MADRID, 21 Ago. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad de Boston, en Estados Unidos, han demostrado que algunos compuestos químicos llamados perfluorados (PFC), que están presentes en detergentes y productos antiadherentes y suelen entrar en el organismo a través del agua, también pueden transmitirse de madres a hijos mediante la lactancia materna.
LACTANCIA MATERNA
Estos agentes suelen usarse en detergentes, disolventes, en la industria del teflón para utensilios de cocina, en el velcro o en algunos envoltorios o envases, y al entrar en contacto con el agua acaban penetrando en el organismo provocando alteraciones del sistema inmune, reproductivo y endocrino.
Sin embargo, los resultados este trabajo que publica la revista 'Environmental Science & Technology' demuestran la presencia de los PFC aumenta cada mes entre un 20 y 30 por ciento en los niños que amamantan.
"Sabíamos que pequeñas cantidades de PFCs podían aparecer en la lecha materna, pero los análisis de sangre en serie que hemos realizado revelan ahora una acumulación en los bebés mientras amamantan", señala Philippe Grandjean, investigador en el Harvard Chan School y uno de los autores del trabajo junto a universidades danesas y el Faroese Hospital System (Islas Feroe).
Para llegar a estos resultados, los investigadores realizaron un seguimiento a 81 niños que nacieron en Islas Feroe entre 1997 y 2000, y analizaron la presencia de cinco tipos de PFC en su sangre al nacer y a la edad de 11 meses, 18 meses y cinco años. También comprobaron los niveles de estos compuestos en las madres de los niños en la semana 32 de embarazo.
CUANTO MÁS AMAMANTAN, MÁS TÓXICOS ACUMULAN
El estudio indica que en los niños que se alimentaron exclusivamente de leche materna, las concentraciones de PFCs en la sangre aumentaron entre un 20 y un 30 por ciento cada mes. En el caso de los bebés con lactancia mixta, estas concentraciones no se incrementaron tanto.
Los científicos apuntan que en algunos casos, al finalizar el amamantamiento, los niveles de concentración de PFC en el suero de los niños excedieron los de sus propias madres. Sin embargo, un tipo de compuesto --el perfluorohexanosulfónico (PFHx)-- no aumenta con la lactancia materna.
Aunque las conclusiones del trabajo sugieren que la leche materna es una fuente importante de exposición a estas sustancias tóxicas durante la infancia, los investigadores subrayan que una vez que las mujeres dejan de amamantar, las concentraciones de los cinco tipos de PFC disminuyen en los niños.
"No estamos desanimando a la lactancia materna, pero estamos preocupados por el hecho de que estos contaminantes se transfieran de generación en generación a una edad muy temprana", concluye Grandjean.