MADRID, 21 Oct. (EUROPA PRESS) -
El uso de los trasplantes fecales para tratar infecciones graves se ha convertido rápidamente en el tratamiento de elección, pero a medida que aumenta el uso, se necesita con urgencia ampliar la correcta selección de los donantes, buenas pruebas a largo plazo y seguimiento para proporcionar consejos sensatos a los pacientes, dicen los expertos en un artículo en 'The BMJ'.
MICROBIOS INTESTINALES Y EL TRASPLANTE FECAL
Los microbios intestinales desempeñan un papel fundamental en nuestro sistema inmunológico y la salud y el trasplante de materia fecal de una persona a otra cada vez se utiliza más para controlar graves infecciones que amenazan la vida, como 'Clostridium difficile' recurrente, que mata a miles de personas cada año.
El procedimiento consiste en la introducción de heces licuadas (o microbios congelados) de un donante sano en el intestino de un paciente para volver a colonizar su intestino con bacterias sanas, que a menudo se destruyen después de un tratamiento prolongado con antibióticos.
Un análisis de la evidencia encontró una tasa de éxito del 85 por ciento con los trasplantes fecales en comparación con el éxito de sólo el 20 por ciento para el tratamiento con antibióticos estándar. Un reciente ensayo se interrumpió temprano debido a la abrumadora superioridad del trasplante fecal, con un 90 por ciento de éxito en comparación con el 26 por ciento de potentes antibióticos.
Hasta ahora, después de más de 7.000 trasplantes, se han detectado pocos efectos adversos, y, a pesar de los temores iniciales, los trasplantes parecen incluso relativamente seguros en pacientes de edad avanzada o con un sistema inmunitario deteriorado, dice el profesor Tim Spector, del King College de Londres, en Reino Unido, y el profesor Rob Knight, de la Universidad de California en San Diego, Estados Unidos.
Más de 500 centros de Estados Unidos ofrecen actualmente el trasplante fecal, la mayoría suministrado por un solo laboratorio en Boston, y el uso del trasplante fecal para la infección por 'C. Difficile' ha sido respaldado con cautela por la Academia Americana de Gastroenterología y la Sociedad Europea de Microbiología y Enfermedades Infecciosas.
Mientras que los reguladores europeos y australianos están deteniéndolos, el regulador de Reino Unido (MRHA) ha clasificado temporalmente los trasplantes fecales como un producto médico (exento de muchas de las barreras regulatorias habituales) y el procedimiento ha sido aprobado por el Instituto Nacional para la Salud y los Cuidados de Excelncia (NICE, por sus siglas en inglés) de Reino Unido. Pero a diferencia de Estados Unidos, Reino Unido ahora tiene sólo alrededor de siete centros que ofrecen el tratamiento.
Aunque "es claramente mejor que otros antibióticos para el tratamiento de condiciones como 'C. difficile", el uso del trasplante fecal se está probando cada vez más en otros trastornos comunes, como la obesidad, la diabetes, el síndrome del intestino irritable y la colitis, entre otros. Sin embargo, afirmar que el trasplante fecal podría ser una panacea para muchas enfermedades "es probablemente demasiado optimista", dicen Spector y Knight.
Además de los riesgos evidentes de infección (reducidos por la selección), existen posibles peligros a largo plazo de transferencia de microorganismos a un nuevo huésped, que podrían incluir la transferencia de la susceptibilidad a la obesidad e incluso la enfermedad mental, escriben. "Estos posibles riesgos sugieren que el trasplante fecal, aunque es una nueva herramienta emocionante, debe vigilarse cuidadosamente y refinarse para incluir la mayoría de los microbios beneficiosos clave", añaden.
"Necesitamos urgentemente más experiencia, centros para la adecuada selección de los donantes, buenos ensayos a largo plazo y procedimientos de vigilancia con el fin de ofrecer consejos sensatos", concluyen. De lo contrario, los pacientes con muchas afecciones crónicas "pueden perder la paciencia y tomar el asunto con sus propias manos (utilizando métodos propios), con consecuencias impredecibles", alertan.