MADRID, 23 Ene. (EUROPA PRESS) -
El 75 por ciento de las mujeres experimentan un episodio de vulvovaginitis sintomática a lo largo de su vida y entre el 40 y el 50 por ciento, al menos, un segundo episodio, según la doctora de la Unidad de Ginecología, Obstetricia y Reproducción del Hospital Ruber Internacional de Madrid, Cristina Cámara García.
La vulvovaginitis es la inflamación de la vagina y de la piel externa que la rodea, aunque no siempre se afectan ambas áreas de forma paralela. Puede ocurrir a cualquier edad como consecuencia de diferentes causas y es producida por distintas especies de hongos y bacterias.
En lo que respecta a los hongos, el Cándida es el desencadenante más común, siendo el responsable del 90 por ciento de los episodios, según la especialista. En el caso de la candidiasis vulvovaginal, existen factores desencadenantes "bien conocidos" que pueden favorecer la multiplicación de este tipo de hongos asintomáticos, como son la diabetes mal controlada, el uso de antibióticos, la gestación, la toma de anticonceptivos, la inmunodepresión, la humedad, etcétera, explica la experta.
Por otro lado, la vaginosis bacteriana es producida, en su mayor parte, por la Gardnerella. Tal y como indica esta especialista, "debido a sus discretos síntomas, resulta más difícil su identificación", es llamativo saber que el 50 por ciento de las pacientes con vaginosis están asintomáticas y "el hallazgo es algo casual en las consultas ginecológicas", explica.
Estas infecciones, por lo general, suelen desaparecer con tratamientos tópicos como cremas vaginovulvares, "en raras ocasiones necesitan añadir tratamiento oral", informa la ginecóloga. Además del tratamiento con antibióticos, se suelen añadir los probióticos vía vaginal u oral, ya que ayudan a repoblar la flora de la zona con bacterias beneficiosas que ayudarán a evitar una recaída de la infección.
Actualmente, según la doctora Cámara García, se considera que las alteraciones de la microbiota vaginal son el principal precursor de las infecciones vaginales. De igual forma, estas infecciones vulvovaginales son un motivo frecuente de consulta, representando el 20 por ciento de las consultas ginecológicas.
El diagnóstico de todas ellas se suele realizar a través de los síntomas que presenta la paciente y de la exploración, "cuando existen dudas se debe tomar muestra para realizar un examen en fresco o un cultivo vaginal y así poder tratar de la manera más correcta posible", precisa.
En otros casos, resulta muy fácil detectar sus síntomas, que son evidentes e incómodos", como picor y ardor en la zona vulvovaginal, molestias durante las relaciones íntimas, secreción vaginal blanquecina y espesa, entre otros; además, "la pareja también puede presentar picores, erupciones y ardor en la zona intima por contagio con las relaciones sexuales," alerta Cristina Cámara.