MADRID, 7 Oct. (EUROPA PRESS) -
Los abuelos que dejaron de cuidar a sus nietos durante la pandemia de COVID-19 fueron considerablemente más propensos a experimentar síntomas depresivos en comparación con los que siguieron cuidando de sus nietos, según un nuevo estudio dirigido por la University College de Londres (Reino Unido).
La investigación, publicada en la revista científica 'Journal of Gerontology: Social Sciences', también descubrió que los abuelos de Inglaterra que dejaron de cuidar a sus nietos o redujeron la cantidad de tiempo que les dedicaban informaron de una menor satisfacción y calidad de vida.
Los investigadores examinaron los datos de una muestra de 2.468 abuelos mayores de 50 años con nietos menores de 15 años del Estudio Longitudinal Inglés sobre el Envejecimiento (ELSA).
Justo antes del brote de la pandemia, en febrero de 2020, el 52 por ciento de los abuelos cuidaba de sus nietos. Sin embargo, durante el primer año de la pandemia, el Gobierno británico aconsejó a las personas mayores que permanecieran en casa y limitaran sus interacciones en persona con otras personas para reducir el riesgo de contagio.
Tal vez en parte como resultado, el 22 por ciento de los abuelos informó que su compromiso en el cuidado de los nietos se redujo en gran medida en comparación con la pre-pandemia, y alrededor del 10 por ciento dejó de cuidar a sus nietos por completo durante los primeros 9 meses de la pandemia.
En noviembre y diciembre de 2020, más de un tercio (34,3%) de los abuelos que dejaron de cuidar a sus nietos a lo largo de los primeros 9 meses de la pandemia informaron de altos niveles de síntomas depresivos, como sentirse tristes o tener un sueño intranquilo, en comparación con el 26 por ciento de los que siguieron cuidando a los nietos. También declararon una menor satisfacción vital y una menor calidad de vida.
Los investigadores pudieron tener en cuenta la salud mental y física previa a la pandemia, las características socioeconómicas y demográficas, así como los contactos sociales con la familia y los amigos y la soledad durante la pandemia para comprender mejor si las relaciones observadas entre la reducción del cuidado de los nietos y el empeoramiento de la salud mental se debían a condiciones preexistentes o a la adversidad socioeconómica.
"Los abuelos que no pudieron ver y pasar tiempo con sus nietos por razones ajenas a su voluntad podrían haberse sentido frustrados y angustiados por ello, lo que tuvo consecuencias negativas para su salud mental. Cuidar de los nietos puede proporcionar a los abuelos una gratificación emocional y una sensación de utilidad y competencia, aumentando así la satisfacción vital. La participación de los abuelos en esta actividad familiar también puede proporcionarles una sensación de valor y apego, fortaleciendo así las relaciones intergeneracionales y los intercambios emocionales positivos que podrían beneficiar su salud mental", ha comentado el autor principal del trabajo, Giorgio Di Gessa.
"Si las políticas de distanciamiento físico siguen siendo una estrategia fundamental para proteger a las personas con mayor riesgo de contraer la COVID-19 o, de hecho, en una futura pandemia, debería prestarse atención a abordar la salud mental y las necesidades más amplias de las personas mayores que pueden sufrir la pérdida de funciones significativas en su familia y en la sociedad", ha resaltado la doctora Valeria Bordone (Universidad de Viena), coautora del estudio.