MADRID 9 May. (EUROPA PRESS) -
Una nueva revisión Cochrane ha observado que tomar zinc podría ayudar a reducir la duración de los síntomas del catarro en unos dos días, pero las pruebas no son concluyentes ya que aún faltan pruebas sólidas de este hecho y los posibles beneficios deben sopesarse frente a los efectos secundarios.
Desde la década de 1980, los productos de zinc se han comercializado como tratamientos del catarro y son especialmente populares en Estados Unidos. El zinc es un mineral esencial que se encuentra de forma natural en muchos alimentos y tiene una función inmunitaria. La mayoría de personas de países de ingresos altos obtienen suficiente zinc de la alimentación, aunque el envejecimiento y ciertas enfermedades crónicas pueden provocar deficiencias.
La teoría en la que se basan las pastillas, los espráis y los jarabes de zinc es que el zinc podría interferir con la replicación del virus cuando entra en contacto con las partículas víricas de la nariz, la boca y la garganta. Se ha demostrado que el zinc interfiere con la replicación vírica en placas de Petri y en ratones, aunque esto por sí solo no confirma si funcionará en personas.
Para analizar si el zinc resulta útil para prevenir o tratar el catarro, el equipo de investigadores analizó 19 ensayos en humanos que evaluaron el zinc como tratamiento y 15 que lo evaluaron como medida preventiva. Identificaron mucha variación entre los distintos estudios en cómo se administró el zinc, qué cantidad se administró, cómo se definió un "catarro" y qué se midió.
Ocho estudios con 972 participantes analizaron el zinc como tratamiento para reducir la duración del catarro. La combinación de estos estudios produjo evidencia de certeza baja de que podría ayudar a reducir la duración en unos dos días, con respecto a una duración media de una semana en los grupos que recibieron placebo.
La revisión no halló pruebas sólidas que permitan concluir que el tratamiento con zinc afecta a la intensidad de los síntomas catarrales. Los estudios de prevención no mostraron evidencia clara de beneficio de tomar zinc antes del inicio de un catarro; quienes tomaron zinc de forma preventiva tuvieron desenlaces similares a quienes no lo hicieron.
Los efectos secundarios habituales del zinc comunicados en los ensayos incluyeron problemas intestinales, náuseas y sabor desagradable. No hubo evidencia clara de efectos secundarios más graves resultantes directamente del zinc.
"Quienes consideren el zinc como tratamiento del catarro deben ser conscientes de la limitada base de pruebas y de los posibles efectos secundarios", afirma la profesora adjunta de Salud integral de la Universidad de Maryland y autora principal de la revisión, Daryl Nault. "En última instancia, cada persona debe decidir si el riesgo de los posibles efectos secundarios molestos compensan el posible beneficio de acortar la enfermedad un par de días", añade.
El mejor consejo sigue siendo consultar con el médico en caso de encontrarse mal e informarle de cualquier suplemento que se esté tomando. Aunque existen muchos ensayos que investigan el zinc, los enfoques varían, por lo que es difícil establecer conclusiones con certeza".
Los ensayos incluidos en la revisión variaron de muchas maneras, incluido el tipo de zinc, la dosis administrada, si se tomó como pastilla para chupar o como spray nasal, y cómo se midieron e informaron los desenlaces. Algunos ensayos tomaron mediciones durante una ventana de tiempo fija y preguntaron a los participantes si continuaban resfriados al final. Otros midieron el tiempo desde que empezaron hasta que se resolvieron los síntomas, aunque cada estudio definió esto de manera ligeramente distinta.
Pocos estudios controlaron el estado de los síntomas por separado, como el dolor de garganta, la tos o la fiebre, por lo que no hubo suficiente evidencia para establecer conclusiones fiables sobre síntomas concretos.
"La evidencia sobre el zinc dista de estar clara: necesitamos más estudios antes de estar seguros de sus efectos", afirma la profesora adjunta de la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland y autora sénior de esta revisión, Susan Wieland. "Los futuros estudios centrados en tipos y dosis de productos de zinc más prometedores y que utilicen métodos estadísticos adecuados para evaluar desenlaces importantes para los pacientes nos permitirán comprender si el zinc podría tener cabida en el tratamiento del catarro", añade.