Las embarazadas se exponen a diario a sustancias químicas que ponen en riesgo la salud del feto

Los contaminantes orgánicos persistentes durante el embarazo pueden alterar el desarrollo genital, según estudio
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Publicado: miércoles, 19 junio 2019 14:27

   MADRID, 19 Jun. (EUROPA PRESS) -

   Las embarazadas pueden exponerse a diario y sin querer a sustancias químicas que podrían poner en riesgo la salud del feto, tal y como ha avisado el comunicador medioambiental y responsable de la campaña 'Hogar sin tóxicos', Carlos de Prada, en su libro 'Embarazo sin tóxicos'.

   Ftalatos, bisfenol A, compuestos perfluorados, retardantes de llama, alquilfenoles, plomo, formaldehído, pesticidas o disolventes son algunas de las sustancias a las que las personas se exponen a diario y, "lo que es peor", inadvertidamente, porque pueden estar presentes en objetos y productos tan cotidianos como cosméticos, utensilios de aseo, de limpieza, ambientadores, pinturas, barnices, ropa, tejidos, muebles o plásticos.

   "Es importante ofrecer información inmediata, útil y comprensible, pero sin alarmismos, a las mujeres que no tienen tiempo para profundizar y que simplemente necesitan unos consejos rápidos y sencillos que les ayuden a reducir los posibles riesgos, pero el libro también ofrece información más profunda a aquellas personas preocupadas por los tóxicos cotidianos", ha dicho De Prada.

   Y no sólo hay que controlar los productos y sustancias que hay en el hogar, ya que las mujeres trabajadoras, por ejemplo, están expuestas a riesgos añadidos específicos que deben conocer y sopesar incluso antes de quedarse embarazadas.

   "No hace falta trabajar en una industria química o metalúrgica ni en una refinería. En una simple peluquería pueden emplearse productos preocupantes. A veces incluso en una aparentemente inocente oficina pueden detectarse, aunque sea a niveles bajos de concentración, algunas sustancias perjudiciales que sería conveniente reducir", ha dicho el experto.

TÓXICOS EN LA PLACENTA Y EL CORDÓN UMBILICAL

   Dicho esto, ha recordado que en el periodo de gestación los posibles riesgos aumentan, dado que la placenta es permeable al paso de muchos de estos tóxicos, que pueden acumularse en su interior en concentraciones mayores que en el cuerpo de la madre.

   De hecho, un estudio realizado en 2005 en Estados Unidos mostró la presencia de 287 sustancias tóxicas en los cordones umbilicales, si bien "muchos médicos" que atienden a las embarazadas "no tienen aún la debida información" sobre este problema. Además, en España ni las autoridades ni los médicos informan "convenientemente" a las mujeres embarazadas o con planes de estarlo.

   "La regulación no ayuda, porque el control oficial de muchas sustancias químicas es deficiente. La comunidad científica ha alertado repetidamente sobre las graves carencias de los sistemas oficiales de evaluación del riesgo, demasiado dependientes de los intereses de la industria y ajenos con frecuencia a las situaciones reales. Un ejemplo claro de ello es que los sistemas oficiales evalúen el riesgo de que una persona se exponga solo a un contaminante aislado cada vez, cuando la realidad es que una misma persona se expone, simultáneamente, a mezclas de muchas sustancias diferentes, y evidentemente no es lo mismo el efecto de una sola sustancia aislada que el de 20 o más a la vez", ha señalado De Prada.

   Preocupan especialmente los compuestos químicos considerados disruptores endocrinos, es decir, con capacidad de alterar el normal funcionamiento de nuestro sistema hormonal. Y es que, este tipo de compuestos, de los que hasta ahora se han identificado más de 900, pueden tener efectos incluso a niveles muy bajos, sin que exista con claridad un nivel seguro.

   Ante las incertidumbres existentes, el experto ha abogado por aplicar el denominado 'principio de precaución', que dice que aunque no haya certeza plena de que algo causa un efecto, si existen evidencias notables de que pudiera estar causándolo, se debe actuar de forma preventiva. "Lamentablemente, esto no se está haciendo en demasiadas ocasiones", ha añadido De Prada.

   Del mismo modo se ha pronunciado en la presentación del libro el catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada, Nicolás Olea, quien ha destacado los vacíos regulatorios existentes que la Administración se resiste a cumplimentar, al tiempo que se ha referido a la resolución que aprobó el Parlamento Europeo el pasado 15 de abril en materia de disruptores endocrinos.

   En dicho documento, el Parlamento pide a la Comisión Europea que adopte urgentemente todas las medidas necesarias para garantizar un nivel elevado de protección de la salud humana y del medio ambiente frente a estas sustancias. "El documento no tiene desperdicio. Pone en evidencia la absoluta e intolerable dejadez de la Comisión para gestionar el riesgo químico, el abandono de sus obligaciones y el consumo excesivo de tiempo, más de 22 años, para aplicar unas normas que deberían ser de rutina en la evaluación de los compuestos químicos usados en el pasado, empleados en el presente o planeados para el futuro", ha argumentado Olea.

   Finalmente, De Prada ha advertido de que "no es positivo" que se genere una alarma "excesiva", aunque también ha reconocido que tampoco se puede ignorar que realmente existe un problema. "La buena noticia es que, aunque en la sociedad actual es muy difícil evitar todas las exposiciones, con una serie de sencillas medidas se puede conseguir reducirlas sustancialmente", ha zanjado.