MADRID, 31 Ago. (EUROPA PRESS) -
Las mujeres cuyos maridos padecen hipertensión, diabetes y dislipidemia tienen un mayor riesgo de desarrollar estas enfermedades, según ha puesto de manifiesto un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Tsukuba (Japón) y que ha sido publicado en la revista 'BMJ Open'.
La Organización Mundial de la Salud considera la enfermedad cardiaca isquémica y el accidente cerebrovascular como las principales causas de muerte, las cuales representan el 85 por ciento de todas las muertes relacionadas con enfermedades cardiovasculares y han ocupado la primera posición durante más de tres décadas.
La hipertensión, la diabetes y la dislipidemia se encuentran entre los principales factores de riesgo y, aunque se pueden modificar mediante la terapia con medicamentos y el cambio de comportamiento, se están volviendo cada vez más comunes.
"Las parejas casadas comparten preferencias alimentarias y patrones de alimentación, estilo de vida con respecto a los niveles de actividad, actitudes hacia el ejercicio físico y uso de cigarrillos y alcohol. Los patrones de enfermedad concordantes dentro de las parejas pueden referirse a riesgos de enfermedades crónicas que podrían reducirse cambiando los hábitos diarios, en lugar de riesgos genéticos inalterables", han explicado los expertos.
Los investigadores llevaron a cabo un estudio transversal de 86.941 parejas casadas mayores de 40 años en todo Japón. Utilizando la regresión logística, modelaron a los maridos que se sometían a tratamiento por hipertensión, diabetes y dislipidemia como exposición y a sus esposas que se sometían a terapia para la misma enfermedad como resultado.
Las características que podrían sesgar los resultados como la residencia, la educación, la edad, los hábitos, el gasto y el acceso a la atención médica y los grupos de salud también se tomaron en cuenta para determinar el grado de concordancia conyugal.
Debido a que los cónyuges a menudo influyen en los hábitos personales, los investigadores también evaluaron modelos que excluían el historial de tabaquismo y alcoholismo de la esposa. Los resultados evidenciaron que las esposas tenían significativamente más probabilidades de recibir terapia para las mismas enfermedades que sus maridos.
"Nuestros hallazgos enfatizan que los profesionales de la salud deben dirigirse no solo a los parientes consanguíneos de los pacientes, sino también a sus cónyuges. La información médica debe incluir los datos de la pareja. Además de optimizar la terapia individual, se necesitan intervenciones basadas en la familia. Las parejas también deben apreciar sus influencia en los patrones de salud de los demás", han zanjado.