MADRID, 29 Abr. (EDIZIONES) -
Todo empezó hacia la década de los 60 del pasado siglo cuando tanto desde Estados Unidos como Canadá llegó a Europa una visión del embarazo alejada de la enfermedad y del reposo para considerar la práctica del ejercicio físico, en un inicio solo andar para después ir incorporando la actividad en el agua, como beneficiosa para madre e hijo.
Según explica a Infosalus la doctora Eva Ferrer, especialista de la Unidad de Medicina del Deporte en el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, en la actualidad la actividad física se considera una terapia beneficiosa para madre y bebé y se ha ido incorporando a la vida de la embarazada. Poco a poco, la evidencia científica ha mostrado que los ejercicios que antes se consideraban contraindicados como los ejercicios de fuerza, si son supervisados pueden beneficiar a la mujer durante el embarazo, parto y postparto.
“Las rutinas de ejercicio físico recomendadas están muy adaptadas a cada momento del embarazo debido a los cambios fisiológicos que se producen. Hay que tener en cuenta que no es lo mismo el primer trimestre de embarazo que el tercero. Siempre que exista permiso del médico, no se trate de un embarazo de riesgo, vetar el ejercicio es negativo para la madre y el bebé”, comenta la doctora Ferrer, coordinadora de los talleres de ejercicio físico dirigidos a embarazadas que se realizan en el Sant Joan de Deu.
Sin embargo, el sentido común marca también aquellos deportes que no se deben practicar por las mujeres gestantes como los de contacto, que implican caídas y empujones, y los deportes de submarinismo. “Cada trimestre habrá que eliminar determinados ejercicios, así, los ejercicios en el agua se pueden realizar a lo largo de todo el embarazo, al igual que andar o hacer bicicleta estática. Por ejemplo, se puede correr hasta el segundo trimestre y pasar a caminar al tercero”, señala la especialista.
En el caso de los ejercicios de fuerza se tienen que realizar con la supervisión de un profesional y para ellos se pueden emplear gomas, mancuernas y otros elementos de trabajo. Se busca la tonificación muscular en tronco y extremidades y la rutina avanza con los cambios del embarazo.
“El ejercicio de fuerza de forma global es un tipo de ejercicio que no se considera tan importante como el cardiovascular y por ello no se incluye en las rutinas de ejercicio físico habituales. Disciplinas como el pilates por ejemplo incluye ejercicios de fuerza en mayor medida que otros tipos de rutinas”.
Dejando de lado aquellos ejercicios que por trimestre no se recomiendan, en la vida de la embarazada puede integrarse el ejercicio. Hay que tener especial cuidado porque en la sangre de la embarazada aumenta la hormona relaxina que lleva a la distensión de articulaciones y ligamentos para permitir los cambios corporales y el parto, lo que supone un mayor riesgo de lesiones si no están supervisadas por profesionales.
EJERCICIO, EMBARAZO Y POSTPARTO: UNA ADAPTACIÓN NATURAL
Además, para la doctora Ferrer es importante tener en cuenta que la actividad física programada durante el embarazo tiene que tener en cuenta el ejercicio físico que realizaba esa mujer antes del embarazo y crear una rutina adaptada a ello y al momento de la gestación.
Las recomendaciones generales a la hora de hacer ejercicio son las mismas que para una persona normal, afirma Ferrer: “se trata de una etapa en la que hay que adaptarse a los cambios en el cuerpo, seguir unos hábitos saludables en la dieta, beber lo adecuado para estar bien hidratada, tener más cuidado en las actividades al aire libre con el sol porque hay más tendencia a las manchas en la piel o vigilar las temperaturas altas”. Con el paso del tiempo se va aumentando en peso y el centro de gravedad cambia, por lo que hay que trabajar la higiene postural.
“Cuando se practica ejercicio en el embarazo hay más posibilidades de un mejor parto y postparto, son 9 meses de cambios físicos y el cuerpo tiene que volver a la normalidad, por lo que la mujer debe seguir acompañada después del parto ya que tendrá que adaptar su ejercicio a las necesidades de este periodo”, señala Ferrer. De todo ello también dependerá el tipo de parto, si quedó sobrepeso y examinar qué factores de cambio incluir en las rutinas. Por otro lado, el ejercicio no solo ayuda a nivel físico sino también en el bienestar psicológico.
APRENDER A HACER EJERCICIO EN EL EMBARAZO
Los talleres que se realizan en el Sant Joan de Deu son de una o dos sesiones a la semana a las que acuden las embarazadas según su estado físico para ser supervisadas en cuanto al ejercicio que realizan y aprender a realizarlo sin riesgos. La palabra estrella de este periodo de la vida de la mujer en relación a la realización de ejercicio físico es según la especialista ‘adaptación’.
“Enseñamos pautas para hacer actividad en casa y en el taller realizamos parte de cardio, rutinas con gomas, mancuernas, fitball, para que las embarazadas las puedan reproducir en casa una vez aprendidas”, explica la doctora Ferrer.
Ferrer señala que aunque en centros deportivos, clubes y gimnasios sí existen actividades dirigidas a embarazadas, en el ámbito sanitario, al menos en Cataluña no hay constancia de un taller de estas características realizado en una Unidad de Medicina del Deporte, que en el centro catalán comenzó en noviembre de 2015, dentro de una nueva Unidad de Deporte Materno-juvenil puesta en marcha justo un año antes en el mismo hospital.
EL PROGRAMA GESTAFIT DE ‘ANDALUCÍA TALENT HUB’
Gestafit es un proyecto de Investigación sobre Ejercicio Físico en Embarazadas, dirigido por la doctora Virginia A. Aparicio y concedido por el programa ‘Andalucía Talent Hub’ con el objetivo de examinar los efectos del ejercicio físico, sobre todo el entrenamiento concurrente de fuerza y aeróbico intra-sesiones e inter-sesiones, en diferentes variables de la salud materno-fetal cuyos resultados sean útiles para el día a día de los entrenadores.
El equipo lo componen Investigadores, nutricionistas, entrenadores (Licenciados en CCAFD) y personal sanitario de Obstetricia y Ginecología del Hospital Clínico Universitario San Cecilio de Granada y el programa de ejercicio se desarrolla en el Instituto Mixto Universitario de Deporte y Salud (IMUDS) del Parque Tecnológico de la Salud de la Universidad de Granada.
“Son varios los puntos fuertes de nuestra investigación y uno de ellos es precisamente su plan de intervención a través del ejercicio físico que ha estado muy controlado y pautado y por otro lado su carácter multidisciplinar, ya que profesionales tanto del área de la fisiología, el entrenamiento, la ginecología y la obstetricia, estamos colaborando juntos”, comenta a Infosalus Lidia Romero, coordinadora de Gestafit.
El programa se sustenta en la evidencia fisiológica sobre qué ocurre en el cuerpo de una embarazada y las pruebas y tests asociados a dicha área, y por otro lado en la evidencia acerca del entrenamiento en esta población. En las investigaciones existentes en la literatura científica sobre el ejercicio entre embarazadas que realizan entrenamiento de fuerza, aeróbico o de otros tipos se ha visto que no sólo hay beneficios para la salud de la madre y el feto sino que no hay riesgo cuando se realiza un entrenamiento controlado y pautado por un profesional de dicha área.
Según Romero, dos son los principales escollos que han tenido que enfrentar los investigadores: encontrar financiación y la captación de embarazadas para la muestra que estuvieran en semanas concretas de gestación y dieran a luz en el mismo hospital para evitar posibles variables contaminantes. En la actualidad se trabaja en el Proceso de Intervención a través del ejercicio físico, aunque también han comenzado los primeros partos de la muestra control.