¿Cómo trabaja un robot en quirófano?

Un robot en quirófano
CEDIDA / OLIVER & AYATS INSTITUTE
Actualizado: martes, 4 septiembre 2018 12:29


MADRID, 4 Sep. (EUROPA PRESS) -

El neurocirujano del Oliver & Ayats Institute del Centro Médico Teknon de Barcelona, el doctor Bartolomé Oliver, ha defendido que un robot en quirófano es "asistente" del médico y ha descartado que la figura del cirujano sea sustituida por una máquina.

"Lo que hace primero el cirujano es la planificación. El robot reproduce esa planificación con precisión submilimétrica y el acto final de colocación, sea de electrodos, sea de tornillos, siempre lo hace el especialista", ha indicado el doctor Oliver.

El especialista ha añadido que "al final va a haber un responsable del acto médico y esa responsabilidad la tiene el cirujano y esto no va a desaparecer. No habrá ninguna compañía que fabrique un robot, que asuma la responsabilidad del médico en todos sus actos".

De hecho, según ha subrayado el también especialista en cirugía de columna, las principales ventajas que ofrece el uso de un robot en una operación son la precisión y seguridad. "El paciente se beneficia de una mayor seguridad porque hay mayor precisión. También la planificación es más precisa. No hay que hacer nada improvisado, todo está planificado previamente", ha dicho concretamente.

Los neurocirujanos del Instituto Oliver & Ayats incorporan la robótica en las intervenciones quirúrgicas de cráneo y de columna desde el año 2015. Dentro del área cerebral, la asistencia robótica se aplica en las operaciones de epilepsia, tumores cerebrales y Parkinson.

UNA OPERACIÓN DE EPILEPSIA CON UN ROBOT

Una operación de epilepsia con robot se realiza con el sistema robótico esterotáctico 'Neuromate Renishow'. Está dirigido a entre el 20 y el 30 por ciento de los pacientes con epilepsia incurable incluso con fármacos.

La intervención del robot permite colocar entre 7 y 20 electrodos dentro del cerebro para determinar la zona exacta que causa las crisis epilépticas y extirparla después con precisión submilimétrica, sin riesgo para la función normal del cerebro, lo que permite la cura de la enfermedad.

Aunque la implantación de electrodos ya era posible sin el robot, "la diferencia radica en que el número de puntos del cerebro que se pueden estudiar es mucho menor. A su vez, la precisión del estudio también es inferior por lo que se pueden tratar enfermos más sencillos", ha informado el doctor. "El robot nos marca la dirección y profundidad adecuada, pero la técnica final siempre la hace el neurocirujano", ha incidido.

Una vez implantados los electrodos, se registran durante los días posteriores las crisis habituales del paciente con un sistema de 256 canales de SEEG o estéreo electroencefalograma. Mediante el SEEG se "delimita con precisión las zonas cerebrales a resecar dentro de los lóbulos temporal y frontal izquierdos, además de comprobar por estimulación que se pueden extirpar sin afectar funciones cerebrales", ha explicado el doctor Oliver.

"El detallado plan quirúrgico de la resección cortical, que constituye una segunda operación, se lleva al quirófano en el sistema de neuronavegación que permite seguir fielmente el plan trazado", ha completado. Más del 80 por ciento de los pacientes con epilepsias lesionales del lóbulo temporal y con menos de dos años de evolución de su enfermedad se encuentran libres de crisis después de la cirugía gracias al robot.

El Oliver & Ayat Institute fue pionero en realizar una operación a una paciente de Parkinson utilizando un robot. También implica la colocación de electrodos en el cerebro, en este caso para que los enfermos controlen mejor sus movimientos.

Otra de las ventajas de esta técnica en este tipo de operación es que puede realizarse con el paciente dormido. Estas intervenciones en el cerebro ya se hacen en otros hospitales, pero de forma manual, sin robots, lo que obliga a que durante su ejecución se tenga que despertar al paciente para comprobar la correcta implantación de los electrodos.

En este caso, sin embargo, tras someter el cerebro de la paciente a un TAC, el robot localiza las coordenadas exactas donde colocar los electrodos, uno a cada lado del cerebro, con un margen de error inferior a 0,3 milímetros, una mejora respecto al milímetro de error que se produce en una operación manual.

OPERACIONES EN LA COLUMNA VERTEBRAL

Respecto a la cirugía de columna vertebral, el robot del centro médico es el 'Renaissance', que permite guiar al cirujano en los implantes de columna con mayor precisión y menor exposición a la radiación. Mediante este sistema el riesgo de fallo humano prácticamente desaparece.

El doctor Oliver ha aseverado que el riesgo en una cirugía de este tipo convencional supone un riesgo del 15 o el 20 por ciento de malposición de prótesis y con el sistema robótico, supone prácticamente un 0% del riesgo.

Este sistema robótico es especialmente útil en la cirugía de la escoliosis, la corrección de deformidades de la columna, prótesis y fracturas vertebrales y cirugías mínimamente invasivas, entre otras patologías.

Previamente a la cirugía, como ha afirmado el neurocirujano Emilio Ayats, "es necesaria la realización de un TAC lumbar para la planificación, que es trasladada al robot en quirófano que va fijado de forma estable a la columna del paciente. Esto nos permite mantener en todo momento las relaciones anatómicas y la precisión".

Una vez hecho, será el robot quien se desplazará "a lo largo de las vértebras de forma individual" y aborda la operación "guiado para la colocación precisa y fiable del implante", ha subrayado Bartolomé Oliver.

LAS VENTAJAS EN NEUROCIRUGÍA AUMENTARÁN EN LOS PRÓXIMOS AÑOS

"En un futuro próximo la robótica probablemente nos permitirá que el instrumento de visión, como el microscopio, siga la mano del cirujano sin que tengamos que movilizarlo", ha explicado Oliver.

También cree que es posible "que permita hacer movimientos quirúrgicos mucho más complejos o en posiciones que la mano del cirujano con instrumental no llega", ha finalizado el experto.