Experta destaca el valor de los probioticos en las infecciones vaginales y urinarias sobre todo para la mujer

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Publicado: jueves, 18 marzo 2021 15:07

MADRID, 18 Mar. (EUROPA PRESS) -

Los probióticos influyen en la salud de la mujer, "ya que protegen de diversas infecciones vaginales y urinarias, facilitan la curación y evitan la recurrencia de dichas infecciones", ha explicado la doctora Carmen Pingarrón Santofimia, jefa de Equipo de Ginecología y Obstetricia del Hospital Quirónsalud San José.

En el caso de la mujer, añade, "mantener una microbiota vaginal sana es importante como preventivo de infecciones vaginales -como la candidiasis o la gardnerella- y también de infecciones urinarias". En este caso, destaca los lactobacilos, que deben predominar si se quiere tener una flora vaginal equilibrada y saludable, de tal manera que deben ocupar al menos el 70% de toda la microbiota.

Los lactobacilos defienden de las infecciones por varios mecanismos: se adhieren a las células de las paredes vaginales impidiendo que los patógenos ocupen estos lugares. También producen ácido láctico, consumiendo el glucógeno, que sería también alimento para los patógenos. A su vez son capaces de generar bacteriocinas y sustancias como el peróxido de hidrogeno, que contribuyen a la aniquilación de dichos gérmenes.

La vía oral es la principal elección para tomarlos, ya que de esta manera se crea un reservorio intestinal que por proximidad colonizará la vagina, aportando así, por vía ascendente, desde el recto la migración de lactobacilos a la vagina.

A su vez protegerán de las infecciones urinarias. Un gran porcentaje de estas infecciones se producen por gérmenes que provienen del aparato digestivo, como el e. colli, proteus y klebsiella. Para que dichos gérmenes lleguen a la vejiga, tienen que atravesar la vagina. Por tanto, si la microbiota vaginal es la adecuada y hay suficientes lactobacilos, estos se encargarán de que no progresen hacia la vejiga.

Por todo esto, recuerda la experta que es importante que se complementen los tratamientos, tanto de infecciones vaginales, como de infecciones urinarias, con un aporte de probióticos de al menos entre 1 y 3 meses para facilitar la curación y evitar las recurrencias de dichas infecciones.