MADRID, 1 Sep. (EUROPA PRESS) -
Un gran estudio realizado por investigadores del Instituto Karolinska, en Suecia, han descartado que la vacunación contra la gripe H1N1, que causó la pandemia entre 2009 y 2010, esté asociadas con el trastorno del espectro autista en la descendencia, según publican en la revista 'Annals of Internal Medicine'.
Dos estudios estudios anteriores concluyeron que no podían descartar que la vacuna H1N1 'Pandemrix' y la vacuna contra la gripe estacional administrada a mujeres embarazadas pudieran estar relacionadas con el autismo en los hijos, pero la nueva investigación refuta dicha asociación.
El trastorno del espectro autista es un trastorno infantil severo del desarrollo neurológico que se caracteriza por problemas de comunicación, falta de habilidades sociales y comportamiento repetitivo. La enfermedad comienza en la infancia.
Si bien algunos estudios indican que la vacunación contra la gripe durante el embarazo protege contra la morbilidad tanto en la mujer como en su descendencia, los riesgos a largo plazo de la vacunación contra el H1N1 durante la vida fetal no se han examinado en detalle. Dos estudios recientes concluyeron que no se podía descartar que la descendencia de mujeres que se vacunaron contra la gripe o la influenza H1N1 durante el embarazo, y especialmente durante el primer trimestre, tuvieran un mayor riesgo de trastorno del espectro autista.
Los investigadores del Instituto Karolinska, vincularon los datos de vacunación en mujeres embarazadas de siete regiones sanitarias suecas en 2009-2010 con el Registro Médico de Nacimientos de Suecia y el Registro Nacional de Pacientes de Suecia para identificar el trastorno del espectro autista en la descendencia.
De los 39.726 niños expuestos a la vacuna, 394 (incidencia acumulada, 1,0%) tuvieron un diagnóstico de trastorno del espectro autista durante el seguimiento de seis años en comparación con 330 (1,1%) entre 29,293 niños no expuestos.
Ajustando por posibles factores de confusión, la exposición a la vacuna H1N1 durante la vida fetal no se asoció con un diagnóstico posterior de trastorno del espectro autista en la infancia. Los resultados fueron similares para las vacunas en el primer trimestre del embarazo.
"Nuestros hallazgos nulos son importantes ya que algunas personas han sospechado que las vacunas podrían causar autismo, y el movimiento contra las vacunas parece estar creciendo en el mundo occidental", destaca el autor principal, el profesor Jonas F. Ludvigsson, pediatra del Hospital Universitario de rebro y profesor de el Departamento de Epidemiología Médica y Bioestadística del Instituto Karolinska.
"La vacunación contra el H1N1 se ha relacionado anteriormente con un mayor riesgo de narcolepsia en los jóvenes, pero la vacunación de las mujeres embarazadas no parece influir en el riesgo de trastorno del espectro autista en la descendencia", añade.
Ludvigsson señala que "la investigación de la vacunación nunca ha sido más importante. Anticipando una vacuna contra el COVID-19, es probable que se ofrezca dicha vacuna a millones de mujeres embarazadas --vaticina--. Si bien nuestro grupo de investigación no estudió los efectos de la vacuna COVID-19, nuestra investigación sobre la vacunación frente a la H1N1 se suma al conocimiento actual sobre las vacunas, el embarazo y las enfermedades de la descendencia en general".