MADRID, 7 Sep. (EUROPA PRESS) -
Entre el 50 y el 70 por ciento de los embriones humano, independientemente de la edad de los padres, son aneuploides, lo que significa que tienen el número incorrecto de cromosomas, una condición también llamada 'anomalía cromosómica', según han informado expertos de la clínica MARGen.
La mayoría de estos embriones no llega a progresar, de manera que la aneuploidia representa una de las principales causas de infertilidad y de abortos espontáneos. Incluso en mujeres jóvenes, solo 30 por ciento de los embarazos naturales llega al nacimiento de un niño.
Aunque la edad de la mujer juega un papel importante, según estudios recientes, no es la causa principal de las anomalías cromosómicas en general. De hecho, estos trabajos señalan que la causa principal de estas anomalías cromosómicas de embriones está relacionada con errores en las divisiones celulares de los embriones recién formados, y su incidencia es muy superior a la provocada por las anomalías pre-existentes de los óvulos.
Precisamente, desde hace 20 años los doctores Jan Tesarik y Raquel Mendoza-Tesarik están utilizando el criterio de migración de cromosomas en los pronúcleos como una prueba de la capacidad del desarrollo de los futuros embriones. "Las anomalías cromosómicas de embriones surgen de las divisiones celulares anormales en los embriones recién formados más que de las anomalías pre-existentes de los óvulos, sobre todo en mujeres relativamente jóvenes. Nosotros visualizamos de una manera no invasiva la localización de los marcadores de cromosomas y, ahora, un equipo germano-británico confirma idoneidad de este método y lo explica con imágenes de alta resolución", han señalado los expertos.
El método de trabajo desarrollado por el equipo de la clínica MARGen permite seleccionar los embriones con la mayor probabilidad de crear un embarazo que culmine en el nacimiento de un niño sano. Este método, en combinación con otros criterios de la evaluación de embriones, puede ayudar a mujeres con una historia de fallos repetidos de embarazo después de la FIV y de abortos espontáneos.
Según los científicos granadinos, durante muchos años ha sido un error utilizar al ratón como el modelo animal preferido para extrapolar los hallazgos obtenidos a la fecundación humana, ya que el ratón representa una excepción en el mundo animal, y no puede servir para sacar conclusiones en cuanto a la reproducción humana.
"Sin embargo, otras dos especies, la porcina y la bovina, comparten con la especie humana la mayoría de los mecanismos de la fecundación y del desarrollo temprano de embriones, y representan un modelo animal mucho más adecuado", han argumentado los expertos.