MADRID, 6 May. (EUROPA PRESS) -
Por primera vez, los investigadores han encontrado una forma de predecir cuándo una mujer embarazada se pondrá de parto analizando señales inmunológicas y otras señales biológicas en una muestra de sangre, según un estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, publicado en línea en la revista 'Science Translational Medicine'.
La investigación arroja luz sobre el inicio del parto, un proceso biológico que hasta ahora era un misterio. Los resultados sientan las bases de un análisis de sangre clínico que podría indicar a las mujeres con embarazos sanos y a término lo cerca que están del parto. Las estimaciones actuales son imprecisas, ya que se considera que todo lo que se encuentra en un intervalo de cinco semanas --entre tres semanas antes y dos semanas después de la fecha prevista de parto-- es normal.
Los investigadores esperan que, en los próximos dos o tres años, sus hallazgos permitan a los médicos predecir el inicio del parto en embarazos sanos. El método reduce el tiempo de parto previsto a una ventana de dos semanas, y los investigadores esperan que sea aún más preciso a medida que se perfeccione la técnica.
"Descubrimos una transición de un 'embarazo en curso' a una fase de 'pre-parto' que se produce entre dos y cuatro semanas antes de que la madre se ponga de parto --afirma la doctora Ina Stelzer, autora principal del estudio y becaria postdoctoral en anestesiología, medicina perioperatoria y del dolor en Stanford--. Hemos identificado una forma novedosa de utilizar la sangre materna para predecir cuándo la madre se pondrá de parto. Esta predicción es independiente de la duración del embarazo".
El cambio del embarazo en curso a la fase de preparto se detectó tanto en mujeres con embarazos a término como en mujeres con partos prematuros. El cambio a la biología materna previa al parto se caracteriza por cambios en los niveles de hormonas esteroides, factores que controlan el crecimiento de los vasos sanguíneos y la coagulación de la sangre, y señales de regulación inmunitaria, según el estudio.
"El cuerpo y la fisiología de la madre empiezan a cambiar unas tres semanas antes del inicio real del parto --explica la coautora Virginia Winn, doctora y profesora asociada de obstetricia y ginecología en Stanford--. No se trata de un solo cambio; hay una preparación por la que el cuerpo tiene que pasar".
En la actualidad, los médicos calculan la fecha de parto de una mujer contando 40 semanas desde el primer día de su último periodo menstrual y teniendo en cuenta los datos de la ecografía sobre el tamaño del bebé.
"Los médicos son buenos para estimar la edad gestacional, que mide el desarrollo del feto. Pero existe una desconexión entre este momento y el inicio del parto, ya que el hecho de que el bebé esté preparado es sólo un factor que influye en el inicio del parto --afirma el doctor Brice Gaudilliere, autor principal del estudio y profesor asociado de anestesiología, medicina perioperatoria y del dolor--. La otra parte de la ecuación es la madre".
Aunque las mujeres dan a luz en torno a las 40 semanas de embarazo por término medio, ponerse de parto entre las 37 y las 42 semanas de edad gestacional se considera normal. Una predicción más precisa de cuándo llegará el bebé podría ser útil, tanto por razones médicas como de planificación. Por ejemplo, poder comprobar si una mujer con contracciones prematuras está en la fase previa al parto podría ayudar a los médicos a decidir si administrar esteroides, que maduran los pulmones del feto antes del nacimiento.
El estudio hizo un seguimiento de 63 mujeres durante los últimos 100 días de su embarazo. Entregaron muestras de sangre para su análisis dos o tres veces antes del parto. Todas ellas tuvieron un parto espontáneo, es decir, ninguna fue inducida artificialmente.
En cada muestra de sangre se analizaron 7.142 características metabólicas, proteicas e inmunológicas unicelulares. Los datos se compararon con el número de días antes del parto en que se había tomado cada muestra de sangre, lo que garantizaba que el análisis fuera sensible a las señales de parto inminente, en contraposición a las señales relacionadas principalmente con la duración del embarazo o el crecimiento del bebé. Los investigadores identificaron, mediante un modelo matemático, qué características de la sangre predecían mejor el inicio del parto.
Cincuenta y ocho de las mujeres dieron a luz después de embarazos a término, lo que significa que el bebé no llegó más de tres semanas antes de la fecha prevista, y cinco dieron a luz después de un parto prematuro espontáneo.
A medida que se adentraban en la fase previa al parto, la sangre de las mujeres mostraba un aumento de las hormonas esteroides, como la progesterona y el cortisol, lo que confirmaba los hallazgos anteriores sobre la biología de la última etapa del embarazo.
La sangre también mostraba niveles decrecientes de factores que ayudan a la formación de vasos sanguíneos, probablemente un primer paso hacia el debilitamiento de la conexión entre la placenta y el útero, así como niveles crecientes de factores necesarios para la coagulación de la sangre, que ayudan a prevenir la pérdida de sangre después del parto. También aumentaron algunas proteínas de la placenta.
El estudio también descubrió un ajuste de las respuestas inmunitarias en el cambio a la preparación al parto. Según los investigadores, la principal característica predictiva del modelo era una proteína inmunitaria reguladora, la IL-1R4, que inhibe una molécula inflamatoria llamada IL-33.
"Nos interesó mucho y nos entusiasmó el hallazgo de que la IL-33 parece desempeñar un papel en el embarazo y el parto inminente", apunta Stelzer. Cerca del final del embarazo, el material de la placenta y las células fetales llegan a la sangre de la madre, lo que puede provocar una respuesta inmunitaria. El cuerpo necesita adaptar cuidadosamente la cantidad de inflamación que se producirá durante el parto, añade.
"La hipótesis ha sido que el parto es una reacción inflamatoria, y sí, hay signos de ello, pero también descubrimos que algunos aspectos de esta inflamación se atenúan antes de que comience el parto, lo que creemos que puede preparar al sistema inmunitario de la madre para la siguiente fase, cuando nace el bebé y comienza la curación y la resolución inmunitaria --explica Gaudilliere--. Tiene que ser un proceso regulado".
Los próximos pasos de la investigación son validar los hallazgos en más mujeres embarazadas y reducir el número de marcadores biológicos necesarios para predecir el inicio del parto, adelanta Stelzer, quien añade que el equipo ya ha avanzado en esto último.
Los hallazgos podrían tener otras implicaciones clínicas importantes, asegura Winn. "Si entendemos lo que regula el parto, podríamos hacer un mejor trabajo para inducirlo", destaca.