MADRID 7 Mar. (EUROPA PRESS) -
La Sociedad Española de Arteriosclerosis (SEA) ha advertido de que el embarazo y algunos de sus efectos adversos determinarán el riesgo cardiovascular futuro de las gestantes, y asegura que "la ausencia de mirada de género dificulta la prevención y tratamiento de las mujeres, especialmente entre los 30 y los 50 años".
De hecho, la prevención del riesgo cardiovascular de la mujer se ha venido realizando hasta ahora sin tener en cuenta los procesos fisiológicos que ocurren en su vida y que no ocurren en el hombre, como el embarazo, modificaciones hormonales como el síndrome del ovario poliquístico o la menopausia.
Así, reclaman este enfoque especialmente en el embarazo, en el que pueden aparecer eventos adversos como la preeclampsia (hipertensión arterial en el embarazo), diabetes gestacional, parto prematuro, insuficiencia placentaria o incluso aborto o muerte fetal intrauterina; y advierten de que estos eventos pueden impactar negativamente en la vida de la mujer.
De ahí la importancia de evaluar y monitorizar sus efectos en el período postparto, especialmente en el primer año, lo que se ha llamado el 'cuarto trimestre'.
ESTUDIO Y HECHOS DEMOSTRADOS
La doctora María del Mar Goya, del Grupo de Investigación Materno-Fetal del Hospital Universitario Vall d'Hebron de Barcelona, asegura que "lo que se sabe ahora es que, cuando se presentan estos problemas durante el embarazo, provocan cambios en el metabolismo de la mujer y en su organismo que van a impactar en los factores de riesgo cardiovascular".
"Si no se hace una intervención a tiempo, especialmente en el primer año post parto, estas mujeres pueden sufrir, a largo plazo, más eventos cardiovasculares que las mujeres que no han sufrido estos problemas en el embarazo", añade la investigadora.
La doctora Goya y su grupo de investigación han realizado un análisis retrospectivo de una cohorte de embarazadas en Barcelona. "Hemos demostrado que las mujeres que han padecido preeclampsia, diabetes, parto prematuro, abortos o muerte fetal intrauterina tienen un riesgo incrementado por 2 de sufrir un ictus o infarto a largo plazo", asegura.
"Y en mujeres que presentan dos o más de estos efectos adversos durante el embarazo, el riesgo se multiplica por 10, y el de ictus concretamente, por 7", añade.
Para entender mejor cómo impactan estos eventos a largo plazo en la mujer, se está preparando un nuevo estudio prospectivo, en fase de financiación, con el que los investigadores analizarán a una cohorte de entre 5.000 y 10.000 mujeres embarazadas y les harán un seguimiento a 1, 5 y 10 años del parto.
CONTROL POST PARTO
"Son casos en los que deberíamos poner la lupa para que estas mujeres sean controladas de forma muy específica en el post parto e informadas de sus riesgos, para que puedan llevar un estilo de vida y, si es necesario, un tratamiento adecuados. Hemos de impactar en este post parto de manera proactiva", defiende la doctora Goya.
De hecho, el grupo de mujeres de 30 a 50 años es la única franja de edad en la que no se está consiguiendo reducir el riesgo cardiovascular. "Seguramente, porque en el hombre se está impactando de manera adecuada según la evidencia, pero no así en la mujer, ya que no se suele incluir el embarazo o la premenopausia en su cuadro de salud cardiovascular, y esto no puede ser", lamenta la doctora Goya.
NUEVA SENSIBILIDAD
Con todo, la situación está cambiando, pues empieza a haber mayor sensibilidad de género en el tratamiento de la salud cardiovascular de las mujeres. Tal y como explica la doctora Goya, diferentes sociedades médicas están ya trabajando para crear "una guía de recomendaciones de prevención de riesgo cardiovascular con mirada de género".
"Se trata de tener en cuenta las particularidades de la mujer para que los médicos, ya desde la Atención Primaria, seamos conscientes de que no solo tenemos que valorar los factores de riesgo clásicos, sino que hemos de echar una mirada a estos episodios de la vida de la mujer que pueden impactar en gran manera en su salud", concluye la investigadora.