MADRID, 25 Oct. (EUROPA PRESS) -
La alta sensibilidad es un rasgo de personalidad, y que tiene una base hereditaria, biológica, pero también de aprendizaje del entorno. Es un rasgo de temperamento con el que alguien nace, una variación normal en el procesamiento sensorial, y que se reparte por igual entre mujeres y hombres, aunque nuestra sociedad actual no vea con los mismos ojos a una mujer altamente sensible, que a un hombre que sea una persona con alta sensibilidad o PAS.
Así lo denuncia en una entrevista con Infosalus María Moraño, psicóloga general sanitaria centrada en el acompañamiento a personas vulnerables, y directora de 'Psicosensibles', un proyecto creado para ayudar a las PAS comprometidas con su bienestar, con motivo de la publicación de su primer libro 'Muy sensibles' (Urano), un manual de psicoeducación basado en la evidencia científica.
Lamenta que en nuestra sociedad actual parece que hay más mujeres que hombres con alta sensibilidad; algo que, según rechaza, "no es cierto", tal y como ha demostrado la investigación, que constata que este rasgo se reparte al 50% entre hombres y mujeres. "Lo que sí está incidiendo aquí es el sistema educativo, la cultura para la manifestación externa del rasgo. No será lo mismo cómo ser percibe una mujer sensible, mejor que un hombre sensible, y sobre todo en las culturas occidentales", señala.
ENCAJAR EN EL MUNDO
De hecho, resalta que son muchos los hombres con alta sensibilidad que experimentan emociones de rechazo, incluso respuestas de agresividad si manifiestan esta alta sensibilidad que sienten. "Todo esto es debido a las expectativas culturales que vienen impuestas desde fuera. Las culturas occidentales tienden a reprimir estas necesidades emocionales de los hombres y estos aprenden desde pequeños esos modelos tradicionales de masculinidad que ven en su entorno y a la larga que desarrollen una conducta que reprima su propia sensibilidad", apunta Moraño.
Será una manera de hacerlos encajar en el mundo, según prosigue, y de evitar de esta manera el rechazo social. "Esto es grave porque los hará actuar en el mundo con una máscara y un disfraz que no les pertenece, y se mostrarán hacia fuera de otra manera para evitar ser agredidos", insiste esta especialista en alta sensibilidad.
Además, subraya que la sensibilidad hacia las mujeres ha sido mejor aceptada siempre, si bien advierte de que "hasta cierto punto": "Sé sensible en el punto en el que puedas ayudar a los demás, ser empática, y muy cuidadosa con los demás. Pero ojo con ser demasiado sensible porque te voy a tachar de molesta, de histérica, o de exagerada. Es difícil en esta sociedad ser sensible en los dos géneros, cada uno con sus peculiaridades. Por eso, aunque a nivel biológico no haya diferencias, si vamos a manifestar nuestra alta sensibilidad hacia afuera lo haremos de una manera o de otra en función de si somos mujeres o hombres".
CARACTERÍSTICAS DE UN PAS
Con ello, esta experta recuerda que las personas altamente sensibles nacen con este rasgo, para el que no solo es necesario esa base hereditaria, sino también el ambiente en el que uno se cría, el cómo se nos educa, o cuáles son nuestros modelos o referentes familiares, y que moldearían los 4 pilares o características identificativas de la alta sensibilidad, que explica aquí:
1.- Procesamiento profundo de la información. Se trata de una tendencia por el que las PAS suelen analizar con mucho detalle la información que les llega de diferentes fuentes; un aspecto que les conduce a tener pensamientos complejos y emociones intensas. Estas personas les dan muchas vueltas a las cosas o analizan con intensidad la información que les llega.
2.- Intensidad emocional. Hay un rango más amplio de emocionalidad en las personas altamente sensibles. Si una persona no PAS siente de 0 a 100, una PAS siente de menos 10 a 110, sienten todo más intenso, tanto las emociones negativas como las positivas, y en todos los aspectos de la vida.
3.- Sensibilidad a las sutilezas del ambiente. Las PAS tienen una mayor capacidad para percibir los detalles del entorno, más agudeza para absorber lo que viene del medio. Esto suele llevar a que el cuerpo o el sistema nervioso necesite hacer un trabajo más intenso para procesar más detalles.
4.- Como consecuencia de las anteriores, la tendencia a la sobreestimulación, de forma que es habitual que las PAS se sienten abrumadas con más facilidad; un punto que les lleva a manifestarlo hacia afuera y hacia adentro con malestar, a sentir confusión, o a veces irritabilidad. Reconoce que se trata del "talón de Aquiles" de los altamente sensibles.
ES NECESARIA LA CALMA PARA LA REGULACIÓN
Es por esto último por lo que María Moraño reitera en varias ocasiones durante la entrevista que las personas con alta sensibilidad necesitan periodos de descanso mayores que los no PAS para poder volver al equilibro y poder volver a esa calma. Para ello, insiste en que es muy importante conocerse a uno mismo, cómo funciona el sistema nervioso, aparte de tener en cuenta cuáles son esas estrategias que a cada uno le sirven para regularse y para reducir esa desregulación o subidas y bajadas que tienen más pronunciadas.
"Y para que una persona altamente sensible pueda estar regulada necesita un entorno adecuado", apostilla esta psicóloga, al tiempo que anima a todas las personas que se sientan PAS a que vean que esa ansiedad o esos estados depresivos que sufren pueden deberse a una mala regulación de su sensibilidad, y sean conscientes de que les puede suceder si se exponen a estímulos demasiado excesivos y sin proveerse del adecuado descanso o silencio para poder regularse.
En última instancia subraya que, en el largo plazo, si no se atienden esas necesidades especiales de las PAS, incluso desde la edad infantil, ya que pueden detectarse desde los 3-4 años ese rasgo de personalidad, de adultos pueden ser personas que desarrollen problemas de ansiedad o de depresión.