MADRID, 22 Ene. (EUROPA PRESS) -
A pesar de haber sido objeto de un interés creciente durante todo un siglo, el modo en que se desarrolla la preeclampsia no estaba claro, hasta ahora. Investigadores de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología creen haber encontrado la causa principal de la preeclampsia, que se caacteriza, fundamentalmente, por la aparición de hipertensión en las embarazadas después de la semana 20 de gestación, así como de proteínas en la orina.
Sus nuevos hallazgos, publicados en la revista científica 'Frontiers in Immunology', muestran que los cristales de colesterol en la pared uterina son el 'villano' que los investigadores han estado buscando. Estos cristales provocan la intensificación de la inflamación en las personas que enferman.
"Hemos encontrado la pieza que faltaba en el rompecabezas. Los cristales de colesterol son la clave y somos los primeros en sacarlo a la luz", explica una de las líderes de la investición, Gabriela Silva.
En todo el mundo, la preeclampsia es una de las principales causas de enfermedad y muerte tanto de la madre como del feto. En un embarazo preeclámptico, la placenta no se desarrolla adecuadamente, y el bebé a veces también recibe muy poca nutrición. Los síntomas de la preeclampsia suelen ser leves, pero en algunos casos la enfermedad es tan grave que el bebé debe nacer prematuramente. La preeclampsia no desaparece hasta que nace el bebé. Como no se ha entendido por qué se produce, el tratamiento actual consiste en controlar y aliviar los síntomas.
Las mujeres que han sufrido preeclampsia tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares más adelante. Fue precisamente esta conexión la que llevó a los investigadores a optar por examinar el colesterol en las mujeres embarazadas con preeclampsia. El colesterol es una de las principales causas de las enfermedades cardiovasculares.
Los cristales de colesterol se encuentran en la placa que obstruye los vasos sanguíneos. Los cristales se forman cuando el colesterol malo se acumula en las paredes de los vasos sanguíneos. Los estudios han demostrado que los cristales de colesterol son un iniciador especialmente potente de la inflamación en el organismo y pueden provocar la coagulación de la sangre.
Los cristales de colesterol se identifican como sustancias nocivas en el organismo que deben ser eliminadas. Pero las células de defensa que acuden a hacer el trabajo no son capaces de descomponerlos. Piden refuerzos, y acuden más células inmunitarias, sin éxito. La respuesta inmunitaria se desborda y el proceso inflamatorio se intensifica.
Este trabajo ha descubierto que la inflamación era máxima en la región denominada interfaz materno-fetal, donde las células de la madre entran en contacto directo con las del feto. Esto ocurre en la placenta y la pared uterina. "Este contacto directo significa que la inflamación afecta directamente a la comunicación entre la madre y el feto y contribuye a una inflamación aún mayor en la madre", señala Silva.
Los niveles de colesterol son altos en todas las mujeres embarazadas, porque tanto el feto como la placenta necesitan colesterol. Pero los niveles eran aún más altos en las mujeres con preeclampsia. Además, tenían mucho más colesterol malo, que es el que se encuentra en personas con alto riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
Los investigadores utilizaron muestras de tejido de un biobanco e incluyó muestras de placenta de 90 mujeres con preeclampsia obtenidas inmediatamente después del parto. Por tanto, los investigadores disponían de muestras de tejido tanto de la pared uterina como de la placenta. Las muestras se examinaron con microscopios avanzados. En el futuro, el tratamiento de la preeclampsia podría incluir simplemente medicamentos para reducir el colesterol, como las estatinas, pero es necesario seguir investigando para aclarar sus efectos.