MADRID 27 Feb. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Hospital 12 de Octubre han participado en una investigación que ha permitido demostrar la agresividad de un tipo de cáncer de próstata, el relacionado con mutaciones en los genes BRCA1 o BRCA2, para el que existe una alternativa terapéutica, basada en el uso de fármacos llamados inhibidores de PARP.
La investigación, cuyos resultados han sido publicados en la revista científica 'Annals of Oncology', ha incluido a más de 700 pacientes y ha contado con la participación de 38 centros de España e Italia, según ha informado el centro hospitalario madrileño en un comunicado.
En el estudio se demuestra que los pacientes con este tipo de alteración obtienen un beneficio reducido de los tratamientos habituales y su supervivencia es menor que la del resto de pacientes con tumores de próstata. Por contra, ensayos clínicos han demostrado que la supervivencia de pacientes con estas alteraciones puede mejorar con el uso de estos inhibidores de PARP, disponibles en España para tumores como el cáncer de ovario, de mama o de pulmón y que están siendo ya utilizados en países de nuestro entorno.
"Hay resultados que muestran que añadiendo al tratamiento un tipo de fármaco de los denominados inhibidores de PARP, que impiden a las células cancerosas que reparen el daño a su ADN, no solo se retrasa la progresión de la enfermedad de los pacientes con alteraciones BRCA1 y BRCA2, sino que también pueden tener una esperanza de vida similar a los que no tienen estas alteraciones", ha explicado David Olmos, oncólogo y jefe del Grupo de Investigación en Genómica y Terapéutica del Cáncer de Próstata del Instituto de Investigación del Hospital 12 de Octubre i+12 y autor principal de este trabajo.
Se trata del primer trabajo que integra la información genética del tumor y las alteraciones heredadas de los pacientes para entender cómo estos eventos afectan a la respuesta a los tratamientos.
En concreto, el estudio señala que las mutaciones en los genes BRCA1 o BRCA2 está presente en el 13% de los tumores de próstata y son de carácter hereditario en el 25% de ellos. Alteraciones en otros genes, que como los anteriores se encargan de reparar el daño que sufre el ADN de las células, están presentes en un 17% de los pacientes.
En este sentido, el estudio sugiere que algunas de estas segundas alteraciones también podrían asociarse a una pobre respuesta a los tratamientos habituales, que incluyen hasta ahora la quimioterapia y las terapias hormonales de nueva generación --enzalutamida o acetato de abiraterona--.
Aunque los pacientes con ese tipo de alteraciones pueden responder a estos tratamientos, las respuestas suelen ser de corta duración y su supervivencia mucho más limitada. En este estudio, la supervivencia de los pacientes con alteraciones en BRCA1 y BRCA2 se limitó a 18 meses, la mitad que en los pacientes sin estas alteraciones, contando desde el momento en el que el tumor se hizo resistente al tratamiento de supresión hormonal.
Los ensayos clínicos con inhibidores de PARP, que están siendo ya utilizados en países de nuestro entorno, han demostrado que pueden mejorar la supervivencia de pacientes con estas alteraciones. "En este momento, los estamos usando dentro de lo que llamamos uso compasivo o en ensayos clínicos. Estos resultados apoyan su incorporación al sistema sanitario como nuevo tratamiento estándar", ha defendido el doctor Olmos.
Este tipo de fármacos son el primer agente dirigido contra una diana terapéutica que han demostrado prolongar la supervivencia de los pacientes con cáncer de próstata avanzado. Para que esta forma de medicina de precisión pueda implementarse en la rutina asistencial son necesarios dos requisitos: poder determinar si el tumor presenta o no la diana terapéutica a la que se dirige el tratamiento y que el fármaco esté disponible en el sistema sanitario.
"El estudio demuestra la importancia de analizar los tumores de los pacientes para identificar la presencia de dianas terapéuticas y poder ofrecerles un manejo de la enfermedad más adecuado a su situación concreta y da fundamentos a las agencias reguladoras con respecto a este nuevo fármaco, sin el cual su pronóstico es muy negativo", ha indicado por su parte Elena Castro, jefa del Grupo de Investigación Traslacional en Cáncer Hereditario del Instituto de Investigación del Hospital 12 de Octubre i+12 y autora senior de este trabajo.
El diagnóstico de las alteraciones en BRCA1 y BRCA2 se ha introducido hace dos semanas en la cartera de Servicios del Ministerio de Sanidad. En cuanto a los fármacos inhibidores de PARP para el tratamiento a estos pacientes, tras su aprobación por la Agencia Europea del Medicamento, ya están disponibles para su combinación en países como Alemania, Austria y Reino Unido, y tras fallo en primera línea de tratamiento en Francia e Italia.
En 2020 se conocieron los resultados de uno de estos fármacos para el tratamiento del cáncer de próstata avanzado con alteraciones en BRCA1 y BRCA2 que llevó a su aprobación por la Agencia Europea del Medicamento (EMA). Desde entonces, se han publicado los datos de otros tres estudios que han investigado la combinación de distintos inhibidores de PARP con agentes hormonales de nueva generación, todos ellos con unos resultados excelentes en estos pacientes, lo que ha llevado a la aprobación de todos ellos por la EMA.