MADRID, 15 Oct. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad de Connecticut (Estados Unidos) están analizando un posible tratamiento que podría detener muchos casos de parto prematuro y partos, según han publicado en la revista 'Reproductive Sciences'.
La mayoría de los embarazos duran aproximadamente 40 semanas y un bebé nacido antes de las 37 semana puede ser demasiado pequeño para regular la temperatura corporal o la respiración, por lo que está en riesgo de sufrir hemorragias cerebrales u otros problemas de órganos, así como impactos a largo plazo, como retrasos en el desarrollo y problemas cognitivos.
En este sentido, los investigadores ya sabían que las citoquinas, pequeñas proteínas que alertan al cuerpo de las infecciones y causan inflamación, se encuentran en el líquido amniótico de muchas mujeres que han dado a luz prematuramente.
Por ello, tomaron células del tracto reproductor femenino y el líquido amniótico que rodea a los fetos en el útero, y los expusieron a fragmentos de bacterias en el laboratorio. "Las células produjeron muchas citoquinas, el equivalente a gritar '¡Ey, hay un invasor!'", han explicado los expertos.
En este sentido, los expertos vieron mucho más factor estimulante de colonias de granulocitos y macrófagos (GM-CSF) de lo que esperaban. Se trata de un tipo de citoquina que hace que las células crezcan rápidamente y se conviertan en macrófagos que se alimentan de bacterias.
De hecho, trataron ratones embarazados con un medicamento disponible que bloquea el GM-CSF, observando una reducción considerable en el riesgo de parto prematuro en ratones que habían estado expuestos a fragmentos de bacterias peligrosas.
No obstante, los investigadores han reconocido que deben averiguar si GM-CSF es realmente lo que está causando el parto prematuro en las mujeres. "Esperamos hacer más estudios de mecanismos inmunes en ratones. Y en un futuro no muy lejano, esperamos comenzar a ver estudios en humanos", han zanjado.