MADRID, 3 Feb. (EUROPA PRESS) -
De oír en algún momento la palabra 'mastitis' será en torno a una mujer que está lactando. No obstante, esta inflamación del tejido mamario, que a veces -no siempre-- conlleva infección, también puede darse en embarazadas, o en mujeres en edad fértil simplemente, e incluso en los hombres y niños.
Según explica el Colegio Americano de Obstetricia y Ginecología, esta inflamación del seno provoca dolor, hinchazón, calor, y enrojecimiento. Concretamente, cita que los síntomas son similares a los de la gripe, es decir, fiebre, dolor corporal y agotamiento. El seno está hinchado, tibio, y doloroso en un área específica.
"Ocurre normalmente cuando una mujer está amamantando y un conducto se obstruye con leche, lo cual le impide drenarse adecuadamente. A veces pueden ocurrir infecciones por motivos que no están relacionados ni con el embarazo, ni con la lactancia", añade la entidad científica.
Desde la Asociación española para la Promoción e Investigación científico-cultural de la Lactancia Materna (APILAM) precisan que se han descrito entre un 3 y un 12% de afectaciones por mastitis en casos no relacionados con la lactancia. A la vez, precisa que la mastitis representa una de las principales causas de abandono evitable de la lactancia materna.
"Ocurre en alrededor del 10% de las lactancias, proviniendo cifras superiores de estudios de dudosa metodología. El 95% de los casos suceden en los tres primeros meses, especialmente entre segunda y tercera semana postparto. Tiene una tasa de recurrencia del 4-8%", puntualiza.
Por su parte, la doctora Paola Trillo Martínez, de la Unidad de Mama del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa de Sevilla,, subraya en una entrevista con Infosalus que la mastitis comúnmente afecta a las mujeres que está amamantando (mastitis asociada con la lactancia), si bien ésta puede ocurrir en las mujeres que no están en período de lactancia y en los hombres.
Además, esta especialista recalca que, aunque el término mastitis es utilizado frecuentemente como sinónimo de infección, estrictamente hablando, la mastitis es un cuadro inflamatorio de la mama que puede o no acompañarse de infección.
"El porcentaje más frecuente de mastitis afecta a mujeres en edad fértil, con una incidencia en las distintas series de aproximadamente el 30% en mujeres lactantes, y un 10% fuera del periodo puerperal. Por lo que podríamos decir que toda mujer en edad fértil embarazada o no tendría un riesgo aproximado de un 10% de padecer dicha patología", aprecia.
Esta ginecóloga recuerda a su vez que las mastitis durante la gestación o en el puerperio, donde son más frecuentes sobretodo en las primeras 6 semanas postparto, se van a manifestar con síntomas sugestivos de una infección: inflamación dolorosa generalmente localizada, con tumefacción, eritema, y aumento de la temperatura, que en ocasiones puede llevar asociado síntomas generales como fiebre, mialgias o dolores musculares, escalofríos y malestar general; síntomas similares a los de la gripe.
TRATAMIENTO DE LA MASTITIS
En cuanto al tratamiento, la doctora de Hospital Quirónsalud Infanta Luisa de Sevilla, subraya que inicialmente es sintomático para aliviar el dolor y la inflamación, con antiinflamatorios no esteroideos, compresas frías y vaciado de la leche.
"Si los síntomas no mejoran en 24 horas o empeoran a pesar de las medidas conservadoras deberemos añadir tratamiento antibiótico con cobertura para 'Staphylococcus Aureus' (bacteria responsable de la mastitis).
Siempre debemos valorar la realización de un cultivo de la secreción láctea previa al inicio del tratamiento antibiótico", sostiene la experta. Además, resalta que en los últimos años se han añadido al tratamiento los probióticos desde el inicio en las medidas conservadoras, o como coadyuvantes al tratamiento antibiótico.
Desde APILAM recomiendan en este sentido, y con el objetivo de mantener la lactancia: Apoyo emocional para afrontar el dolor y la incomodidad, adecuada nutrición y reposo, usar sujetador no apretado, aplicar calor local brevemente antes de las tomas y compresas frías tras las tomas para reducir el edema y el dolor.
Asimismo, ve imprescindible el vaciamiento del pecho y para ello menciona que la extracción frecuente y efectiva de la leche es "fundamental" para tratar la mastitis. Para asegurar el adecuado vaciamiento de la mama aconseja: Tomas frecuentes, iniciando la toma por el pecho afecto; favorecer la salida de la leche acantonada, posicionando la barbilla del lactante sobre la zona afectada; masaje de la mama desde la zona bloqueada hasta el pezón; extracción manual o con extractor tras la toma si el vaciado es incompleto.
"Sabemos que los principales factores predisponentes son la estasis de la leche y el trauma del pezón, secundario a la succión del recién nacido. Siempre que sea posible debemos continuar con la lactancia prestando máxima atención a los dos factores predisponentes: con un vaciado de las mamas lo más completo posible en cada toma, ya sea con la succión del bebé, o de forma mecánica con sacaleches, y evitar erosiones o fisuras en los pezones por mal agarre del lactante", añade la doctora Trillo.