Esclerosis múltiple y maternidad: ¡Sí se puede, gracias a una iniciativa pionera en España!

Madre e hija
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Actualizado: martes, 18 diciembre 2018 7:29

   MADRID, 18 Dic. (EDIZIONES) -

   Según datos de Esclerosis Múltiple España, una asociación sin ánimo de lucro cuyo objetivo es mejorar la vida de las personas con Esclerosis Múltiple (EM), en España hay 47.000 personas afectadas por esta enfermedad. La proporción general es que por cada 3 mujeres haya un hombre afectado.

   "Es triste que hoy en día, y principalmente por desconocimiento de los facultativos, se desaconseje el ser madres a la gran mayoría de mujeres que sufren esta patología, cuando en muchísimos casos sí que es posible que secunden este deseo", lamenta en una entrevista con Infosalus la responsable de la Unidad de Esclerosis Múltiple del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, la neuróloga Celia Oreja-Guevara.

   Según cuenta esta experta, el servicio de Neurología del Hospital Clínico San Carlos tiene en su unidad de EM la condición de centro de referencia nacional para el tratamiento de esta enfermedad, en la que han sido atendidos más de 2.000 pacientes, a quienes se ofrecen tratamientos personalizados para minimizar sus síntomas.

   Pero desde hace 4 años, además, el hospital ha puesto en marcha una iniciativa pionera a nivel nacional, y que ya se está desarrollando en otros países como Estados Unidos, una consulta de planificación familiar de embarazo y postparto destinada a aquellas pacientes con EM que deseen ser madres.

   A día de hoy, según celebra Oreja-Guevara, se ha alcanzado una efectividad superior al 95%, han nacido 80 niños de madres con EM, y algunos casos proceden de mujeres que han repetido a la hora de ser madres. "Somos el único hospital en España con esta prestación", destaca la neuróloga con motivo del Día Mundial de la enfermedad que se celebra este martes.

   El problema con el que se han visto numerosas pacientes de EM, según relata, es que hay muchos profesionales que, por puro desconocimiento, así no lo aconsejan. Por ejemplo, dice que muchos facultativos se aferran a un trabajo publicado en 1998 por un reputado médico francés en la materia, que desaconsejaba la maternidad en estos casos. En él se afirma que las pacientes padecían hasta en un 33% de los casos más brotes y severos tras el parto, lo que podía implicar graves secuelas, como por ejemplo el que la paciente dejara de andar.

   A día de hoy, y si se realiza un determinado control sobre las pacientes, el que una mujer con EM quiera ser madre es posible en la gran mayoría de los casos, asegura esta especialista en esclerosis múltiple. "La atención específica que prestamos a estas mujeres, en combinación con los ginecólogos de nuestro centro, ha disminuido su ansiedad y los brotes, consiguiendo que lleguen a ser madres, ya que de otra manera no hubieran podido serlo", afirma.

   Es más, según los datos obtenidos en estos 4 años de trabajo, Oreja-Guevara asegura que el embarazo en las pacientes con EM no presenta mayor riesgo que el de cualquier otra mujer sin esta complicación. "Sólo el 6% presentó algún brote muy leve de la enfermedad al año de nacimiento de sus hijos", señala.

   Así, insiste en que el embarazo en las mujeres participantes en el estudio fue muy similar al del resto de la población y no se perciben razones neurológicas, ni tampoco obstetras, que impidan a mujeres afectadas por esclerosis múltiple, con un control estable de su enfermedad, la posibilidad de quedarse embarazadas.

    "Si la paciente está estable y por ejemplo no ha tenido brotes en uno o dos años, con los tratamientos y controles de hoy en día, se consigue que permanezcan estables durante el embarazo. De hecho los brotes suelen desaparecer durante la gestación. Pero hay que tenerlas controladas", indica.

   De hecho, desde el Hospital Clínico San Carlos se realiza un control exhaustivo con ayuda de los ginecólogos, por si va surgiendo algún problema. Siempre hay que individualizar los casos, estudiar qué tratamiento sigue la paciente de EM, si puede seguirlo o no con el embarazo, o por ejemplo, en qué momento -en función del tratamiento_conviene retirarlo porque la mujer se quiere quedar embarazada.

   "Hay muchos neurólogos que directamente desaconsejan la maternidad a las mujeres con EM porque desconocen cómo esos tratamientos pueden afectar a un embarazo o postparto, y se aferran al estudio antes mencionado. Pero ahora si se planifica muy bien desde antes, se pone el tratamiento adecuado a la paciente hasta que se pueda mantener, se controla el embarazo, o si hay problemas se controlan desde el equipo multidisciplinar todo es posible", añade.

Incluso resalta que después de dar a luz se puede dar lactancia materna. Eso sí, a los 2 meses se realiza a todas las pacientes una resonancia magnética para ver si hay actividad de la enfermedad, que en ese caso se retiraría la lactancia materna y se les pondría el tratamiento contra la EM.

QUÉ ES LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE

   La EM es una dolencia degenerativa causada por la pérdida de mielina, una sustancia que recubre las fibras nerviosas, y cuya misión es facilitar la conducción de los impulsos eléctricos entre estas fibras, explica la neuróloga. La enfermedad, que afecta a más a mujeres que a hombres, puede aparecer en brotes durante la edad reproductiva, y la mayor parte de tratamientos específicos para la enfermedad tienen que ser suspendidos durante el embarazo.

   Se trata de una enfermedad incurable a día de hoy y de la que se desconoce su origen. No es una enfermedad hereditaria, según aclara, aunque los hijos de mujeres con EM tienen más posibilidades que el resto de la población de padecer dicha patología, aunque en un porcentaje súper pequeño, según precisa.

   Es una enfermedad autoinmune. Al principio es inflamatoria y cuando se llevan 20-25 años con la enfermedad pasa a ser degenerativa. "Cuando es inflamatoria hay episodios donde se puede tener la mano dormida pero se puede solucionar con el paso de los días y con un tratamiento determinado. Eso sí, si un paciente con EM no se recupera del todo de un episodio o brote, les quedan secuelas, que sumada una a otra les lleva a la discapacidad y por ejemplo dejan de andar y tienen que ir en silla de ruedas. Pero si se hace bien y se trata al paciente adecuadamente, hay muchos que caminan y al final no llegan a la silla de ruedas", explica la neuróloga del Hospital Clínico San Carlos.

   La media de inicio de la enfermedad se sitúa en los 29 años. Entre los síntomas más frecuentes se encuentran una visión borrosa en un ojo durante más de 24 horas, o el hormigueo o que una parte del cuerpo esté dormida durante más de 24 horas. "Son las dos formas más frecuentes. Pero hay muchas otras también", remarca la especialista en EM.