MADRID, 4 Mar. (EUROPA PRESS) -
Una nueva investigación llevada acabo por una investigadora de Epidemiología en el Hospital Universitario de Oslo (Noruega) muestra fuertes asociaciones entre la edad de la menarquia y los resultados del dolor crónico en mujeres adultas. Los hallazgos se suman a la evidencia previa que sugiere que el aumento de los niveles de estrógeno asociado con la menarquia temprana puede contribuir al dolor y a las diferencias sexuales en el dolor en general.
La investigación, dirigida por Charlotte Indre Lund, incluyó datos de más de 12.000 mujeres (con una edad promedio de 55 años) que participaron en el Estudio de Tromso, un estudio de población en curso sobre la salud de las personas en el norte de Noruega. Los investigadores analizaron las asociaciones entre la edad de la menarquia autoinformada por las mujeres y la presencia y las características del dolor crónico. La edad promedio informada de las mujeres en la menarquia fue de unos 13 años. Alrededor del 40% de las mujeres reportaron experimentar dolor crónico.
Las mujeres con edad más temprana en la menarquia tenían más probabilidades de tener dolor crónico. Después del ajuste por posibles factores de confusión, el riesgo relativo de dolor crónico disminuyó en un 2% por cada retraso de un año en la menarquia. El riesgo absoluto disminuyó entre 1,1 y 1,4 puntos porcentuales por año. En toda la gama de edades informadas, de 9 a 18 años, el riesgo absoluto de dolor crónico difirió en 12,6 puntos porcentuales.
La edad más avanzada en la menarquia se asoció con tasas más bajas de dolor crónico en cada una de las 10 regiones del cuerpo evaluadas, con las asociaciones más fuertes para el dolor torácico y abdominal. Una edad más joven en la menarquia se asoció con una mayor duración del dolor.
Según los criterios actualizados recientemente, la prevalencia del dolor crónico generalizado (CWP, por sus siglas en inglés) fue del 7,4 por ciento. La menarquia tardía se asoció con una disminución del riesgo de sufrir CWP, con una razón de riesgo del 7 % y una diferencia de riesgo absoluta de 1,5 puntos porcentuales por año.
Existen diferencias sexuales bien conocidas en las condiciones de dolor crónico, con tasas de dolor crónico más altas en mujeres que en hombres. "Las causas de las diferencias sexuales en el dolor no se conocen bien. Sin embargo, una razón podría ser la diferente exposición hormonal en los sexos a lo largo de la vida", señalan. Algunos estudios previos han encontrado asociaciones entre la menarquia temprana y varios diagnósticos de dolor, incluida la migraña y el dolor lumbar. También citan estudios previos que informan sobre las interacciones entre las hormonas sexuales y el sistema inmunitario, y los efectos organizativos de las hormonas sexuales sobre el sistema nervioso durante la pubertad.
Con base en los nuevos hallazgos, los investigadores concluyen que "la edad de la menarquia es un factor de riesgo independiente para el dolor crónico, el dolor crónico específico del sitio y el dolor crónico generalizado y contribuye a la explicación de las diferencias sexuales en el dolor". Así, cada año adicional de retraso del primer período menstrual se asocia con un riesgo reducido de tener dolor crónico que dure 5 años o más, así como un riesgo reducido de CWP.