MADRID, 6 May. (EUROPA PRESS) -
Una vacuna contra la COVID-19 en fase de investigación y diseñada para ser administrada por vía oral no sólo protege al huésped, sino que también disminuye la propagación del virus por vía aérea a otros contactos cercanos, según con los resultados de una investigación preclínica realizada en animales.
El estudio, dirigido por la investigadora del Duke University Medical Center (Estados Unidos) Stephanie N. Langel, ha demostrado el potencial de esta vacuna, que actúa a través del tejido de la mucosa para neutralizar el virus del SARS-CoV-2, limitando las infecciones y la propagación del virus activo en las partículas transportadas por el aire.
"Teniendo en cuenta que la mayor parte del mundo está infrainmunizada, especialmente en el caso de los niños, la posibilidad de que una persona vacunada infectada pueda propagar la COVID-19 a miembros de la familia o de la comunidad no inmunizados supone un riesgo para la salud pública. Sería muy beneficioso desarrollar vacunas que no sólo protejan contra la enfermedad, sino que también reduzcan la transmisión a personas no vacunadas", explica Langel, cuyo trabajo se ha publicado en la revista científica 'Science Translational Medicine'.
Los investigadores probaron una vacuna candidata que utiliza un adenovirus como vector para expresar la proteína de la espiga del virus del SRAS-CoV-2. La vacuna está diseñada para ser tomada en forma de píldora.
En estudios realizados con hámsters, la vacuna provocó una fuerte respuesta de anticuerpos en la sangre y los pulmones. Cuando los animales se expusieron al virus en niveles elevados, eran menos sintomáticos que los hámsters no vacunados, y tenían menores cantidades de virus infeccioso en la nariz y los pulmones. Por ello, no expulsaron tanto virus a través de las exposiciones normales al aire.
A diferencia de las vacunas que se inyectan en el músculo, las inmunizaciones de las mucosas aumentan la producción de inmunoglobulina A (IgA), la primera línea de defensa del sistema inmunitario contra los patógenos, en la nariz y los pulmones. Estos puertos de entrada de la mucosa están entonces protegidos, lo que hace menos probable que los vacunados transmitan el virus infeccioso durante un estornudo o una tos.
"Nuestros datos demuestran que la inmunización de las mucosas es una estrategia viable para disminuir la propagación de la COVID-19 a través de la transmisión aérea", remacha Langel.