El 25% de los pacientes con una espondiloartropatía tiene discapacidad laboral y un 10% una incapacidad absoluta

Actualizado: viernes, 16 abril 2010 20:08

MADRID, 16 Abr. (EUROPA PRESS) -

Más de 200.000 personas padecen en España algún tipo de espondiloartropatía, de ellos el 25 por ciento tiene discapacidad laboral y un 10 por ciento incapacidad absoluta, según explicaron hoy expertos reunidos en el Primer Encuentro de especialistas 'Stand Alone'.

Espondiloartropatías son enfermedades reumáticas crónicas que afectan fundamentalmente a individuos jóvenes, sobre todo hombres, y la edad de comienzo de está enfermedad en España es de los 30 a los 35 años. Estas características la convierten en una enfermedad con alto impacto social, emocional y económico.

"Se trata de una enfermedad llamativa porque comienza a una edad bastante precoz, cuando la persona está en pleno auge laboral y personal", además, según explica el doctor Eduardo Collantes Estévez, jefe del Servicio de Reumatología del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba, "evoluciona de manera persistente y durante muchos años".

Dentro de la espodiloartopatía la enfermedad más importante es la espondilitis anquilosante, aunque "en los últimos años hemos visto un mayor número de enfermedades que no son anquilosantes y que probablemente son más frecuentes porque pueden afectar a niños, mujeres y personas mayores".

Es importante conocer la existencia de la enfermedad porque su evolución dependerá de su detección, ya que al tener una gran carga genética no se puede hacer nada para tratar de evitar su aparición. No obstante, según Collantes, sí existen señales que avisan de la aparición de la enfermedad, momento en el que, además de acudir al especialista, se puede iniciar una serie de actividades que pueden ayudar a sobrellevar mejor la enfermedad.

Al tratarse de una dolencia que afecta a la columna vertebral, dependiendo de la precocidad de su detección y del tipo de espondiloartropatia puede en mayor o menor manera reducir la movilidad del enfermo hasta que la persona se queda muy rígida, "anquilosado".

"De detectarse de un modo tardío la enfermedad puede haber producido algún daño estructural en el hueso que, hoy por hoy, no es reversible. Por tanto, la solución es diagnosticar al paciente lo más rápidamente posible, a poder ser antes de los 45 años", explicó.

En los casos de mejor pronóstico el paciente "puede realizar una vida normal" con un tratamiento antiinflamatorio, rehabilitación y ejercicio. Aunque, un 30 por ciento de los casos no responde bien a este tratamiento y deben utilizar terapias biológicas.

"El primer síntoma es la identificación de lo que se conoce como una lumbalgia pero un tipo concreto que es el lumbago inflamatorio; es decir cuando un individuo menor de 45 años, con una cierta predisposición genética, sufre una lumbalgia que se alivia con el movimiento, sobre todo nocturna y que responsa muy bien a los antiinflamatorios, debe acudir al especialista porque tienen muchas posibilidades de sufrirla", explicó.