Utilizar la inmunoterapia en vacas: lucha alternativa contra la resistencia a los antibióticos

Vacas en una explotación agraria
EUROPA PRESS - Archivo
Actualizado: domingo, 12 agosto 2018 8:29


MADRID, 12 Ago. (EUROPA PRESS) -

El profesor Manuel Fresno, investigador del Grupo de Biología Celular e Inmunología del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, en colaboración con Laboratorios Ovejero, está utilizando la inmunoterapia en vacas de granja para evitar que estos animales desarrollen infecciones bacterianas y, así, los ganaderos no tengan que recurrir a antibióticos para tratarlas.

Se trata, en definitiva, de nuevas opciones terapéuticas para la prevención y tratamiento de enfermedades en veterinaria, con el fin de evitar un consumo excesivo de antibióticos que, en última instancia, es la principal causa del aumento excesivo experimentado en los últimos años en la resistencia a los antibióticos en humanos, "que será la primera causa de muerte de aquí a 20 años, por encima del cáncer y las enfermedades cardiovasculares".

De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido en numerosas ocasiones de que la resistencia bacteriana a los antibióticos está alcanzando ya niveles elevados en todo el mundo, tanto en países de ingresos altos como bajos. A enero de 2018, según datos de su herramienta 'GLASS', existe una presencia generalizada de resistencia a antibióticos en las aproximadamente 500.000 personas de 22 países con sospecha de infecciones bacterianas recogidas en el trabajo.

Así lo transmite también Fresno en una entrevista con Europa Press, en la que detalla el "grave" problema que genera el uso intensivo de antibióticos en las granjas. "En ganadería, los antibióticos se utilizan de modo preventivo, mientras que en humanos tienen un cáracter curativo: solo se toman cuando son necesarios. Es decir, si un ganadero detecta que puede haber una infección entre una población de, por ejemplo, vacas o cerdos, da antibióticos a todos los animales de la granja. Esos antibióticos después llegan hasta su carne y, finalmente, nos los comemos nosotros en bajas concentraciones, favoreciendo nuestra resistencia a antibióticos en ciertas bacterias", explica.

RESISTENCIA EN GRANJAS

Pero, sobre todo, alerta de que estas bacterias resistentes se transfieren al ambiente de la granja, llegando a todos los animales y generando, de esta forma, "multitud de cepas resistentes". "Los ganaderos utilizan mal los antibióticos. Es muy difícil que no los utilicen cuando tienen un problema de este tipo", sostiene el investigador.

"¿Por qué en granjas? Porque estos 'contagios' entre bacterias se suelen producir en ambientes cerrados y se favorecen cuando se toman los antibióticos en baja concentración. Por eso los médicos nos recuerdan que hay que tomar todas las pastillas que te recetan todos los días del tratamiento, sin saltárselo, con el fin de tener una cantidad de antibiótico suficientemente alto y evitar que se transfiera la resistencia de las que ya son resistentes hasta otras que no lo son", argumenta el profesor Manuel Fresno.

Ante este problema, gracias a la investigación, se está comenzando a hacer uso de terapias de tipo inmunológico en animales, sobre todo aquellos destinados a consumo humano, para optimizar su respuesta inmune a las infecciones. Esto contribuye no sólo a mitigar el problema de las resistencias, sino también a mejorar la calidad y seguridad de los productos de consumo humano.

MOLÉCULAS INMUNOMODULADORAS

El grupo del profesor Fresno ha desarrollado un tipo de moléculas inmunomoduladoras biológicas que interactúan con los 'reguladores maestros' que dirigen el tipo de respuesta del sistema inmune para eliminar un determinado patógeno. "No todos los patógenos son iguales, no todos requieren el mismo tipo de respuesta inmune, por lo que aumentamos la cantidad y la calidad de respuesta hasta cierto nivel y, después, seleccionamos el tipo de respuesta que es necesaria. Esta inmunoterapia no es igual para infecciones bacterianas que para virales", explica.

Así, tras darles un biológico que potencia su respuesta inmune, consiguen que los animales de una granja tengan muchas menos infecciones bacterianas y menos bacterias, lo que, en definitiva, provoca que los ganaderos no recurran a estos antibióticos de forma común. Principalmente se aplica en casos en los que las infecciones son más difíciles de detectar a gran escala dentro de una explotación de miles de vacas o cerdos, cuando una enfermedad de este tipo es "prácticamente indetectable".

"El ganadero gana y la humanidad gana mucho más. Es una estrategia alternativa, mucho más respetuosa con el medioambiente y natural. No hay antibióticos en la carne y la leche, en el caso de las vacas, es de mejor calidad, por ejemplo. Al final, se evita que aumente el número de resistencias a antibióticos sin ninguna contraindicación; absolutamente todo son ventajas", concluye Fresno.

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