien, producir ambos al mismo tiempo era más fácil que tener que suprimir el idioma dominante (en este caso, inglés) para nombrar la imagen en la pantalla solo en ASL.
"En general, estos resultados sugieren que la carga del cambio de idioma se basa en la desconexión del lenguaje anterior en lugar de comprometerse con un nuevo idioma", concluye Blanco-Elorrieta.