MADRID, 4 Ene. (INFOSALUS) -
Los quistes mamarios son la causa más frecuente de masa mamaria solitaria en mujeres mayores de 30 años. Las tumoraciones quísticas se incluyen en el contexto de la enfermedad fibroquística de la mama. Hablamos de cambios fibroquísticos de la mama para referirnos a un incremento de quistes y tejido fibroso en una mama que es completamente normal.
Según explica a Infosalus la doctora Nuria Garrido, médico adjunto del Servicio de Obstetricia y Ginecología de la Unidad de Patología Mamaria del Hospital Universitario de Alcalá de Henares, las tumoraciones benignas de la mama, entre las que se incluyen los quistes mamarios, constituyen alrededor del 20% de las consultas que se presentan en una unidad especializada de patología mamaria. Suelen modificarse con los ciclos menstruales, recurrir durante la edad fértil y mejorar con la menopausia.
"No existen formas de evitar su aparición al formar parte de la constitución mamaria de algunas mujeres", señala la doctora. Los quistes mamarios pueden ser asintomáticos o cursar con dolor mamario (mastodinia) cuando alcanzan un tamaño por distensión de la cápsula del quiste.
"El quiste puede fluctuar de tamaño con el ciclo menstrual. Si la mujer tiene periodos regulares, los quistes son característicamente más dolorosos cuando alcanzan el máximo diámetro, es decir, justo antes del inicio de la menstruación", aclara la doctora Garrido.
En la mama pueden aparecer tumoraciones benignas sólidas y quísticas. Las tumoraciones sólidas se originan por la proliferación no cancerosa de cualquiera de sus componentes.
Así, las tumoraciones pueden ser quísticas (quistes de mama, máxima expresión de la enfermedad fibroquística de la mama) o sólidas, en las que en función del elemento que prolifere, sea estroma, epitelio, tejido vascular, tejido neural o tejido adiposo, hablaremos de:
· Fibroadenomas (proliferación mixta de estroma y epitelio).
· Tumor Phyllodes (proliferación mixta de estroma y epitelio, sobretodo del estroma).
· Hamartoma (proliferación desordenada y encapsulada de todos los componentes de la mama).
· Adenoma (proliferación sólo epitelial).
· Lipoma (proliferación del tejido adiposo).
· Hemangioma (proliferación vascular).
· Leiomioma (proliferación de tejido muscular liso).
· Neurofibroma (proliferación de tejido neural).
Los quistes simples asintomáticos no requieren ningún tratamiento. En los quistes muy sintomáticos y dolorosos puede realizarse una punción-aspiración para evacuar contenido. Si no desaparecen tras la aspiración o persiste un componente sólido residual se efectúa una biopsia.
"Ante la existencia de signos clínicos de inflamación o si se demuestra la existencia de bacterias en el cultivo, el tratamiento antibiótico puede estar indicado. El microorganismo más frecuentemente implicado es el Estafilococo", apunta Garridos.
QUISTES Y TUMORES DE MAMA: DIFERENCIAS EN LA EXPLORACIÓN FÍSICA Y EN LA ECOGRAFÍA
En la exploración en un inicio se inspeccionan las mamas con la paciente semisentada para después hacerlo en posición horizontal, se valoran entonces posibles retracciones del complejo areola-pezón y se inspecciona las características de la piel.
La exploración sistemática se inicia por los cuadrantes superiores de una mama y posteriormente se valoran los cuadrantes inferiores para, a continuación, explorar la mama contralateral. Finalmente se valoran las secreciones mamarias a través del pezón y se palpan los ganglios axilares, claviculares y cervicales.
En la exploración física los quites se palpan como una masa de consistencia blanda, más o menos delimitada, no muy móvil. Los quistes pueden abombar la piel, pero no están adheridos a ella ni a planos profundos y con frecuencia son múltiples y bilaterales.
Por el contrario, los tumores malignos se palpan como nódulos duros, irregulares, mal delimitados, que retraen el complejo areola-pezón y pueden estar adheridos a músculos pectorales y otras estructuras. Con frecuencia son únicos y unilaterales y pueden estar acompañados de adenopatías axilares.
Los quistes se pueden confundir con nódulos benignos mamarios, dentro de los que los más frecuentes son los fibroadenomas, que a la exploración física son duros a la palpación, firmes y muy móviles, pueden abombar la piel en su crecimiento pero no retraer el pezón. No suelen acompañarse de ganglios axilares.
"La confirmación diagnóstica se realiza con ecografía mamaria y en algunos casos punción-aspiración con aguja fina. El análisis del contenido se realiza en el laboratorio de citología. Si el líquido aspirado es purulento se remite a Microbiología para tinción y cultivo. La infección normalmente es secundaria a la ruptura del quiste en el parénquima mamario", aclara la doctora.
Según señala la doctora Garridos, en la ecografía mamaria se puede diferenciar un quiste simple de un quiste complicado. "Los quistes simples son regulares, ovalados, lobulados y anecoicos, con bordes bien definidos. Los quistes complejos tienen paredes irregulares o indiferenciadas y pueden contener partes sólidas en su interior, por lo tanto tienen más probabilidad de asociarse a un cáncer", apunta.
¿UN QUISTE DE MAMA BENIGNO PUEDE CONVERTIRSE EN MALIGNO?
La mayoría evolucionan satisfactoriamente, salvo que exista infección secundaria o sea el inicio de un proceso maligno. Cuando el quiste es benigno sigue su curso sin convertirse en maligno pero los carcinomas intraquísticos sí evolucionan a tumores infiltrantes.
"En la mayoría de las ocasiones los quistes son benignos y nunca se van a convertir en malignos, solo en un tanto por ciento muy bajo existen cánceres de mama que se desarrollan dentro de un quiste (se diagnostican como procesos complejos), desde su inicio son malignos y con el tiempo evolucionan a tumores que infiltran el parenquima mamario vecino", aclara la doctora Garrido.