MADRID, 17 Jul. (EDIZIONES) -
El catedrático de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Sevilla, Guillermo Antiñolo es director del Departamento de medicina materno fetal, genética, y reproducción del Hospital Universitario Vírgen del Rocío de Sevilla. Defiende la necesidad de situar a la mujer en el mismo plano que el hombre en el campo de la investigación y de los tratamientos; algo que no sucede.
Reconoce que "la ciencia y la academia han sido históricamente dominios de hombres", materias donde han primado las desigualdades de género, si bien celebra que hoy en día la sociedad avanza hacia una mayor igualdad y por ello ve crucial examinar cómo el sexo y el género influyen en estos campos porque "las mujeres y los hombres no son iguales".
Conoce el mundo de la mujer, lleva 40 años trabajando "por y para las mujeres", y lamenta que en la actualidad "la salud de las mujeres se trata hoy en base a lo que se sabe de los hombres". Dice que "todo está basado en la fisiología masculina", olvidando la fertilidad como el fundamento principal de la salud de la mujer, ligada totalmente a los estrógenos, y el eje prioritario del funcionamiento de la salud de la mujer.
Acaba de publicar 'La revolución del genoma femenino' (Planeta), una propuesta para no olvidar las necesidades específicas de la mujer, "que hoy en día se desconocen desde la sociedad, e incluso muchos profesionales sanitarios", según indica.
"Tenemos que abordar la salud de la mujer desde sus necesidades y su fisiología normal. Las mujeres mueren más por infartos y tienen tasas superiores de ictus. Las mujeres y los hombres no son iguales, son esencialmente distintos. El metabolismo y la fisiología de la mujer es diferente. Además, en las mujeres a partir de los 55 hay más probabilidad de comorbilidades. Las mujeres tienen una salud espectacular, pero ésta puede decaer con la pérdida de la fertilidad porque, entre otros puntos, los estrógenos regulan su metabolismo", explica este investigador.
LOS ENSAYOS CLÍNICOS REFLEJAN DATOS DE HOMBRES
Como claro ejemplo de estas desigualdades de género con respecto a la salud de la mujer, el doctor Antiñolo habla de la investigación que se ha realizado desde los comienzos en los ensayos clínicos.
Parte de que, en los estudios de laboratorio, por ejemplo, los ratones en los que se investiga suelen ser machos. Pero es que también sostiene que la información que se obtiene como resultado de estas investigaciones es información centrada en el hombre. "Luego, por si fuera poco, se extrapola a la salud de la mujer, cuando las mujeres son diferentes a los hombres, y responden por ejemplo a los medicamentos de manera distinta a la de los hombres, algo que no se suele tener en cuenta", remarca.
A su vez, pone de relieve que la mujer tiene una forma diferente de enfermar que en el hombre, y recuerda que las mujeres mueren más de infarto que los hombres, así como sus síntomas, que también difieren de los de los masculinos, por ejemplo.
LA MUJER ENVEJECE A DOBLE VELOCIDAD
Además, destaca que "las mujeres envejecen a doble velocidad", un aspecto que argumenta en esa pérdida de fertilidad o de estrógenos con la llegada de la menopausia, y "donde pierden el pilar de su salud".
"La salud de la mujer es mucho mejor que la de los hombres hasta los 55, momento en el que se produce la menopausia. ¿Por viven más y mejor que los hombres? Porque tienen menos hábitos tóxicos, remarca. Todo esto puesto junto nos explicaría porque las mujeres viven más años que los hombres, todo está marcado por sus estrógenos; por eso, se necesitan aproximaciones para su salud y esto afecta a muchos campos", incide este genetista.
MEDICINA DE PRECISIÓN
En este sentido, cree que en los próximos años seremos testigos de un cambio "muy importante", "quizá al final de una década" sobre este asunto, y gracias a una investigación más accesible fruto de la medicina de precisión; si bien admite que hace falta involucrar más a las mujeres, así como los sistemas de salud en todo este camino.
"La medicina de precisión es una realidad y hay nuevos tratamientos. Hoy en día, por ejemplo, no sólo nos ayuda a proteger a nuestro cerebro, sino que también nos puede ayudar frente al cáncer (con la inmunoterapia o las terapias CAR-T, sino también frente al ictus, la osteoporosis o incluso el alzheimer", considera este ginecólogo y obstetra de formación.