Portar la mutación BRCA1 eleva el riesgo de cáncer de mama hasta un 60%

De izda. A Drcha. Los doctores Miguel Martín, Elena Aguirre, Iván Márquez, Jud
GEICAM
Actualizado: jueves, 16 febrero 2017 12:44

   MADRID, 16 Feb. (EUROPA PRESS) -

   Las mujeres que son portadoras de una mutación en BRCA1 tienen un riesgo de desarrollar cáncer de mama a lo largo de su vida de hasta un 60% y el de ovario hasta un 40% mayor al resto, según el doctor Iván Márquez, uno de los coordinadores científicos de la Jornada y oncólogo médico coordinador de la Unidad de Cáncer Heredofamiliar del Hospital Universitario Gregorio Marañón de Madrid.

   "En el caso de la mutación BRCA2 el riesgo es algo menor; de un 40-50% para mama y de 15-20% para ovario", ha explicado durante la "III Jornada en Cáncer de Mama Hereditario: nuevos retos", organizada por los grupos referentes en la investigación de cáncer de mama en España SOLTI y el Grupo GEICAM, junto con la Sección de Cáncer Hereditario de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).

   En la jornada, que ha tenido como objetivo profundizar sobre las nuevas oportunidades terapéuticas y sus implicaciones en cáncer de mama hereditario, el doctor ha recordado que el triple negativo es el más frecuente asociado a las mutaciones BRCA1 y el luminal a las mutaciones del gen BRCA2.

   Las alteraciones genéticas heredadas causan entre un 5% y un 10% de todos los casos de cáncer. En el caso de cáncer de mama, hasta un 10% son provocados por alteraciones genéticas, que se transmiten de generación en generación y que aumentan el riesgo de aparición del tumor en personas de la misma familia.

   Aproximadamente 1 de cada 400/500 personas es portadora de una mutación en los genes BRCA1 o BRCA2, pero el estudio genético en población sana no está indicado. Entre las características personales o familiares que alertan a los oncólogos de estar ante un posible caso de cáncer de mama hereditario, el doctor Márquez menciona "su aparición en menores de 40 años, que el tumor sea triple negativo o bilateral, que afecte al varón o a varios miembros de una misma familia".

   En su opinión, actualmente existe controversia entre los oncólogos qué tipo de test genético utilizar. Por un lado, se recomienda el test clásico para la detección de las mutaciones BRCA1 y BRCA2 o bien los paneles multigenéticos cuyo análisis se extiende a otros genes implicados. "Otro motivo de debate es si deben realizarse estas pruebas solo para un asesoramiento genético de riesgo o si integrarlas en la práctica clínica, lo que permitiría clasificar mejor a las pacientes y ver qué tratamiento es más conveniente", ha añadido.

EL CONSEJO GENÉTICO

   Los expertos ha destacado el papel de la Unidades de Consejo Genético en Cáncer Hereditario, ya que evaluan los antecedentes genéticos y determinar las posibilidades de que el historial familiar se deba a mutaciones genéticas. Si hay relación entre los casos, los profesionales recomendarán el test genético a la persona y en un plazo de entre dos y tres semanas pueden estar disponibles los resultados.

   No obstante, como aclara la doctora Judith Balmaña, otra de las coordinadoras científicas de la Jornada y oncóloga médico responsable de la Unidad de Cáncer Familiar del Hospital Universitario Vall d'Hebron de Barcelona, "el hecho de que se encuentre una alteración genética significa que esa persona o familia tiene un mayor riesgo de padecer cáncer a lo largo de su vida, pero no implica que con toda seguridad vaya a desarrollarlo".

   Durante el encuentro, han destacado que en España cualquier paciente con cáncer de mama y sospecha de un síndrome hereditario de cáncer de mama u ovario debe poder recibir consejo genético. "Tras la confirmación de una mutación patogénica en BRCA u otros genes, los consejos de seguimiento se realizan siguiendo dos objetivos: por un lado, medidas de detección precoz de neoplasias, y por otro, medidas que van dirigidas a la disminución de riesgo de cáncer", asegura la doctora Elena Aguirre, coordinadora también de la Jornada y oncóloga médico responsable de la Unidad de Asesoramiento Genético en Hospital Quirón salud Zaragoza.

   Según esta especialista, la implicación del asesor genético en las unidades de mama debería considerarse asistencial. "Tan importante es identificar precozmente a las pacientes candidatas a estudio genético en línea germinal como, una vez identificadas, garantizar que estas pacientes se traten de forma correcta. Es fundamental que las mujeres portadoras estén informadas de que pueden participar en numerosos ensayos clínicos con moléculas dirigidas en desarrollo", añade la doctora Aguirre.

    Aunque, los expertos están satisfechos con el aumento en número y relevancia de las Unidades de Consejo Genético en España, consideran necesario su evaluación, acreditación, profesionalización y especialización. Actualmente, hay aproximadamente 90 unidades reconocidas en centros públicos y privados.

   "Existe algo de disparidad autonómica en su impulso y organización, pero los profesionales sanitarios cada vez muestran un mayor interés por ellas. Estas unidades se han ido creando por necesidad en las diferentes regiones y cada una lo ha organizado de una forma diferente. Es más, algunas comunidades autónomas han promovido programas para su regular su funcionamiento", apunta el doctor Márquez.

TRATAMIENTOS CÁNCER DE MAMA

   Según han explicado el tratamiento de estas pacientes es similar al de cualquier otro tipo de cáncer de mama y está condicionado, fundamentalmente, por el estado del receptor hormonal y HER2 que presentan. "Sin embargo, estudios recientes realizados en torno a esta mutación están poniendo de manifiesto que este tipo de tumores se comportaría como una entidad distinta dentro del cáncer de mama y que, por tanto, las pacientes podrían beneficiarse de tratamientos más específicos", asegura doctora Cristina Cruz, ponente de la Jornada y oncóloga médico del Hospital Universitario Vall d'Hebron de Barcelona.

   Gran parte de la investigación genética y farmacológica en cáncer de mama hereditario se está centrando en conocer qué pacientes y en qué momento de la enfermedad se benefician de las nuevas terapias. "Algunas mujeres mejoran al inicio pero luego desarrollan resistencias y vuelven a progresar y otras no responden a los fármacos desde el inicio", añade la doctora Cruz.

   Las opciones de tratamiento con medicamentos en estas pacientes con mutación en los genes BRCA1 o BRCA2 se han personalizado mucho en los últimos años al conocer las alteraciones moleculares subyacentes. La deficiencia en la reparación del ADN convierte a estos tumores más sensibles a fármacos que dañan el ADN (platinos o inhibidores de PARP, como el olaparib, veliparib, talazoparib e niraparib) y a inhibidores de la RNA polimerasa (como la lurbinectedina). Por otro lado, se está investigando si los fallos en la reparación del ADN y el acúmulo de mutaciones convierte a estos tumores en más inmunogénicos y, por tanto, candidatos a inmunoterapia.