Qué es la acalasia y cómo distinguir sus síntomas de otras patologías digestivas

Archivo - Acidez estomacal, enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) o síntoma de reflujo ácido, acalasia
Archivo - Acidez estomacal, enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) o síntoma de reflujo ácido, acalasia - SEWCREAMSTUDIO/ ISTOCK - Archivo
Publicado: lunes, 5 febrero 2024 8:35

MADRID, 5 Feb. (EDIZIONES) -

   La acalasia es una enfermedad crónica que produce una dificultad progresiva para la deglución, llegando a producir pérdida de peso y desnutrición, si no se trata adecuadamente. Puede confundirse en primera instancia con el reflujo gastroesofágico, y hoy en día está considerada una enfermedad rara. Vamos a conocerla un poco más.

   Para ello, tal y como explica a Infosalus la doctora Lucía Diéguez Montes, del Hospital Universitario del Sureste de Madrid, primero es importante tener en cuenta que, al masticar, trituramos los alimentos y los mezclamos con la saliva en la boca, formando el bolo alimenticio.

   "Cuando tragamos lo impulsamos por la faringe hasta la parte superior del esófago. Éste representa un órgano con forma de tubo que comunica la faringe con el estómago a lo largo del cuello y el tórax. Cuando el bolo alcanza la parte superior del esófago, se debe producir una onda suave y coordinada que hace que el bolo se mueva en pocos segundos hasta la parte final del esófago, lo que se denomina 'peristaltismo esofágico' ", detalla.

   Así, y para que el bolo alimenticio alcance el estómago, según prosigue esta médico del Servicio de Aparato Digestivo, debe abrirse el esfínter esofágico superior, que separa esófago y estómago y ejerce de puerta de seguridad o de válvula, permaneciendo cerrado de forma habitual para evitar el temido reflujo gastroesofágico, y abriéndose momentáneamente para permitir que lo que tragamos alcance el estómago.

SE PIERDEN NEURONAS DEL ESTÓMAGO

   "La orden y coordinación para que se produzca a la perfección la onda propulsiva que empuja el alimento y, posteriormente la apertura del esfínter esofágico inferior surge de las neuronas presentes en el propio esófago, al igual que las hay en otros tramos del tracto gastrointestinal", remarca Diéguez Montes.

   En consecuencia, dice que la acalasia es una enfermedad de causa desconocida en la que hay una pérdida de parte de las neuronas del esófago, lo que hace que el avance del bolo alimenticio a lo largo del esófago y el posterior paso al estómago se vea muy dificultado.

   Mientras, la doctora Pilar Castillo, especialista en aparato digestivo del Centro Médico-Qquirúrgico de Enfermedades Digestivas (CMED) apunta en otra entrevista con Infosalus que se han propuesto tres posibles factores involucrados en el desarrollo de esta enfermedad de tipo infeccioso, genético, o autoinmune; si bien reitera que, a día de hoy, no se conoce con exactitud su causa.

   "Y aunque en la mayor parte de los casos no se reconoce por qué se produce la acalasia esofágica, en un 3-5% sí la existe, siendo la más frecuente la existencia de tumores localizados en la unión esofagogástrica o a distancia", subraya.

ES UNA ENFERMEDAD RARA: PRINCIPALES SÍNTOMAS

   En algunos casos se puede relacionar con la enfermedad de Chagas, causada por un parásito endémico en América central y del sur, apostilla por su parte la doctora Diéguez, quien apunta que la acalasia está catalogada como enfermedad rara, con una prevalencia estimada de 10 a 15 casos por cada 100.000 habitantes, y que afecta a ambos sexos por igual. "La enfermedad se suele diagnosticar entre los 30 y los 60 años, siendo excepcional su diagnóstico en la infancia", agrega.

   Entre sus principales síntomas, la experta del Hospital del Sureste sostiene que esta patología digestiva se caracteriza por esa dificultad para la deglución o 'disfagia', de manera que las personas con acalasia sienten que cuando tragan el alimento, o incluso los líquidos, estos no avanzan y se quedan en el pecho. "A veces lo tragado puede volver a la boca en forma de regurgitación. También se puede presentar dolor de pecho (normalmente de segundos o minutos de duración) y sensación de acidez o reflujo. En casos avanzados, la dificultad para tragar es tal que los pacientes pierden peso y pueden presentar desnutrición", añade.

   A su vez, la especialista de CMED mantiene que los síntomas de la enfermedad progresan lentamente en esta patología, lo que con frecuencia retrasa el diagnóstico, y al principio puede confundirse con una enfermedad por reflujo gastroesofágico. "La disfagia o dificultad de deglución, con sensación de detención del bolo alimentario tanto sólidos como líquidos, la regurgitación, el dolor torácico y la pérdida de peso son sus síntomas más característicos", enumera la doctora Castillo.

   Es más, apunta que la disfagia suele ser el primer síntoma con presentación intermitente al inicio, para hacerse más frecuente con el paso del tiempo: "Es característica la disfagia para líquidos desde el principio, mientras que la regurgitación postural y la pérdida de peso suelen aparecer en pacientes con enfermedad avanzada. Algunos pacientes refieren dolor torácico o pirosis como síntomas iniciales".

   Aquí lamenta la experta de CMED que la acalasia esofágica altera significativamente la calidad de vida relacionada con la salud, por lo que, una vez diagnosticada y tratada, debe controlarse periódicamente porque es una enfermedad que tiene una probabilidad significativamente mayor de desarrollar un cáncer esofágico, con un riesgo hasta 30 veces superior al de la población general. "El riesgo es mayor en la acalasia de larga evolución y con factores asociados como tabaco y alcohol", apostilla.

CÓMO SE REALIZA EL DIAGNÓSTICO

   Ante la sospecha de esta enfermedad en primer lugar esta especialista en Aparato Digestivo dice que se debe solicitar:

   Endoscopia oral, para descartar la existencia de otras enfermedades como un tumor esofágico; con esta exploración, en ocasiones, se puede ya sospechar su diagnóstico al observarse una dilatación del esófago, incluso con retención de alimentos en casos avanzados, y un afilamiento distal de la luz esofágica, con cierta resistencia al paso del endoscopio a la cavidad gástrica sin patología orgánica que lo justifique.

Radiología baritada, ya que muestra una imagen típica del esófago distal en 'cola de ratón' o de 'pico de pájaro', y un esófago dilatado por encima del esfínter esofágico superior, con ausencia de peristalsis o motilidad normal del esófago.

   Manometría esofágica, el estudio de elección ante la sospecha de acalasia, dado que muestra la ausencia completa de peristaltismo del cuerpo esofágico, criterio obligado, y una obstrucción, por falta de relajación adecuada, del esfínter esofágico inferior que puede estar con una presión más elevada de los parámetros normales; también detecta los signos de retención de alimentos en el esófago.

   En ocasiones hay que completar el estudio con otras técnicas de imagen como TAC, RMN, o técnicas endoscópicas más complejas.

CÓMO SE TRATA ESTA PATOLOGÍA DIGESTIVA

   Ahora bien, actualmente, tal y como reconoce la doctora de la Unidad de Patología Funcional Digestiva del Hospital Universitario del Sureste de Madrid, la acalasia no tiene cura. "No somos capaces de recuperar la normalidad en el movimiento del esófago, porque todavía no sabemos cómo regenera sus neuronas. Sin embargo, los tratamientos que se ofrecen consiguen una mejoría de los síntomas muy importante en la gran mayoría de pacientes por un tiempo muy prolongado o incluso indefinido, aunque a veces hay que repetir los tratamientos", aclara.

   Remarca que, actualmente, los tratamientos se dirigen a 'abrir' la zona de unión entre el esófago y el estómago (esfínter esofágico inferior), para que el bolo alimenticio encuentre menos dificultad en alcanzar el estómago.

   Concretamente, apunta que se puede conseguir de tres maneras: mediante una cirugía denominada miotomía de Heller (la más frecuente, que vendría a ser como una técnica 'antirreflujo'); a través de la dilatación con balón durante una gastroscopia; o por miotomía endoscópica peroral (POEM por sus siglas en inglés), una técnica de endoscopia avanzada, y que se realiza de forma centralizada en unos pocos hospitales, dada la baja prevalencia de la enfermedad, de ahí también la importancia, tal y como resalta, de que existan profesionales "muy especializados" en la sanidad pública que puedan realizarla.

   "El tratamiento se elige en función de las características del paciente y de la disponibilidad de la técnica en cada entorno. El efecto adverso más frecuente tras el tratamiento es el reflujo gastroesofágico", indica la doctora Diéguez Montes.

RECOMENDACIONES DIETÉTICO-HIGIÉNICAS TAMBIÉN

   Por su parte, la doctora Pilar Castillo pone en valor las recomendaciones dietético-higiénicas que igualmente deben implementarse en estos casos, como el comer despacio y con tranquilidad, masticando bien los alimentos.

   Aclara que las dietas para la disfagia deben ser individualizadas, incluyendo la modificación de la textura, consistencia y viscosidad de los alimentos; a la vez que resalta que, en los casos más severos, puede ser necesaria una dieta de puré o líquida. "Si existe regurgitación el paciente debe elevar la cabecera de la cama unos 10-15 centímetros, no con almohadas, sino elevando toda la parte superior del tronco", añade.

   Así con todo, valora que el tratamiento específico, al desconocer la causa, es paliativo y va orientado a reducir como hemos contado esa presión basal de esfínter esofágico inferior para permitir el tránsito de la comida ingerida, evitando en la medida de lo posible el reflujo gastroesofágico.