MADRID, 25 Jun. (EUROPA PRESS) -
La doctora Marta Antich, de la clínica de reproducción asistida Fertilab Barcelona, explica que la dieta durante el embarazo debe ser estricta, y destaca que las mujeres embarazadas por reproducción asistida deben evitar la leche cruda, lácteos sin pasteurizar y quesos mohosos; la carne cruda o poco hecha y embutidos; germinados y verduras sin lavar; pescado y marisco crudo; y patés y foie.
Así, desde la clínica barcelonesa se recomienda evitar estos tipos de alimentos, además del tabaco, el alcohol y el café, porque podrían afectar al feto, ya que son potenciales fuentes de bacterias. De hecho, según la doctora Antich de Fertilab Barcelona, "en una persona adulta, la cantidad de bacterias puede ser combatida con más o menos facilidad gracias al sistema ya desarrollado de anticuerpos, cosa que no sucede en el sistema inmunitario del feto"
Así, el primer alimento que no debe tomar una embarazada es la leche cruda, lácteos sin pasteurizar y quesos mohosos. Mientras que la leche cruda es poco recomendable de por sí, al poder contener bacterias como la salmonela o el 'E.Coli', también hay que evitar los denominados 'quesos mohosos', como el Gorgonzola, el Queso Azul, o el Roquefort; los quesos sin pasteurizar, como pueden ser el brie, el feta o el camembert, así como los quesos blandos mexicanos, como el queso oaxaca o el queso panela. Al no contar con una fermentación previa, en todo este tipo de quesos existe cierto riesgo de contaminación por bacterias, como puede ser la listeriosis.
MEJOR QUESOS DUROS O CURADOS
Desde la clínica de fertilidad de Barcelona recomiendan los quesos duros o curados, en el caso que se desee comer queso, como pueden ser el Gouda, el Edam, el Cheddar, el queso manchego, el parmesano y el grana-padano, entre otros. De la misma manera, los quesos para untar y el requesón, como el mató o incluso la mozzarella, entran en la categoría de "aceptables", según la experta. En el caso de la leche, se recomienda que esté siempre pasteurizada antes de consumirla, y mejor si ha sido uperizada.
Otro alimento "vetado" es la carne cruda o poco hecha y embutidos, tal y como recuerda la doctora. "Cuando cocinamos los alimentos, reducimos el riesgo de contraer enfermedades, causadas por bacterias y parásitos, como por ejemplo la toxoplasmosis. De esta manera, se aconseja evitar el consumo de carpaccios durante el embarazo", explica. Además, señala, "los embutidos, como el salchichón, el fuet, la morcilla, el chorizo o la mortadela, pueden contener listeria". En cuanto al jamón, recomienda tomarlo cuando tiene más de 18 meses de curación, o 24 meses en el caso del jamón ibérico.
Por otro lado, los germinados crudos, como la alfalfa, el rábano, la soja o el trébol, y las verduras de hojas verdes, como la lechuga, la escarola, la col o la coliflor, son propensos a ser contaminados con bacterias como E. Coli y salmonella al ser cultivadas a ras de tierra y por el contacto directo con los abonos. "De esta manera, debemos lavar las verduras a consciencia, algo que en los germinados se desaconseja debido a su fragilidad", recuerdan desde esta clínica de fertilidad. Por ello, recuerdan, una forma segura de consumir los germinados y las verduras es cocinándolas para eliminar las bacterias presentes.
Asimismo, también se debe evitar el pescado y el marisco crudo. Aunque el consumo de pescado es altamente recomendable durante el embarazo, el pescado crudo, además de ser una fuente de bacterias importante, también puede contener el parásito anisakis, con lo que si se va a comer sushi, hay que confirmar si el pescado ha sido congelado a una temperatura de al menos -35C durante un mínimo de 15 horas para eliminarlo. Cabe recordar que el pescado rojo, como el atún o el salmón, suele tener grandes concentraciones de mercurio, por lo que se recomienda a la gestante que limite muy bien su consumo.
En lo referente al marisco crudo, como puede ser el consumo de erizos de mar u ostras, también pueden ser una fuente de bacterias y de intoxicaciones severas si no se consumen en un estado óptimo.
Por último, también hay que limitar los patés de hígado (paté de foie). Además, el hígado también tiene un contenido muy alto de vitamina A, y el exceso de su consumo puede ser perjudicial para el feto. En cuanto al resto de patés, hay que fijarse en que estén pasteurizados y evitar los patés caseros.
Precisamente, un consumo elevado de colina (un nutriente presente en alimentos como los huevos e hígado), provoca cambios epigenéticos en el feto que reducen los niveles de cortisol, una hormona que provoca la respuesta al estrés. La producción elevada de esta hormona, tal y como recuerdan desde la clínica, puede derivar en estrés crónico y ansiedad, además de enfermedades cardiovasculares.