Descubre un motivo por el que la mujeres tienen peor calidad de sueño y experimentan más insomnio

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Publicado: domingo, 14 abril 2024 8:14

MADRID, 14 Abr. (EUROPA PRESS) -

El número de personas que experimentan pérdida de sueño ha aumentado exponencialmente en las últimas décadas. La extrapolación de los hallazgos de laboratorio al mundo real sugiere que las mujeres se ven más afectadas por la vigilia prolongada y la desalineación circadiana que los hombres. Por lo tanto, es probable que los efectos a largo plazo, como el sueño y los trastornos metabólicos, sean más prevalentes en las mujeres que en los hombres.

Una nueva revisión de estudios, de la Universidad de Southampton, en Reino Unido, ha explorado las diferencias clave en la forma en que duermen las mujeres y los hombres, las variaciones en sus relojes biológicos y cómo esto afecta su metabolismo. La revisión ha observado que las mujeres califican su calidad de sueño más baja que la de los hombres y reportan más fluctuaciones en su calidad de sueño, correspondientes a cambios a lo largo del ciclo menstrual.

"La baja calidad del sueño se asocia con ansiedad y trastornos depresivos, que son dos veces más comunes en mujeres que en hombres. Las mujeres también tienen más probabilidades que los hombres de ser diagnosticadas con insomnio, aunque las razones no están del todo claras. Reconocer y comprender las diferencias sexuales en el sueño y los ritmos circadianos es esencial para adaptar los enfoques y las estrategias de tratamiento de los trastornos del sueño y las afecciones de salud mental asociadas", afirma la doctora Sarah L. Chellappa de la Universidad de Southampton y autora principal del artículo.

Los autores del artículo también encontraron que las mujeres tienen entre un 25 y un 50 por ciento más de probabilidades de desarrollar el síndrome de piernas inquietas y tienen hasta cuatro veces más probabilidades de desarrollar un trastorno alimentario relacionado con el sueño, en el que las personas comen repetidamente durante la noche.

Mientras tanto, los hombres tienen tres veces más probabilidades de ser diagnosticados con apnea obstructiva del sueño (AOS). La AOS se manifiesta de manera diferente en mujeres y hombres, lo que podría explicar esta disparidad. La AOS se asocia con un mayor riesgo de insuficiencia cardíaca en las mujeres, pero no en los hombres.

Los estudios de laboratorio del sueño encontraron que las mujeres duermen más que los hombres, pasando alrededor de 8 minutos más en sueño no REM (movimiento ocular rápido), donde la actividad cerebral se ralentiza. Si bien el tiempo que pasamos en NREM disminuye con la edad, esta disminución es más sustancial en los hombres mayores. Las mujeres también entraron en el sueño REM, caracterizado por altos niveles de actividad cerebral y sueños vívidos, antes que los hombres.

VARIACIONES EN LOS RELOJES BIOLÓGICOS

Por otro lado, el equipo de investigadoras de la Universidad de Southampton, junto con la Universidad de Stanford y la Universidad de Harvard en los Estados Unidos, encontró diferencias entre los sexos también están presentes en nuestros ritmos circadianos. Descubrieron que la melatonina, una hormona que ayuda a regular los ritmos circadianos y el sueño, se secreta antes en las mujeres que en los hombres. La temperatura corporal central, que alcanza su punto máximo antes de dormir y su punto más bajo unas horas antes de despertarse, sigue un patrón similar y alcanza su punto máximo antes en las mujeres que en los hombres.

En correspondencia con estos hallazgos, otros estudios sugieren que los períodos circadianos intrínsecos de las mujeres son aproximadamente seis minutos más cortos que los de los hombres. "Si bien esta diferencia puede ser pequeña, es significativa. La desalineación entre el reloj biológico central y el ciclo de sueño/vigilia es aproximadamente cinco veces mayor en las mujeres que en los hombres. Imagínese si el reloj de alguien funcionara constantemente seis minutos más rápido o más lento", afirma el doctor Renske Lok de la Universidad de Stanford.

"En el transcurso de días, semanas y meses, esta diferencia puede provocar una desalineación notable entre el reloj interno y las señales externas, como la luz y la oscuridad. Las alteraciones de los ritmos circadianos se han relacionado con diversos problemas de salud, incluidos trastornos del sueño, trastornos del estado de ánimo y deterioro de la función cognitiva. Incluso diferencias menores en los períodos circadianos pueden tener implicaciones significativas para la salud y el bienestar general", añade.

Los hombres tienden a tener cronotipos más tardíos, prefiriendo acostarse y despertarse más tarde que las mujeres. Esto puede provocar un desfase horario social, donde su ritmo circadiano no se alinea con las demandas sociales, como el trabajo. También tienen horarios de actividades de descanso menos consistentes que las mujeres en el día a día.

IMPACTO EN EL METABOLISMO

El equipo de investigación también investigó si el aumento global de la obesidad podría estar parcialmente relacionado con que las personas no duermen lo suficiente: el 30 por ciento de las personas entre 30 y 64 años duermen menos de seis horas por noche en los Estados Unidos, con cifras similares en Europa.

Hubo grandes diferencias entre cómo respondieron los cerebros de mujeres y hombres a las imágenes de comida después de la falta de sueño. Las redes cerebrales asociadas con los procesos cognitivos (toma de decisiones) y afectivos (emocionales) eran dos veces más activas en las mujeres que en los hombres. Otro estudio encontró que las mujeres tenían una activación 1,5 veces mayor en la región límbica (implicada en el procesamiento de las emociones, la formación de la memoria y la regulación del comportamiento) en respuesta a imágenes de alimentos dulces en comparación con los hombres.

A pesar de esta diferencia en la actividad cerebral, los hombres tienden a comer en exceso más que las mujeres en respuesta a la pérdida de sueño. Otro estudio encontró que un sueño más fragmentado, tardar más en conciliar el sueño y pasar más tiempo en la cama tratando de conciliar el sueño solo se asociaban con más hambre en los hombres.

Tanto las mujeres como los hombres que trabajan en turnos nocturnos tienen más probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2, pero este riesgo es mayor en los hombres. El 66 por ciento de las trabajadoras del turno de noche experimentaron alimentación emocional y otro estudio sugiere que tienen alrededor de 1,5 veces más probabilidades de tener sobrepeso u obesidad en comparación con las mujeres que trabajan en turnos diurnos.

Los investigadores también encontraron evidencia emergente sobre cómo las mujeres y los hombres responden de manera diferente a los tratamientos para el sueño y los trastornos circadianos. Por ejemplo, la pérdida de peso tuvo más éxito en el tratamiento de mujeres con AOS que de hombres, mientras que las mujeres a las que se les recetó zolpidem (un medicamento para el insomnio) pueden necesitar una dosis más baja que los hombres para evitar la somnolencia persistente a la mañana siguiente.

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